8. Caricias traicioneras

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—Necesito que esperes

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—Necesito que esperes.—Yoongi levantó sus cejas ante las palabras del mayor.

Suspiro rendido y se dejo caer sobre la cama, posó sus manos sobre sus ojos y rió avergonzado mientras emitía sonidos desesperados, ya no sabía que darle al mayor para hacerle saber que quería que lo hiciera suyo.

¿Que más esperaba a que recordara? Eran novios, vivían juntos y habían sido amigos por un largo tiempo...

—Métete en la cama, ya vengo.—Seokjin acarició su mejilla y se alejó lentamente, dejando al pálido con la mandíbula en el aire.

"Como le gusta jugar con mis sentimientos." Pensó el menor.

Luego de unos minutos y el menor haberse acurrucado en una esquina de la cama, Seokjin volvió con su pijama puesta y se recostó a su lado.

—Lo lamento, pero créeme que tengo razón.—Yoongi volteó ante las palabras del mayor y sonrió cálidamente, plantó un pequeño beso en sus labios y se acurrucó en su pecho, como solía hacerlo cada noche.

Sus ojos tardaron en cerrarse, ya que miles de pensamientos pateaban su cerebro, pero finalmente se durmió.

Sus dedos recorrían lenta y suavemente la pierna de tez lechosa del pelinegro, la suavidad de su piel y el aroma tan impecable que solía llevar su prometido, a veces le hacían perder la cabeza

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Sus dedos recorrían lenta y suavemente la pierna de tez lechosa del pelinegro, la suavidad de su piel y el aroma tan impecable que solía llevar su prometido, a veces le hacían perder la cabeza.
Sus piernas enredadas bajo las sábanas y la camisa del menor–desabrochada completamente, quizás el menor sufrió acaloramiento en la madrugada–dejando a la vista su pecho y abdomen, quizás estaba haciendo mal.

Creía que el menor lo golpearía si despertara y si se encontrará en como el mayor estaba acariciando su cuerpo, pero no fue así.

Yoongi abrió sus ojos mientras una sonrisa que lo hacía parecer un dumpling se formaba en su rostro, ladeó su cabeza y noto la mano de su prometido, pasearse sin vergüenza por todo su muslo. Seokjin paró y el pelinegro volteó rápidamente a observarlo molesto.

—¿Por que paras?—Seokjin se asombro pero con apuro volvió a mimar a su novio.

Ahora, su mano iba desde su muslo hasta su cintura, daba pequeños zig-zags sobre un solo lugar y volvía al recorrido, Yoongi tan solo se concentraba en el rostro del castaño y en lo bello que se veía siempre que acababa de despertar.

Punto...¡Pero agreguemos una coma! | JinsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora