Amor.

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-Oye, espera -Exclama Connor, tomando del brazo a Hank -, ¿Qué se supone que haga con esta? -Señala a la androide que había alquilado -.

-No sé -Responde en un tono neutro -, dígale que no quiere y ya -.

-"Dígale que no quiere y ya..." -Revira los ojos por la solución tan "efectiva" que le había dado. La androide se acerca a Connor, tomándolo el brazo, acariciando con delicadeza, despertando las fibras sensibles en el cuerpo de Connor -, Escucha, yo... cambie de opinión, regresa a tú... Lo que sea donde estabas metida - Se separa de Connor, confundida, pero al final obedece -.

Mientras tanto, Hank observaba con detenimiento a los androides en las repisas, tratando de adivinar cual de todos pudo haber visto algo. Sus ojos se posan sobre los de una chica de cabello oscuro, igual en sus rasgos físicos a la que acababa de ser desactivada en la escena del crimen, solo que esta tenía el cabello de otro color y bailaba en un tubo. Parecía tener un buen ángulo para ver a su alrededor. Hank se acerca a ella. La androide, al divisar a Hank, da una vuelta en el tubo, calcula las distancias, ágilmente se agacha, abriéndose de piernas para Hank, finalmente se pone de pie, haciendo que sus pechos se moviesen con el fin de provocarlo, pero fue inútil. Tan frío como solo él sabia serlo, sostiene el brazo de la androide, accediendo a los datos de su memoria. En resumen, la androide se adentro aún más en el burdel, pero no era suficiente esa información, necesitaba más. Rápidamente se acerca a otro androide, exactamente igual a la primera con la que habían acudido, solo que esta vez estaba bailando en un tubo. Según su base de datos, la androide de pelo azul que buscaban se dirigió a la habitación roja. La habitación era una zona con androides con apariencia masculina, la variedad era poca, pero cubría rasgos generales como color de pie, facciones del rostro, y nacionalidad. El rastro de memorias androide lo llevo hasta la puerta trasera donde solo tenia acceso el personal autorizado.

-Sé por donde se fue, ¡Sígame! - Comenta Hank -.

-No puede ser - Se queja Connor, siguiendo al androide -, Todo esto es una locura.

Teniendo la puerta en su nariz, Connor detiene al androide, informándole que iba a primero. A punta de pistola, ambos entran a una pequeña habitación, la cual estaba llena de androides desactivados.

-Mierda... Llegamos tarde - Comenta Connor, empezando a sentirse frustrado, pero aún así no se detiene en su búsqueda de la androide. Delante de ellos, había una puerta de metal abierta de forma descarada, tal vez habían escapado por ahí o tal vez no -, Dios santo, míralos... Los usan hasta que se rompen y después se desasen de ellos... - Comenta, mientras Hank analiza una muestra de plasma azul que encontró en el suelo. Esta no se había evaporado aún, el rastro le guía hasta un grupo de androides apagados, apilados en una de las esquinas, estando acomodados en filas -.

-Teniente -Dice Hank al ver el palpitar azulado en un androide de cabello azul, era ella -.

Apenas Connor tuvo tiempo de girar su cabeza a Hank, cuando un androide de cabello castaño, corto, vestida con la misma ropa interior a la que andaban cazando, ataca sin pensar dos veces a Hank. Instintivamente, Connor se acerca un poco a la escena, levantando su arma a ambos androides.

-¡No se muevan! - Exclama con voz firme. Del grupo de androides que tenía a la derecha, una segunda traci se lanza encima del detective, empezando a forcejar con él y tratar de quitarle el arma -.

La pelea se fue alargando más y más hasta terminar afuera, empezando a humedecer sus cuerpos a causa de la lluvia. Hank y la traci de color castaño fueron los primeros en salir del almacén, resbalando en el borde de un escalón, cayendo al suelo, dejando algo aturdido a Hank, viendo todo borroso, además de varios números que buscaban anomalías en sus componentes.

Detroit Become Human: Mi Nombre Es Hank.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora