Capítulo XCVII - Ya no hay que temer.

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Katherin

Tenía que salir de ahí de alguna manera, de eso estoy segura. 

Una vez el taxista me dejó frente a la institución, bajé del auto y entré, caminé directo hacia el espacio que tenía con Graw. 

- Oh, regresaste temprano. 

- Ni siquiera sé porqué acepté salir con ella hoy.- Dije y me tumbé en mi silla.

- ¿Por qué dices eso? ¿Qué pasó? 

- No sé ni cómo explicarlo... Ella me trata como si fuera su hija. 

- ¿No es así?

- No, Graw, claro que no.- Desarboroto mi cabello por la frustración.- Fue tan incómodo.

- Cierto, a ti no se te da bien relacionarte.

- Y creo que le hablé mal.

- Vaya...

- Esto no se volverá a repetir. ¿Hay algo que hacer?- Pregunto.

- No, solo vine a calentar mi asiento. 

- ¡Maldita sea! Préstame tu auto.

- Me preocupa el temperamento que llevas hoy, ¿cómo crees que te daré mi auto?

- Solo voy a pasear para ver si puedo despejar mi mente. 

- Bueno si es así,-saca la llave de su bolsillo- toma.- Lanza la llave y lo logro atrapar. 

- Gracias.

...

- De tantos lugares tuve que perder el tiempo aquí.- Comento, mientras estaba sentada en el banco frente a la casa del difunto.- ¿Será que quedé frustrada con mi primer caso?

En eso suena mi celular, miro la pantalla y es papá. Dudé en tomar la decisión de contestar, pero al final lo hice. 

- Katherin...- Escucho en la otra línea.

- ¿Qué? 

- Lo siento... A estas alturas creo que ya sabes todo. Debí habértelo dicho, pero en ese entonces realmente pensé que mi hermano te me estaba regalando. Me confesó incluso que no le gustaban los niños... Nunca esperé que volvieran a verse, creo que me engañé con la idea de que en verdad tenía una hija. Conoces mi problema y por eso mismo te amé y te sigo amando como si fueras mi hija. Cuando te dije que para mí eras un milagro, tampoco mentía. 

Flashback

- Princesa, vamos a llegar tarde. ¡Apresúrate!

- ¡Ya voy!- Exclamo para bajar apresuradamente las escaleras. 

- ¿Llevas todo?

- Sí.- Contesto. 

- Bueno, vamos. 

- Papá... 

- Dime.

- Las llaves del auto.

- Cierto.- Sonreímos y él toma la llave. Salimos y entramos al auto para llegar al colegio. Una vez llegamos, él estaciona el auto. Bajamos y lo espero en la acera para que tomara mi mano y así entrar a la escuela. 

- Papá...

- ¿Sí?

- Todos mis amigos tienen hermanos mayores, también quiero un hermano mayor. Así vendría todos los días con mi hermano al colegio. 

- ¿Qué?- Se inclina para estar a mi altura.- Eso no es posible. 

- ¿Por qué no?

- No quiero compartirte.- Me dice tomándome de las mejillas y continúa: - Eres un milagro para mí.- Besa mi frente.- Ahora ve al aula, à plus tard (hasta luego).

- Au revoir papa. Je t'aime (Adiós, papá. Te quiero).- Digo mientras balanceaba mi mano.

-  Moi aussi je t'aime (yo también te quiero).

Fin del flashback

- Solo eso quería decirte, espero logres perdonarme.-Dijo esto último y colgó. 

Suspiro y me dedico a mirar el cielo... En silencio, solo la paz y yo. 

- ¡Ayúdame, por favor!- Escucho a alguien gritar y volteo en la dirección en que provenía la voz. Me levanto al ver semejante escena para socorrerla y ella se abalanza sobre mí. - ¡Eres tú!- Exclama.- La joven policía... Fuiste a la casa de Víctor esa vez, por poco te matan si no te hubieras ido.- La escuché decir con un notorio silbido en su voz.

- ¿Qué le ha sucedido, señora?

- Estas investigando la muerte de Taylor, ¿verdad? Tengo información. Él lo asesinó, lo apuñaló frente a mí. Pensé que ya te habían mandado lejos o habías muerto como todos los que investigaban a Víctor. La policía también lo apoyo... Los de la justicia están implicados en asesinatos y drogas.

Sencillamente estaba sorprendida, esta mujer que apenas puede sostenerse y hablar me estaba contando algo extremadamente delicado. - ¿Quién eres? 

- Incluso olvidé mi nombre, pero soy Megan. 

- ¿Megan?- Pregunto para asegurarme.

- Sí.

Entonces es la mujer que describió la niña; el tono de piel, el cabello y los ojos. 

- Ayúdame, de seguro me mataran. 

- No te preocupes.- Dije para sostenerla mejor. - Ven conmigo.- La apoyé en mí hasta subirla al auto. - Tenemos que ir a... No. Me dijiste que la policía está en esto. 

- No, no puedes llevarme allá. Me encontraran y me mataran.

- Esta bien, déjame pensar... Tus heridas deben ser tratadas.

- No, no. También me encontraran. 

¿Será que no hay dónde ir? No puedo llevarla a la casa de Graw y tampoco el hotel, todo eso está en los registros...

- Ya sé. Te voy a ayudar, no te preocupes.- Dije y puse en marcha el auto.

El único lugar apartado y fuera de los registros que se me ocurría era... La casa de los Miller.

...

- Ya llegamos.- Estaciono el auto, me desmonto para luego ayudarla a salir. Caminamos hasta el portón, toqué el timbre y esperamos hasta que por fin alguien abrió la puerta. 

- ¿Disculpe?- Preguntó confundida. 

- Soy la hija de los dueños; necesito pasar, es una emergencia.

- ¿Qué sucede?- Interrumpe alguien.- ¿Katherin?- Es la señora. 

- Lamento volver así, pero necesito su ayuda. 

- Claro, encantada. ¿Debería llamar...

- No,- la interrumpo- solo necesito una habitación.  

- Claro. Ayúdala, por favor.- Le ordena a la chica que abrió la puerta hace un momento y Megan se apoya en ella también. Nos dirijamos a la escalera, subimos los escalones y nos llevó a una habitación, entramos y sentamos a Megan. 

- Dígale a la señora de la casa que hablaré con ella después. 

- Sí, señorita.- Dijo y se retira, cerrando la puerta. 

Saco mi celular y activo la grabación. - Megan, ahora puedes decirme todo lo que sucedió y quién eres en realidad. Ya no hay que temer.


Sin censura: 《detras de Las apariencias》.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora