10. Teresa

24 2 0
                                    

Un acontecimiento inesperado interrumpió nuestra tarde de juegos. Ninguna de las cuatro esperábamos aquella sorpresa. Resulta que Pamela ingresó a la habitación con una nueva paciente. La chica era de baja estatura y de contextura delgada, tenía la tez un tanto pálida y una hermosa melena negra y rizada caía sobre sus hombros. Al observarla, nos quedamos impactadas.

—¿Una nueva paciente? —preguntó Francini con una expresión de duda.

—Sí, amigas, ella es Teresa y será su nueva compañera de habitación, espero que se lleven bien —dijo la enfermera.

—¡Genial! Cada día somos más.

Pamela sonrió y se retiró del dormitorio a todo trote. Hubo absoluto silencio, la chica no sonreía y nos observaba con un gesto frío y rígido.

—Bienvenida, Teresa, espero que te sientas cómoda —expresé de manera cariñosa.

Ella apartó la mirada y no articuló ni una sola palabra. Mis amigas y yo la observamos, admiradas: al parecer, era una de esas personas asociales que preferían realizar todas sus actividades en completa soledad.

—Teresa, ¿te sientes bien? —preguntó Sharon, tratando de romper la tensión.

—Sí. ¿Por qué? —respondió de forma pedante.

—Oye, ¿por qué respondes así? Nada más queremos saber si te encuentras bien.

—Es un lindo gesto de su parte, pero, por favor, déjenme sola. No me molesten.

Fiorella se levantó y la señaló con el dedo índice.

—A ver, si en verdad quieres estar sola, respetamos tu opinión; pero te pedimos que por favor no te metas con nosotras en lo absoluto.

Teresa guardó silencio y comenzó a acomodar su camilla. Era tan fría, callada y, sobre todo... complicada.

Nosotras continuamos con el juego y decidimos no prestarle atención, ya que ella quería estar sola y todas quisimos respetar aquella petición. La chica terminó de acomodar su camilla y tomó asiento en una de las sillas de la habitación, observaba el gran ventanal con un poco de melancolía. Yo por mi parte sí estaba preocupada, no quería que cometiera una estupidez y por ello, cada vez que podía, la observaba por el rabillo del ojo, solo por precaución. Minutos después, corrió hacia el baño y se encerró con llave. Al instante, corrimos hacia la puerta y escuchamos unos leves quejidos.

—Oigan, no sean chismosas —expresó Francini, casi entre risas.

—Cállate, Francini, queremos saber qué le pasa —susurró Sharon, apoyando su oreja contra la puerta.

—Parecen esas viejas cuenteras de las vecindades que siempre están bajo la vida de los demás. —Puso los ojos en blanco.

—En cierto punto tienes razón, pero...

Estábamos tan concentradas discutiendo que no escuchamos cuando Teresa quitó el seguro de la puerta y la abrió de golpe. Todas caímos una sobre otra, similar a una torre. La chica nos miró con un gesto de enojo puro.

—¡¿Qué están haciendo?! —exclamó, frunciendo el ceño.

—Nosotras... eh... —respondió Fiorella, entre tartamudeos.

—No sean chismosas, ¡preocúpense de sus problemas!

—Lo sentimos, Teresa, solo queríamos saber si estabas bien —le expliqué, tratando de controlar la situación.

La mujer guardó silencio. Segundos después, cayó de rodillas y comenzó a llorar desconsoladamente. Las cuatro nos pusimos de pie y la abrazamos.

—¿Podemos saber por qué actúas así?

—¡Actúo así porque me voy a morir! ¡Siempre me he sentido sola en este planeta tan egoísta y cruel! Nadie ha valorado mi amistad. Mi mente siempre me recalca que no soy del agrado de nadie y, por ende, solo quiero estar lejos de la gente... —gritó, entre lágrimas.

—Tu mente está equivocada, Teresa: todas en esta habitación te aprecian y se preocupan por ti. Aquí nunca te sentirás sola —expresó Sharon—. ¿De qué enfermedad padeces?

—Tengo sida...

En ese momento recordé a Bryan: él había fallecido de la misma enfermedad. No pude evitar sentir un fuerte dolor en mi corazón. Sin embargo, logré ignorarlo, ya que no quería que de mis ojos brotaran más lágrimas.

—No te sientas mal, todas en esta habitación padecemos de enfermedades terminales. ¿Ves que alguna de nosotras actúe de esa manera? —le dije mientras le secaba las lágrimas.

—Tienes razón. —La chica se limpió el rostro y sonrió—. Me disculpo si fui grosera, no fue intención actuar de esa manera tan desagradable. Ustedes no son culpables de mi desgracia...

—No te preocupes, todas en algún punto de nuestra vida nos hemos sentido de esa forma —recalcó Fiorella, esbozando una tierna sonrisa.

Todas reímos.

—Les agradezco por recibirme de esta manera tan especial —expresó Teresa con gratitud.

Se puso de pie y nos abrazó a todas.

—Oh, amigas, estoy a punto de llorar —dijo Sharon, melancólica.

—Aquí no hay campo para la tristeza, recuerden eso —recalcó Francini, guiñando el ojo.

Invitamos a Teresa a jugar una partida de dominó; al principio, pensamos que iba a responder que no, sin embargo, esta aceptó la invitación sin ninguna queja. Mis amigas y yo nos sorprendimos por aquella respuesta.

—Ni crean que me van a ganar —aclaró, haciendo un gesto de superioridad.

—¡Considero que estás equivocada! —respondió Francini, entre risas.

Sin duda, esta ha sido la mejor noche de juegos de mi vida. Tardamos aproximadamente tres horas jugando y charlando. Teresa nos comentaba más sobre su vida mientras nosotras la escuchábamos con total atención. Opino que la vida de esta chica ha sido bastante interesante y, hasta cierto, desgarradora.

Ya era hora de dormir, todas mis amigas ya estaban acostadas en sus respectivas camillas. Como no tenía tanto sueño, decidí observar el hermoso cielo nocturno. La luna brillaba como una linterna en la profunda oscuridad, el aire era cálido y acogedor; eso me relajaba en gran manera. Al cabo de un rato, mis ojos se empezaron a cerrar, al parecer, apreciar por tanto tiempo el cielo me había provocado mucho sueño. Me puse de pie y regresé a mi camilla para descansar.

Fue un día maravilloso: vi a mis padres, jugué con mis amigas y conocimos a una nueva paciente. Me sentía feliz, ya que estaba recuperando el tiempo que perdí durante mi adolescencia.

 Me sentía feliz, ya que estaba recuperando el tiempo que perdí durante mi adolescencia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

。☆✼★━━━━━━━━━━━━★✼☆。

¡Muchas gracias por leer! No olvides votar y comentar, sería de mucha ayuda para mí. (◍•ᴗ•◍)♡ ✧*。

Una Vida FelizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora