Capítulo XLIII - Style.

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Diana

No he sabido nada de Katherin, no he podido comunicarme con ella. Pero la vida me ha dado la oportunidad de ser madre otra vez para consolar mi pobre corazón y lo estoy aprovechando al máximo. Estela ya cumplió sus dos añitos y es digna de ser llamada hija mía. Al igual que Katherin, Estela tiene sus propios talentos... Le gusta mucho el baile y el dibujo. Además, para su corta edad, es muy inteligente... Dice más palabras que Katherin.

- Diana...

- Dime Sebastián.

- Soy yo o mientras Estela está creciendo su piel va oscureciéndose. Ella es mucho más morena que yo, ser más oscura que tú es normal pero como hija ni mi color tiene.

- Sebastián, ¿de qué estás hablando? Todo eso tiene que ver con la genética; puede que uno de mis padres biológicos sea morena o moreno.

Era la misma cosa de vez en cuando... No interactúa con Estela pero sin embargo, la observa y luego dice un disparate. Aun así Estela lo admiraba, no sé porqué mis hijos no me dan toda su atención sin antes dárselo a Sebastián.

- Hmm puede ser.

- Bueno, debo irme. ¡Estela!

- ¡¿Sí, mami?!- Exclama desde su lugar.

- Toma tus pertenencias, mamá irá a trabajar y de paso te llevaré a tu curso de dibujos.

- ¡Sí!- Me fascina cuando habla, lo hace con tanto vigor.  Ella toma su mochila que alguna vez fue de Katherin y antes de tomarme de la mano va y alza sus brazos a Sebastián esperando que éste lo abrace, pero es rechazada como siempre. Es tan cruel... Estela siempre queda confundida con su rechazo hacia ella.

...

- Adiós, mami...- Dice Estela balanceando su mano en señal de despedida.

- Nunca digas adiós, sino hasta luego. ¡Mamá te quiere!- Seguido de eso, arranco el auto y voy marcha al trabajo.

El día de hoy la temática está basada en los años 50's. Apenas llegó y de inmediato me introducen los los camerinos para el maquillaje peinado y vestuario... No me gusta mucho eso del maquillaje pero tuve que acostumbrarme. Después de todo si el camarógrafo obtiene una buena foto serán sólo minutos de trabajo. Al terminar, me dirijo al fondo blanco para la fotografía y empiezo a posar hasta que el fotógrafo terminé la sesión.

Al culminar, era lo mismo... Retirar el vestuario, peinado y maquillaje para volver  a la normalidad. Salí del camerino y me dispuse a tomar un poco de agua para después mirar al reloj.- Aún estoy a tiempo.

- ¡Diana, ven a ver! Esta salió perfecta.- No podría estar más agradecida con mis ahora compañeros de trabajo. Son confiables y amistosos.

- Ya voy.- Me dirijo hasta dónde se encuentran todos amontonados.

- Eres bellísima, Diana.

- Muchas gracias.- De pronto todos empiezan a aplaudir y para ello hago pequeñas reverencias en agradecimiento. Fueron abriendo paso para mí y al fin pude ver la fotografía.

La moda se puede comprar

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La moda se puede comprar. El estilo se debe poseer.

           Edna Woolman chase.

Sin censura: 《detras de Las apariencias》.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora