Comprometido a amarte

Capítulo 8: Dianna

"Retener es creer que solo existe el pasado, dejar ir es saber que hay un futuro."

Scorpius pasó noche y día leyendo y estudiando cada poción de ese libro, pasaba las hojas de un lado a otro, las memorizó todas, sin excepción, estaba obsesionado con ese último recuerdo de Dianna.

—Cielo...— dijo su madre después de haber golpeado dos veces la puerta. Habían regresado unos días atrás, al parecer sin buenas noticias. —Deberías salir un poco, hace un día precioso, puedes acompañarme a visitar a tu tía Daphne. — suspiró— Además... me preocupa que no te despegues de ese libro.

—Mamá...—estaba dispuesto a protestar.

—Por favor, hazlo por mí — le pidió ella con una dulce sonrisa. El joven rio.

—Está bien, está bien, siempre consigues lo que quieres... dame solo un momento.

—De acuerdo, te espero abajo —Astoria salió de la recámara y cerró la puerta suavemente.

Scorpius se disponía a guardar el libro en su baúl, pero la tentación lo obligó a leer la dedicatoria una vez más antes de irse, al pasar las hojas del libro se cortó con una página y una gota de sangre manchó el libro.

—Maldición...

—¡Scorpius! —gritó su madre desde el recibidor.

—¡Ya voy! —el rubio dejó rápidamente el libro y bajó corriendo.

* * *

Scorpius pasó una tarde excelente en compañía de su madre y su tía, a la cual tenía meses de no ver. A pesar de eso, quiso subir a su cuarto para estar solo, pasar tiempo con su madre le hacía recordar que, probablemente, la perdería en poco tiempo, y él no era lo suficientemente fuerte para vivir con una sonrisa sabiendo esa terrible verdad.

Lo primero que hizo al llegar a su alcoba fue buscar el libro de pociones, lo tomó del baúl y se recostó en la cama, volvió a hojear, como era costumbre, las páginas del libro, pero, para su sorpresa, no había nada escrito... estaba completamente en blanco. Confundido, Scorpius revisó el libro, hoja por hoja, pero sus ojos no lo engañaban, las páginas se encontraban vacías.

—¿Qué está pasando? — se detuvo a pensarlo un momento. — ¡La sangre!

El rubio tomó una pluma y escribió su nombre en una página al azar... nada pasaba. Intentó copiar las recetas de pociones de nuevo, pero la tinta iba desapareciendo y las páginas quedaban de nuevo en blanco. Estuvo intentando regresar el libro a la normalidad hasta que cayó la noche, Scorpius estaba frustrado, ya ni siquiera veía bien debido a la oscuridad. No quería levantarse de la cama a encender la luz, así que utilizó su varita para ver.

—Lumos— dijo y una pequeña luz iluminó la punta de su varita, con ella alumbró las páginas del libro, las cuales ya no estaban vacías, las hojas estaban llenas de escritos a mano, como un diario.

Scorpius se levantó bruscamente de la cama y encendió la luz. Las hojas estaban de nuevo en blanco. Repitió el proceso, iluminó el libro con la varita y el texto volvió a aparecer, encendió la luz y éste se esfumó. Se dio cuenta que la única forma de leer el contenido del libro era con luz mágica, así que regresó a su cama y con la varita iluminó la primer página, en el lugar donde antes se encontraba la dedicatoria, ahora decía

La historia de mi vida, Dianna Basset

"Hola... Me llamo Dianna, mamá te hechizó para que nadie pudiera leerte, así que te contaré todos mis secretos..." Había una carita feliz dibujada a un lado.