Capítulo 24

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Kael

Todos mis objetivos han quedado en la nada. Renuncié a intentar ganarme la confianza de Fared, no encuentro a Jacky, ni siquiera sé si está bien y mi madre ha desaparecido, no hay respuestas para mí.

Solo me queda esta pequeña runa entre mis dedos.

—¡Su alteza! —grita alarmado Endek cuando la alhaja empieza a brillar.

Intenta quitármela, pero ya es demasiado tarde, aparecimos en otro lugar.

—¿Qué acaba de ocurrir? —expreso confundido —¿Viste esa luz? Juro que yo no hice nada.

Recuerdo cuando usé la runa antes, fue para encontrarme con Jacky, pero sinceramente ahora no me guió hasta ella y además nos teletransportó a los dos.

—¿Dónde estamos? —Endek observa de manera detenida a todas partes.

—Es... —Me acerco a ver un objeto de gran tamaño que tiene ruedas —¿Una carreta?

—No, no veo los caballos —Se aproxima a donde estoy y lo toca —. Parece hecho de acero.

—¿Cómo las espadas? Necesitas un molde muy grande para eso —opino.

—Bueno, no sé, no soy técnico... —Da dos golpes a la chapa y lo que creo que es un vehículo empieza a hacer un ruido infernal —¡Oh, por los dioses! —grita Endek —¿Qué es ese alarido?

—No sé, pero mejor nos largamos, viene gente que parece no muy amigable.

Mi consejero asiente y nos alejamos. Caminamos por lo que parece ser un pueblo. Algo roto y viejo, pero con edificaciones totalmente distintas a las que conozco. El don que casi comienzo a comprender por completo, me guía por un camino y llegamos a un cementerio.

—¿A quién estás siguiendo? —me pregunta Endek.

—Creí ver a mi madre, parecía un espectro —Miro la runa que brilla y llego hasta una tumba —. "A la memoria de Nastia, la mejor guerrera del mundo".

No puede ser.

—¿Cree que es la lápida de la abuela de la señorita Jaelyne?

—Me leíste la mente —opino volviendo la mirada a la alhaja que continúa brillando.

—Eso quiere decir que estamos en Paraleio —afirma.

—¿Paraleio? —expreso confundido y giro mi vista hacia él.

—Los libros antiguos dicen que es un mundo donde no existe la magia, su tecnología es muy diferente y avanzada, además las etnias son distintas aquí.

—Ya veo.

—Yo no le creería —Un chico de cabello negro y ojos verdes se nos acerca. Tiene una ropa muy diferente a la nuestra, pero también más distinguida, que los hombres que parecían poco amigables, cuando tocamos el raro vehículo —. Los libros antiguos no saben nada —finaliza.

Frunzo el ceño.

—¿Y tú sí? —indago.

—¿Quién es usted? —intercede Endek.

—Me dicen Logan, pero viendo que son de Aeistian, si quieren pueden llamarme por mi verdadero nombre, Yeran, pero no hablemos de mí, charlemos de ustedes, los estaba esperando, en especial a ti, Kael.

Belleza del Océano #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora