Umbrella

1.2K 116 111
                                    

Canción: Umbrella

Intérprete: Ember Island

***

1895

No hacia mucho que el invierno había llegado a Avonlea. Las tardes eran frías y aún mas lo eran las noches. 

Una tarde helada, mientras llovía a cantaros fue cuando una chica silenciada y subestimada se reveló en contra de todo lo que el destino y sus padres habían predispuesto para ella.

—¿Por qué el hecho de lo que yo deseo y quiero parece no importarles? —preguntó Diana, conteniendo su impotencia.

William Barry dio un golpe a la mesa, sobresaltando a su esposa y a su hija menor.

—¡Por que eres una mujer! ¡Si hubiéramos tenido un varón nada de esto estaría pasando, pero no lo tuvimos! Estás obligada a desposarte con un hombre que tenga mucho dinero y pueda ayudarte a mantener a tu familia, no con un campesino francés que nada puede darte. ¡Mucho menos irás a esa universidad que llenará tu cabeza de cosas inservibles! —exclamó, enrojeciendo su rostro de la furia.

—¡No soy una bonita propiedad a la cual ofrecer a cambio de dinero! 

—¡Pues solo con eso te tendrás que conformar! —dijo el padre al escuchar los sollozos de su esposa.

Diana, armándose de valor, levantó la cabeza mirando a su padre.

—¿O si no qué? 

El hombre la miró incrédulo, su hija le estaba faltando el respeto de mil formas diferentes.

—Si no lo haces, a esta casa no vuelves a entrar —habló, seriamente.

—William...—intentó mediar la madre, asustada por lo que estaba diciendo.

—Ahora no, Eliza. 

La pelinegra se limpió las lagrimas con la manga de su vestido. Miró a su padre con dolor y se inclinó, haciendo una pequeña reverencia. 

—Prefiero no volver a entrar a esta casa antes que renunciar a todo lo que amo o quiero —declaró.

Al momento de decir eso, corrió fuera de su hogar.

Chocó con una sirvienta, que la miró con lastima. Salió fuera, mientras llovía a cantaros. Su bonito vestido celeste rápidamente comenzó a mojarse, pero a Diana no le importó. Siguió corriendo. Las gotas de lluvia se mezclaban con las lagrimas que caían de sus ojos.

Se preguntaba a si misma si había hecho lo correcto, y llegaba a la respuesta de que así era.

No quería ir a la escuela de señoritas en París.

No quería casarse con un hombre adinerado.

No quería seguir viviendo en esa burbuja de lujos si eso significaba no ser honesta consigo misma.

Estaba enamorada de un chico que efectivamente no tenía dinero, pero prometía amarla por todos los días de su vida.

Estaba decidida a ir a Queen's y ser la mujer que su madre no fue por seguir viviendo en esa sociedad machista.

Y su padre no entendía eso.

El frío comenzó a hacer acto de presencia, congelandola.

Diana había llegado al bosque, donde estaba el Club de Cuentos destruido. Se apoyó en un árbol, cayendo al suelo lleno de barro y agua. Volvió a llorar.

¿Por qué esta sociedad tenía tan poca consideración con las mujeres?

¿Por qué no creían que ellas eran completamente capaces de abrirse solas un camino por el mundo?

Anne whit an E, One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora