T R E I N T A Y O C H O

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"No puedo entender lo que el tiempo escribió y aunque sé que es lo mejor, hoy me cuesta tanto decirnos adiós.

No puedo volverte a oír, no puedo correr el riesgo a lo mejor me equivoco y si hablamos yo vuelvo a caer, sé que va a cuidarme el tiempo"

Volverte A Oír, Ventino

Las semanas habían pasado gradualmente, y cada día el dolor parecía más llevadero, al menos había dejado de llorar cada que fregaba la loza o cuando cocinaba

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Las semanas habían pasado gradualmente, y cada día el dolor parecía más llevadero, al menos había dejado de llorar cada que fregaba la loza o cuando cocinaba.

Todo parecía más llevadero. Los días que no trabajaba en el café o en el restaurante, los usaba para dar clases de regularización con pequeños de mi vecindario, me mantenía ocupada la mayor parte del tiempo y parecía que poco iba mejorando.

Había perdido peso, pero intentaba recuperarlo, mis ojos tenían ese aspecto apagado, pero las ojeras iban desapareciendo poco a poco.

Samuel había pasado a ser uno de mis pocos amigos y aunque en ocasiones podía odiarlo, otras veces podía agradecer que hubiera insistido tanto en ser mi amigo que ahora era más llevadero fregar la loza hasta las dos de la mañana.

—¡Hey Adara! —grito Sam, ya lo había apodado así, desde el otro lado de la calle, haciendo que me detuviera y lo mirara

—¿Qué pasa? —me detengo esperando a que llegue a mi lado

—Nada, ¿quieres ir a comer?

—Tengo tareas pendientes y las haré, lo siento

—¿Puedo acompañarte a casa?

—Supongo —reanudó la marcha con él a mi lado

—¿Me invitaras a comer a tu casa?

Me rio huecamente, pero lo hago.

—Está bien, tengo un buen humor, así que sí, llamaré a mis padres

—Oh, ¿debería llevar algo?

—Como quieras —habló sin importancia, sacando el teléfono, avisando que iré con Sam, sabían de él, pero aún no lo conocían personalmente

Caminamos hasta la parada del bús, después, por insistencia de Sam, bajamos en un súper, para que pudiera llevar algo a mis padres.

—¿Carne, pescado? ¿Qué es bueno, Adara? —dice llamando mi atención, pero tengo unas náuseas terribles, solo tapo mi nariz y me voy al baño en una carrera

Sam luego entra al baño, sin importarle mucho las críticas e insultos de las señoras que están en el tocador

—¿Estas bien? —habla acariciando mi espalda, tomando mi cabello, atándolo con una goma

—Sólo, me siento mal —una nueva arcada me ataca, mi cara se pone roja porque Sam me esté viendo en estas condiciones

Cuando termino, Sam me mira preocupado, me enjuago la boca y seco con un pañuelo desechable.

ʀᴇᴡʀɪᴛᴇ ᴛʜᴇ sᴛᴀʀs | ᴋɪᴍ sᴇᴏᴋᴊɪɴ [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora