Parte 11

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Se creó un nudo en su garganta, aclaró la voz.

—S-soy Jesse —Él se acercó a la camilla y tomó su mano —Ella lo miró confundida —Soy tu esposo.

—Eso es —Ella balbuceó con una gran sonrisa haciendo un esfuerzo para que sus ojos no se cerraran.

—Le subministramos algo para el dolor y la inflamación, estará algo desorientada y se dormirá en cualquier momento. El golpe no fue grave pero si no la hubiese sacado de la bañera, al estar inconciente tras el golpe ella se hubiese ahogado con el agua de la regadera. —Dijo el Doctor.

—No se imagina lo asustado que estaba, ella lo es todo para mi.

El doctor puso su mano sobre el hombro de Jesse.

—Ya no hay por qué preocuparse.

Puede llevarla a su habitación, no hay necesidad de tenerla más aquí en la enfermería. -dijo amablemente el doctor.

—Doc, muchas gracias. —Nena, ¿quieres que te cargue hasta la habitación? —Ella asintió con la cabeza.

Adiós Doc, dijo ella despidiendose con la mano.

Jesse la tomó en brazos y ella rodeó sus brazos en el cuello de él.

Llegaron a la habitación y el la puso delicadamente sobre la cama, ambos sentados en el filo de esta, Jesse la abrazó con todas sus fuerzas mientras las lágrimas se deslizaban por su rostro, sentía como si todos pudiesen escuchar su corazón latir fuertemente contra el pecho de Sam, la besó en la mejilla repetidamente y con su voz quebrantada dijo: -Te amo.

Ella le acarició el rostro y secó sus lágrimas, empezó a besarlo, él fue recostándose en la cama, ahora Sam estaba sobre él, continuó besando su cuello, lo tomó de la camiseta e intentó quitársela pero no pudo.

—¿Me ayudas? —Dijo ella con voz tierna.

—Sam no creo que —Ella lo interrumpió poniendo el dedo sobre sus labios.

Le subió la camiseta y continuó besando su pecho bajando hasta llegar a su obligo, ella quería bajarle los pantalones pero Jesse la detuvo

—Sam por favor para —Dijo él con la respiración agitada.

Ella se recostó sobre su pecho y preguntó

—¿No quieres hacerlo?

—Me encantaría hacerlo ahora mismo, en cerio muero arrancarte la ropa, besar cada parte de tu cuerpo y sentir como nuestros cuerpos se adhieren perfectamente, pero siento que no es correcto hacerlo en estas circunstancias... Yo no quiero que sea así... Y creo que tu tampoco, Sam yo...

De repente los ronquidos de Sam lo interrumpen, ella se quedó profundamente dormida sobre su pecho, él la cubrió con su brazo y le dio un besito en la cabeza.

—Dulces sueños preciosa.

Cerró los ojos e intentó dormir, pero los ronquidos de Sam eran cada vez mas fuertes, cuando finalmente pudo dormirse un extraño temblor lo despertó.

Sobreviviendo a la primera nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora