Comprometido a amarte

Capítulo 17: Confrontación

"La oscuridad no comienza con una decisión, sino con una duda."

La mente de Scorpius estaba trabajando a un ritmo frenético, ocupada en demasiadas cosas al mismo tiempo, tanto que las tareas que Flitwick le pedía realizar las terminaba completando de forma casi automática, sin apenas ser consciente de sus actos. En varias ocasiones el profesor le preguntó si se sentía bien, pues su expresión y semblante eran como los de un enfermo. Pero él se mantenía firme, ayudándole a acomodar sus libros y demás cosas de un estante a otro.

No tuvo la oportunidad de enfrentarse a Albus, de mirarlo a los ojos y ofrecerle una explicación. Y en la oscuridad de su mente, la certeza se afianzaba: Albus ahora pensaba lo peor de él. La duda, afilada y persistente, se clavaba más profundamente con cada minuto que pasaba.

No estaba seguro de si Albus lo ayudaría o si, por el contrario, lo delataría ante los profesores... negó con la cabeza. Albus no lo acusaría sin antes darle la oportunidad de explicarse. Sin embargo, esto no restaba el peso de la opinión que Albus podría llegar a formar sobre él.

Y entonces llegó la gran duda a su cabeza: ¿Albus se lo contaría a Rose?

Se quedó inmóvil a mitad de la sala, los libros que llevaba en sus manos de repente pesaban toneladas, aplastando sus hombros. Su mente giraba en un torbellino de desesperación, preguntándose si Albus ya había hablado con Rose. ¿Lo habría traicionado?

De verdad no deseaba que Rose lo supiera; recordó las duras palabras de la pelirroja mientras leía la noticia de la muerte del unicornio. ¿Qué pensaría de él? no quería decepcionarla ni romper su corazón.

Pero Albus tampoco la dejaría en la ignorancia total a sabiendas de que estaba metido en algo tan oscuro.

Miró por la ventana, habían pasado varias horas ya, estaba oscuro. Lo que Albus hubiera hecho, ya estaba realizado y no había vuelta atrás.

Pronto llegó la hora de finalizar el castigo, el profesor Flitwick los liberó tanto a él como a Zabini. Salieron de inmediato del despacho a paso apresurado hacia el pasadizo de la bruja tuerta.

—Zabini, no vengas.

—¿Por qué no? —replicó Isabelle, levantando una ceja con desdén— Necesito asegurarme de que no hayas arruinado todo. ¿Quién se supone que te ayudó? No me sorprendería que lo hayas consultado con Weasley, y que nos termine exponiendo...

—Claro que no... —respondió rápidamente, pero la duda en su voz era palpable. Isabelle siempre tenía una forma de plantar la semilla de la incertidumbre en su mente.

—¿Potter entonces?

Scorpius simplemente asintió, sintiendo una incomodidad creciente.

—Bien, Potter no es una mala elección. Es más leal de lo que parece a primera vista... aunque esa lealtad puede ser peligrosa si se tuerce en la dirección equivocada— dijo Isabelle, dejando que sus palabras se deslizaran como una amenaza velada.

Scorpius sintió un escalofrío recorrer su espalda. Isabelle había tocado un punto sensible: la lealtad de Albus. ¿Podría él realmente confiar en que no diría nada a nadie? ¿Tal vez a Rose? ¿Si tuviera que escoger entre él o ella quién sería el ganador?... eso estaba más que claro.

—Aun así, no veo por qué debería mantenerme al margen. Alguien tiene que asegurarse de que todo salga según lo planeado. Después de todo, si algo sale mal, ¿quién crees que pagará el precio? —Isabelle lo miró , a pesar de ser firme en sus palabras se observaba preocupación en su mirada. — No puedo permitir que eso ocurra.

—Necesito hablar con él a solas, Zabini. Por favor, vete.

—Como quieras, Malfoy —dijo ella finalmente, no parecía del todo convencida—, pero asegúrate de que Potter no se convierta en un problema. Recuerda que todos estamos atados a esto. Si él se descontrola, será tan culpable como nosotros. —Se dio la vuelta, pero antes de irse, lanzó una última advertencia— Y no te equivoques, Scorpius. Hay cosas que ni siquiera la amistad puede salvar.