ʀᴇᴡʀɪᴛᴇ ᴛʜᴇ sᴛᴀʀs | ᴋɪᴍ sᴇᴏᴋᴊɪɴ [Finalizada]

T R E I N T A Y U N O

"Quiero ver el amanecer en tus pecados, solo tu y yo, enciéndelo en la carretera, hagamos el amor esta noche, reconciliémonos, enamorémonos, intentémoslo

Te abrazare cuando las cosas vayan mal, estaré contigo desde el atardecer hasta el amanecer"

Dusk Till Dawn, Zayn ft Sia

Desde aquel día, las cosas solo se estaban volviendo más pesadas, y la agenda de eventos cada vez estaba más llena, como justo ahora, se encontraban agendando su próximo comeback japonés, junto a eventos promocionales en Japón. Y hoy, después de algunas semanas, ellos volvían.

Saque la llave del departamento que era nuestro mayor cómplice, siendo testigo de nuestro amor a puertas cerradas. Cerré la puerta, lo hice cuidadosamente, no quería despertarlo si es que estaba dormido.

Deje las bolsas sobre la barra de la cocina y avance a la habitación, pero no había nadie. Quizá un retraso, era normal que llegará tarde de la hora que daba.

Resignada me puse a preparar algo para comer, si él llegaba en el tiempo que estimaba, al menos lo recibiera con un poco de comida. Puse música en mi teléfono, cantando mientras cocinaba algo rápido.

Estaba a nada de terminar, cuando unas firmes manos me toman de las caderas y suelto un grito de la impresión.

—Hola bonita

—J-Jin, me asustaste

—No más que tú a mí, ahora dime, ¿Por qué no me avisaste que llegaste?

—Cuándo fui a tú habitación, no había nadie

—Estaba en la ducha y el delicioso aroma me hizo salir lo más rápido posible

—Lo siento, para la próxima vez te buscare mejor —respondí sonriéndole—. Ahora ven aquí cariño, y dame un beso —alce mis brazos para que bajara a mi altura y pudiera colgarme de su cuello

El beso era tierno, pero poco a poco se tornó húmedo, intenso y con necesidad de más, Jin me tomó de los muslos y me sentó sobre la barra de la mesa, posicionándose entre mis piernas, mientras yo lo recibía, su entrepierna chocaba con la mía, y la altura era perfecta.

Nuestro beso era necesitado, ambos nos habíamos extrañado estos días sin vernos ni darnos una caricia, sus manos se aventuraron a mi espalda baja, dibujando círculos, con su dedo, dejaba salir suspiros y jadeos que nos permitían tomar aire, sus abultados labios estaban rojos e hinchados, de los mordiscos que nos propiciábamos.

—Me encanta que me recibas así, bonita —susurro acercándose peligrosamente a mi

—Te extrañé, debe ser eso —hablé cohibida

—Adara yo, yo quiero ser el único hombre en tú vida —jadeo

—Creo que eso ya es Jinnie —murmure sonrojada