Capítulo 16: Lecho de muerte

27 9 35
                                    


Tal como Jett lo imaginaba Proteo se encontraba en un sector del lecho marino llamado Lecho de Muerte donde según contaban leyendas, los sirenos de tiempos antiguos, sus antepasados, habían librado grandes batallas en tiempos anteriores a la época moderna para hacer valer su honor frente a las deidades quienes les daban su aprobación.

Proteo esta vez se encontraba en su forma original. La de un hombre de mediana edad de piel blanca y ojos color negro, su barba y cabello eran tan negros como la noche. Su cola era parecida a la de los sirenos, pero tenía aletas como las de los tiburones. Cuando Proteo les sonrió dejo ver una fila de dientes afilados que lo hacían más parecido a una de esas criaturas.

—Me han encontrado —les dijo Proteo con una sonrisa burlesca. A su lado se encontraba Rod dentro de una especie de burbuja creada por la deidad marina, la que le proveía el aire necesario para que sobreviviera bajo el mar ¿Por cuánto tiempo? Eso era lo que los preocupaba.

—Tenemos el anillo de Glauco y aún estamos dentro del plazo —le informó Kai a la criatura que mantenía cautivo al hombre que amaba—. Por favor, deja ir a ese humano.

—Lo sé, créanme que le llevaremos el anillo, pero primero quiero divertirme un poco —les dijo este sonriendo nuevamente con esa malévola boca llena de dientes afilados—, soy un amante del caos, no me culpen por esto.

—¿Qué deseas? —le preguntó Cordelia— Tenemos lo que necesitas, por favor deja ir a ese pobre chico humano.

—Esta burbuja de aire no lo mantendrá vivo por mucho tiempo —le advirtió Proteo tocándola con un dedo con una afilada uña negra—. Uno de ustedes debe vencerme en una pelea a muerte. Si ganan el humano se salva, si pierdo bueno...

—¡Yo pelaré contra ti! —exclamó Jett nadando hacia la plataforma de piedra que cubría una gran porción del lecho marino— Acércate y resolvamos esto de una vez por todas.

—¿Desarmado? —le preguntó Proteo riendo— Eres valiente o muy tonto.

—Puede ser, pero no estoy solo —respondió a la vez que tres criaturas se acercaban nadando a toda velocidad. Se trataba de la tortuga Yertle quien traía a Otto pegado sobre su caparazón acompañados de un delfín gris que nadaba rápidamente con un tridente plateado en su boca.

—Gracias, Nereida —agradeció tomando el tridente plateado que brilló en sus manos. Jett había sentido a lo lejos a su amiga con la que compartía un fuerte lazo psíquico. La delfín Nereida era su fiel acompañante en el campo de batalla. Esta había sido traída por Yertle quien había estado vigilando a los chicos desde la playa todo este tiempo y había presenciado cuando Proteo había tomado como rehén al chico humano.

De nada, Jett. Me tenías preocupada —respondió Nereida posándose a su lado para acompañarlo en el campo de batalla.

Sin darle tiempo a Proteo de que pudiera tomarle la delantera, Jett se acercó nadando peligrosamente hacia el semi-dios con su tridente plateado por delante listo para clavarlo por la mitad como solía hacer en el campo de batalla, pero a diferencia de cualquier otro enemigo que pudiera haber enfrentado en el pasado, este lo esquivó rápidamente a una velocidad que nunca había visto en ninguna otra criatura marina. Jett volvió a intentar atacarlo, pero este lo esquivó nuevamente.

—Posición de batalla 2 —le indicó Jett a su amiga, quien rápidamente nadó en dirección a Proteo para atacarlo con rápidos movimientos de su nariz, mientras que desde atrás Jett trataba de alcanzarlo con su tridente, pero volvían a no ser lo suficientemente rápidos.

—¿Esto es todo lo que tiene para ofrecer uno de los guerreros más formidables del rey de Nepthret? —preguntó Proteo burlesco— Creo que debemos subirle la dificultad a esto —añadió al tiempo que una nube de burbujas lo envolvía para luego disiparse. Cuando esto sucedió, grande fue la sorpresa de los espectadores al ver que se había convertido en un gran tiburón blanco de cerca de tres metros, quien se acercó a toda velocidad hacia Jett con el hocico muy abierto.

—¡Cuidado! —exclamo Cordelia llena de pavor.

El sireno uso su tridente para protegerse del tiburón que quería devorarlo de un bocado, poniéndolo en su hocico de manera cruzada para así impedirlo. Rápidamente, Nereida se abalanzó golpeando al tiburón con su nariz, pero este la ignoró como si se tratase de una pequeña molestia. El tiburón dio un gran giro lanzando a Jett con violencia sobre el suelo de roca del campo de batalla. Luego se dio la media vuelta y de un coletazo mandó lejos a Nereida quien chilló de dolor por el impacto.

Al ver a sus amigos en desventaja, Yertle se unió a la batalla, pero el tiburón de una fuerte embestida lanzó lejos a la vieja tortuga, la que fue cogida por Cordelia quien la sujetó fuertemente entre sus brazos. El tiburón ahora se abalanzaba hacia ella en un frenesí por carne, pero antes de que pudiera atacarla Otto se interpuso lanzando una nube de tinta negra que comenzó a extenderse en el agua para ayudar a sus amigos a camuflarse.

Kai miraba sin poder reaccionar la batalla. Una nube de tinta le impedía ver lo que sucedía y estaba comenzando a preocuparse por sus amigos. De pronto, algo salió nadando de la nube. Era nada menos que el tiburón que masticaba algo violentamente mientras sangre salía de entre su hocico lleno con cientos de afilados dientes como cuchillas.

—¡Vaya que sabía bien ese pequeño pulpo! —exclamó Proteo con la misma voz que usaba en su apariencia original, mientras continuaba masticando y nadando en círculos.

—¡No! —gritó Kai sin poder creer que su viejo amigo hubiera muerto. Otto había sufrido tanto desde que había nacido, primero tras la muerte de su madre a manos de pescadores humanos. No merecía tener un final como ese.

Haciendo caso omiso a los gritos de Kai el tiburón volvió a abalanzarse contra Cordelia quien protegía a Yertle. Nereida trato de impedir el ataque, pero el tiburón trato de morderle la cola, logrando rasguñarla. La sangre del delfín comenzó a teñir el agua de rojo, pero el tiburón volvió a ignorarla. Tenía toda su atención fija en su presa: Cordelia. Volvió a atacar a la chica, pero esta vez Jett fue quien se interpuso usando solamente sus manos para sujetar el hocico del tiburón con fuerza sobrehumana. Jett gritaba haciendo su máximo esfuerzo para evitar que Proteo lo devorara junto a la mujer que amaba, mientras los dientes del tiburón se clavaban con dolor inimaginable en sus manos.

De pronto, Proteo dejó de empujar contra él de forma súbita, a la vez que comenzaba a alejarse de a poco hasta comenzar a flotar hacia arriba con el cuerpo rígido. Luego de unos segundos volvió a su forma original al ser envuelto en una nube de burbujas de agua tal como lo había hecho anteriormente para transformarse en esa sanguinaria criatura.

—Sabía que tenías las agallas, chico —dijo posando sus ojos Kai, quien lloraba sujetando el tridente de Jett fuertemente entre sus manos, luego de haberlo clavado en la espalda del semi-dios—. Me has vencido, pero esto no ha acabado. Glauco no estará contento con mi muerte.

—¡Calla y muere! —le gritó Kai enojado mientras el agua comenzaba a volverse roja con la sangre del semi-dios que acababa de eliminar.

La burbuja que mantenía a Rod explotó suavemente dejando al chico a la merced del agua que amenazaba con ahogarlo. Este comenzó a desesperarse en las profundidades del mar al sentir como el agua comenzaba a entrar a través de su nariz y boca, mientras más allá decenas de tiburones se acercaban para devorar el cadáver de Proteo que flotaba entre ellos de manera inmóvil.

—¡Rápido! ¡llévalo a la superficie! —le ordenó Cordelia a su hermano— ¡Huye! —le advirtió asustada ante el cardumen de tiburones en éxtasis que devoraban a Proteo, los que luego de que este se acabara seguramente buscarían una nueva presa.

Sin pensarlo dos veces, Kai nadó rápidamente y tomó a Rod entre sus brazos con fuerza y comenzó a nadar hacia la superficie para alejarlo lo más posible del grupo de tiburones hambrientos. Deseando con todas sus fuerzas que su hermana y sus amigos también lograran escapar sanos y salvos.

The Little Merman #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora