Éste es Obi-Wan en la luz:Cuando es conducido hasta el puente, junto a Anakin y el Canciller
Palpatine, no necesita mirar a su alrededor para ver las hileras de consolas de control atendidas por aterrados neimoidianos.No tiene que volver la cabeza para contar los droidekas y los superdroides de combate, o para situar la posición de los brutales
guardaespaldas droides.No se molesta en alzar los ojos para encontrar la fría mirada
amarilla fija en él a través de una máscara-cráneo de plastiarmadura.Ni siquiera necesita llegar a la Fuerza.
Ya ha dejado que la Fuerza llegue a él.
La Fuerza fluye sobre él y a su alrededor como si estuviera sumergido en una catarata pura como el cristal, perdida en el verdor de una olvidada selva tropical.
Cuando se abre a ese centelleante torrente, éste fluye hasta él, a través de él, y sale de él sin la menor interferencia de su mente consciente.
La parte de él que se hace llamar
Obi-Wan Kenobi no es más que una ola, una onda en el estanque en el que él se baña de forma incesante.Aquí también hay otras partes de su ser.
Aquí no hay nada que no sea parte de él.
Desde la marca chamuscada en la cabeza de R2-D2 hasta el borde desgarrado de la túnica de Palpatine, incluso la grieta de tela de araña en el panel de transpariacero del ventanal curvo sobre el cual vuelan las grandes naves estelares que todavía batallan
más allá.Porque todo eso es parte de la Fuerza.
De algún modo, misteriosamente, la nube que oscurece la Fuerza hace casi
década y media acaba de aligerarse a su alrededor, y en su interior puede encontrar la brillante claridad que recuerda de sus días escolares en el Templo Jedi, cuando la Fuerza era pura, limpia y perfecta.Es como si la oscuridad se hubiera retirado y se hubiera enroscado sobre sí misma para concederle este momento de claridad, para devolverle el completo poder de la luz, aunque sólo sea por un momento.
No sabe por qué, pero es incapaz hasta de preguntárselo.
En la Fuerza, eso está más allá de toda
pregunta.El porqué carece de sentido; es un eco del pasado o un susurro del futuro.
Lo único que importa en este ahora infinito es qué, cuándo y quién.
La Fuerza es los dieciséis superdroides de combate, relucientes con su cromado anti-láser y con los brazos cargados de artillería pesada; es esa artillería y es sus objetivos; es los ocho droides destructores que esperan con paciencia electrónica
dentro de sus escudos energéticos, los dos guardaespaldas y hasta el último de los temblorosos neimoidianos; es sus ropas, sus botas y hasta cada gota de humedad con olor a reptil que rueda por ellos gracias a los nebulizadores de humedad que emplean para mantener baja su temperatura interna; es los grilletes que le sujetan las manos y
la electropica que los guardaespaldas empuñan detrás de él.Es los dos sables láser que el otro droide guardaespaldas se dispone a entregar al general Grievous ante ellos.
Y es el propio general.
Es las costillas de duranio del general; es el latir del corazón alienígena de
Grievous, y es el silencioso latir del oxígeno al ser bombeado por sus venas alienígenas; es el peso de los cuatro sables láser en el cinturón del general; y es la impaciencia avariciosa y las chispas tras los ojos del general que han despertado en él; es hasta el plan de su propia ejecución, que se trasluce dentro del cerebro del
general.
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STAR WARS LA VENGANZA DE LOS SITH [ NOVELA ]
Science FictionTras muchos años de guerra civil, los separatistas han llevado a la castigada República al borde del colapso. En Coruscant, el senado contempla como el canciller supremo Palpatine va anulando progresivamente las libertades civiles, buscando así prot...