Gokú En Nanatsu No Taizai(El Ex-Hakaishin)

Nueva Vida

Narra Gokú:
-Siento que fue hace un millón de años que, acepté el puesto de dios destructor, me convertí en el más fuerte de todos, todos temían ante mi presencia, nadie desobedecía mi voluntad, tras haber dominado el ultra instinto en aquel torneo mi vida cambio para siempre, en ese momento de mi vida me sentía genial, tener esa emoción de volverme más fuerte cada día, y seguir enfrentándome a rivales más poderosos que yo, después del torneo de la fuerza todo era tranquilidad en la tierra y en los universos, hasta que un día, el aprecio.

Trato de tomar el cargo del dios del todo, tomando posesión del cuerpo de uno de los 2 reyes del todo, pero debido a que este no sabía cómo controlar dicho poder, pudimos detenerlo con ayuda del gran sacerdote, pero a un precio muy alto, guerreros como Toppo, Dispo, Hit, Kefla, Jiren, y hasta Vegueta, Gohan, Picolo, Krillin, 17 y 18, habían perdido la vida la vida en combate junto a otros guerreros y dioses de la destrucción como el señor Bills y Champa, así mismo como los kaioshins de estos, tras estos sucesos quedaron varios cargos disponibles a dios de la destrucción, de los cuales varios de los candidatos estábamos, Frezeer, yo y varios otros guerreros, yo decidí tomar el puesto para no dejar que algo como esto pueda pasar otra vez.

En la tierra, fue todo difícil, Milk no pudo soportar la idea de que su primer hijo haya muerto en combate, y meses de pues ella murió de una enfermedad al corazón producto de la tristeza, yo me culpe por todo, de no haber podido proteger a mis amigos y sobre todo a mi hijo, aunque gracias a que le vi morir frente a mis ojos desperté un nuevo poder en mi interior producto de la ira que sentí en ese momento, un poder que no he podido volver a despertar ya que desde hace 10000 años no he vuelto a tener esa sensación, o eso es lo que recuerdo, aún recuerdo las palabras de Gohan antes de irse, 

*papá, cuida a mamá, Goten, a Videl, y a Pan.*

-cosa que cumplí perfectamente durante 100 años ya que ellos también tenían que morir tarde o temprano, lo que me alegra es que murieran en paz y tranquilamente, aunque parte de mi murió con ellos. El Son Gokú bueno, amable e ingenuo se había ido, al fin había alcanzado la madurez, aunque me habría encantado no aprenderla de esta manera tan dura, después de todos estos acontecimientos finalmente llego mi nombramiento como dios destructor del universo 7, mi ángel asistente por suerte fue Wis, durante 10000 años me dedique al cien por ciento a cumplir mi labor de dios destructor, destruyendo villanos sin misericordia alguna ya que por fin había entendido lo que Vegueta siempre me reclamo, lo de ser muy compasivo, hay personas que jamás entenderán con las palabras y es mejor que dejen de existir. Me había vuelto un ser frio y casi sin una pizca de sentimiento alguno, me había vuelto todo lo contrario a lo que era, aunque algunos rasgos de mi personalidad no se perdieron por completo, por ejemplo mi gusto por la comida, pero ya no entrenaba tanto como antes. Wis notaba esto pero no decía nada, ya que su deber solo era supervisar que cumpliera mi labor.

Pasaban los siglos y mis sentimientos se marchitaban a cada instante, pero algo que me parecía raro es que una vez fui a una misión a una dimensión alterna a la mía, donde ocupaban una energía muy distinta al ki, no me acuerdo su nombre y por alguna extraña razón no recuerdo nada de lo que paso ahí, solo sé que siento algo raro en mi corazón como si me faltara algo importante, lo único que logro recordar el la silueta de lo que parece ser una chica.

 Debe de ser solo un efecto secundario de cruzar un portal dimensional. Pero lo he estado pensando y, quiero empezar de cero, si, quiero vivir de nuevo, una nueva oportunidad de vida, se lo pediré a zen Ozama, a ver qué es lo que me dice, ojala me deje, he cumplido mi labor a la perfección tanto así que el universo 7 tiene el primer lugar de índice de mortalidad de todos los 12 universos.

-¡oye!, wis, ven aquí.

 le diría gokú a su ángel wis. 

-¿Qué necesita señor gokú?