La vida después del coma podía ser difícil, pero nunca imagino que le tocaría enfrentarla.
Sus memorias se habían esfumado una vez despertó de su coma de dos años. Todo era desconocido, todo era nuevo.
¿Que tan difícil seria recuperar todos esos rec...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿Osea que usted es mi madre? Lo siento, no la recuerdo.— La señora de pelo negro y ojos gatunos al igual que su hijo, secaba sus lágrimas con el séptimo pañuelo que su yerno le había dado.
—Espere dos años a que despertaras, puedo esperar a que me recuerdes.— Se unieron en un abrazo mientras Yoongi cerraba los ojos y inhalaba el olor de la mujer.
—Tiene un olor muy familiar...— Yoongi se separó de la mujer con una sonrisa cálida en su rostro.
—Siempre que sentías una fragancia, lo relacionabas con algo. Cuando íbamos a la casa de tu madre, siempre dices que hay olor a mamá...—Seokjin agregó.
Yoongi lo miró nuevamente después de haber evitado su mirada por tanto rato y el medidor de signos vitales volvió a tomar velocidad.
—¿Em, estás bien? Voy a llamar a la enfermera.— La madre de Yoongi salió a buscar a la enfermera y Seokjin trató de ponerse de pie pero el pelinegro lo frenó.
—No, yo tan solo-— Tomo el principio de la sopapa que tenía pegada a su pecho sin quitar la mirada de encima del mayor y la quito, frenando el medidor y este emitiendo un largo pitido.
—¡Yoongi, no hagas eso!— Seokjin tomó el electrodo y con cuidado lo pegó nuevamente en su pecho.
—Gracias...— Seokjin le dedicó una sonrisa, estaban comprometidamente cerca y el pelinegro no pudo evitar sonrojarse.
La máquina volvió a emitir pitidos alegres.
—Ahí esta de vuelta, voy a llamar a la enfermera.— El mayor dejo la habitación y el pelinegro quedó solo.
Giro lentamente su cabeza hacía la máquina y la miró con recelo.
—Cosa chismosa...—
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Yoongi miraba tranquilamente la televisión que se encontraba frente a él, todavía no salía del shock de que de un momento para el otro ya estaba en el 2020.
Solía quedarse en un trance cuando se ponía a pensar en eso, tan solo recordaba estar manejando en la noche y luego escuchar los cláveles de ángeles.
