Capítulo LXXXV - Malas noticias.

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Diana

- ¿Hasta cuándo vas a estar de un lugar a otro? - Pregunta Sebastián.

- Hasta que Estela recupere la cordura.

- ¿Te has visto en un espejo? Diana, te ves agotada.

- Y lo estoy, no te voy a mentir.

- Descansa aquí hoy. Sofía está con ella, van a estar bien. Nos llamaran si sucede algo.

- No estoy segura de hacer eso.

- Yo no permitiré que salgas, así como estás... Hasta podría asegurar que estás enferma.

No puedo estar más agradecida con Sebastián en estos días... Se ha dividido en dos para estar pendiente a su trabajo y a su familia; en ocasiones, hasta lleva a Sofia al colegio. A su vez se ha hecho cargo de todos los gatos, ya que renuncié a mi trabajo. Con insistencia le dije que tengo dinero ahorrado, pero el con más persistencia insistió en hacerse cargo de todo.

En la primera semana del tratamiento de Estela no logramos nada. La psicóloga me dijo que era preciso que ganara la confianza de Estela para poder avanzar. Pero creo que Estela ya lo está afrontando, ya no lo toma con desagrado.

Sofía está haciendo todo lo posible para ser una buena estudiante y al mismo tiempo apoyar a su hermana. Nos está aliviando a todos, aunque no se da cuenta de ello.

- Ya hablé con las sirvientas, te traerán algo de comer pronto. Procura descansar.

- Gracias, Sebastián.

- El clima está bastante fresco. - Dice haciendo a un lado las cortinas de la ventana para dejar entrar el aire libremente. Se quedó mirando el exterior, sin decir nada.

- ¿Qué sucede?

- Creo que Alfred está perdiendo la vista.

- ¿Cómo? Pues debería ir al médico.

- Le he dicho varias veces, pero se rehúsa.

Apuesto que en este momento Sebastián tiene la mista mirada que tenía antes de que Lidia falleciera. La edad le pasó factura... Nadie se lo esperaba, siempre la veíamos trabajando con tanto vigor. Algo que sí sabíamos es que ella ya estaba cansada de tanta medicación y solo decidió servir hasta el día de su muerte. Lidia era como una madre para él y no dudo que mire a Alfred como un padre también, quedaría devastado otra vez si el problema de visión pasara a ser algo peor. No quisiera eso, ya está bastante ocupado estando al pendiente de nosotras y su trabajo.

- También hablaré con él, luego. - Le sonrió, aunque está de espaldas a mí. 

Alguien interrumpe el silencio tocando la puerta.

- Debe ser la sirvienta.- Sebastián va hacia allá y abre.

- Disculpe, señor. Hay alguien abajo y está buscando a Sofía.

- ¿A Sofía?- Preguntamos al mismo tiempo. 

Me levanto, preocupada y voy hacia ellos. - ¿Será que se ha metido en problemas de nuevo...?

- Dice ser un detective.

Pasamos a un lado de la sirvienta y vamos hasta donde se encuentra aquel ¨detective¨. Aún estaba en la puerta; lleva puesto un traje y un sombrero, todo opaco.

- Me han informado que está buscando a mi hija. Ella no se encuentra en este momento, pero dígame... ¿Cuál es el problema?

- Entonces usted es la madre, por ende conoce a Taylor Foster.

- Sí, él es el padre de Sofía. ¿Pasó algo?- Pregunto alzando la mirada a Sebastián y luego al ¨detective¨

- Él falleció, mas bien, lo asesinaron.

-¡¿Qué?!

Sin censura: 《detras de Las apariencias》.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora