Capítulo 9: Un nuevo comienzo

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"Amar es arriesgarse a que no le quieran. Esperar es arriesgarse a sentir dolor. Intentar es arriesgarse a fracasar. Pero hay que arriesgarse, porque lo más peligroso en esta vida es no arriesgar nada."

<<Yo sé que puedo amarte con todo mi corazón, porque lo que siento ahora es real... cuando estoy contigo soy capaz de dejar mi pasado atrás pero... mi conciencia es la que no me deja tranquilo, tengo que pagar mis pecados, debo reparar el daño que hice antes de permitirme ser feliz de nuevo, por eso te pido que me esperes...>>

Rose abrió los ojos, confundida, miró a su lado y vio a Albus mirando por la ventana, frente a ella se encontraba Scorpius, durmiendo. Se incorporó lentamente y soltó un enorme suspiro.

—Despertaste—dijo Albus.

—Sí, me siento agotada.

—Es normal, siempre llegas corriendo al tren— dijo su primo riendo.

—¡Albus! — exclamó avergonzada — Eso no importa, muero de hambre, iré a buscar algo de comer. — Rose se levantó para salir.

—Me traes una rana de chocolate— Escuchó decir a Albus antes de que cerrara la puerta.

Rose caminó a través del tren buscando a la señora del carrito, mientras los pensamientos llegaban repentinamente a su cabeza <<¿Será posible que Malfoy pueda amarme?...Quizá solo estoy perdiendo mi tiempo. Sé que debo darle una oportunidad, lo que él vivió no fue fácil pero...>>

—... Tengo miedo de sufrir— dijo para sí misma.

Unos minutos después encontró a la vendedora y compró varios dulces, regresó lentamente tratando de tener una actitud más positiva, cuando estuvo frente a su compartimiento vio que Scorpius había despertado, estaba platicando de forma muy animada con Albus.

—¿Qué puedo hacerle? — Rose se encogió de hombros y sonrió. —De todos modos es nuestro último año, hay que tratar de disfrutarlo al máximo— abrió la puerta y entró esbozando una enorme sonrisa.

* * *

Habían pasado algunas semanas, Rose estaba buscando a Scorpius, se suponía que tenía que devolverle su libro de aritmancia. Después de un rato de búsqueda lo encontró en los jardines hablando con una chica a la cual Rose no conocía, tenía una piel preciosa, como de porcelana, el cabello de color rubio claro y unos hermosos ojos azules, con una tonalidad cercana al gris, era muy bajita, y delgada, parecía una muñeca. Traía una bufanda de rayas plateadas y esmeraldas, así que debía pertenecer a Slytherin, parecía ser alumna de primer año. Rose se acercó, detrás de un árbol para poder escuchar.

—...te lo juro, Slughorn me odia— dijo haciendo un puchero.

—No puedes saberlo, él es un buen tipo, solo tienes que esforzarte un poco más.

—¡Imposible! Su materia es tan difícil ... ¿No quisieras darme unas lecciones? Tú eres excelente haciendo pociones— pidió tiernamente.

—No lo sé Millie, estoy algo ocupado...— dudó Scorpius.

—Por favor— dijo ella alargando la última sílaba mientras juntaba sus manos como un angelito.

—No me lo pidas así, no podré negarme.

—Esa es la idea Scorp— sonrió con sus perfectos dientes.

—Vale, está bien, pero sólo será una vez, y tendrás que poner atención— le advirtió el rubio.

—¡Eres el mejor! — exclamó Millie lanzándose sobre él y haciéndolo caer al pasto. Ambos comenzaron a reír sin moverse, ni parecer incómodos.

<<Esto es demasiado, es una niña pequeña ¿Acaso está enfermo?>> pensó Rose molesta y se plantó frente a ellos.

Comprometido a amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora