La mente de Donghae se desmorona día con día, su desgano y sus celos irracionales, provocan peleas y discusiones que amenazan su, alguna vez, idílica relación con Hyukjae. ¿Son sus comienzos como pareja los que le persiguen y le llenan de culpa?. Y...
Luego de aquella de noche de divagaciones y recuerdos en la cocina de su apartamento, Hyukjae se había ido a dormir junto a Donghae, con la firme resolución de que hablaría con su pareja al día siguiente, pondrían las cartas sobre la mesa, y llegarían a un acuerdo. Por su parte, la respuesta estaba clara: Donghae podría estar sufriendo depresión o algún otro trastorno similar y era preciso que fuera donde un terapeuta para tener un diagnóstico y obtener el tratamiento necesario. Punto.
Con ello en mente, su corazón había encontrado algo de paz y una vez estuvo tendido en la cama, acarició suavemente al castaño, que dormía ajeno a todo, antes dormirse también abrazado a él. Hyukjae lo acompañaría en lo que hiciera falta, Donghae mejoraría y todo volvería a la normalidad.
Habiendo tomado aquella resolución, esta mañana de domingo se levanta muy temprano para preparar el escenario para la conversación. Lo mimará con un rico desayuno y una vez resueltos los temas, disfrutarán de un día de regaloneo juntos.
Panquecas para los dos, un smoothie para Donghae y un café con crema y mucha azúcar para él. Perfecto.
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Se encamina a la habitación para revisar si Donghae ha despertado, sacando la cuenta de cuantas horas ha dormido el castaño, y ya deben ser más de "¿14? ¿15?, ¿más? ". Sin comer, sin moverse. "Rayos, bebé...". Redobla el paso y entra a su dormitorio.
Donde no hay nadie...
- ¿Bebé? - se dirige al baño y hace una revisión rápida. Tampoco está allí. "¿A dónde fue sin que él lo notara?".
- ¡¿Bebé?! - ahora hay una leve nota de alarma en su voz.
- ¡Donghae, bebé! ¿Dónde estás? - da vueltas por todo el departamento, abriendo y cerrando puertas, frenético - ¡Donghae!
Resuelve llamar a su celular, por si por alguna muy extraña casualidad ha sido capaz de salir del departamento sin que él lo viera. Se siente estúpido hacerlo, porque hay una sola salida en el departamento y está a toda vista desde la cocina y la sala. Es imposible, tendría que haberse hecho invisible. Igual marca, por si acaso.
Pero el celular resuena abombado desde la sala, debajo de una chaqueta que el castaño dejó allí tirada en el sillón.
"Rayos. Rayos. ¡Rayos!".
- ¡Donghaeee! - desesperado, vuelve la habitación y revisa todo otra vez. Debajo de la cama, en el closet. Con temor, incluso mira a la ventana. Su corazón se salta un latido. Está cerrada. La descarta con un suspiro de alivio. Decide seguir buscando.
- ¡Bebeeé!
En el baño, corre la cortina de la tina. Nada. El clóset de toallas y sábanas. Nada.
Y entonces...
Una casi inaudible respiración se deja oír en un momento de silencio de sus gritos y movimientos. Inmóvil como un sabueso, Hyukjae se dispone a afinar el oído para seguir el rastro del sonido.
