La cena fue bastante divertida, aunque muy a mi pesar tuvimos que ir a ese restaurante asiático, y aún peor, ahí estaba la chica que le coqueteaba a Michael. Yo sé que sonará mal, pero de alguna manera me alegré de ver a Marta sentir celos por la camarera.
Aún me sentía mal por Sebastián, tenía que estar atado a Camila y yo no podía interferir, no podía interferir si él no quería y yo no tenía derecho a elegir cosas de su vida.Pero, en fin. ¿Ustedes han escuchado ese dicho de "Después de la tormenta viene la calma"? Bueno, en este momento es al revés: Después de la kermés y las obras y todo eso llegaron los exámenes finales y la entrega de boletines. Me fue como la mierda en física y química, pero aun así tuve un buen promedio en estas materias, claro, es gracias a Patricia y a Marcia quienes me ayudaron con las actividades.
Llegaron las vacaciones de diciembre y con ello muchas festividades. La primera fue el cumpleaños de las gemelas. Gente, yo podría ser actriz, tremenda actuación que me tiré haciendo como si hubiese olvidado el cumpleaños de las gemelas.
Mientras yo estaba en el Tres Estrellas con las gemelas, haciéndome la tonta, comprando cosas innecesarias, los muchachos estaban en mi casa arreglando todo. Fueron por papas, cheetos, doritos, pastel y gaseosa, entre otros pasabocas. También organizamos ciertas actividades como karaoke, películas, juegos de mesa y ese poco de vainas que a las gemelas les encanta. Mis papás estuvieron de acuerdo en que tuviésemos la casa sola y mientras mamá trabajaba, papá se fue a pasar la tarde con sus amigos que no veía hace tiempo por irse al ejército.
Ellas se veían un poco tristes porque juraban que yo no recordaba sus cumpleaños. Probablemente la mamá de las gemelas estuviese desaparecida en algún bar o con algún tipo y el papá de ellas estuviese trabajando y, aunque probablemente sí lo recordó, no estaba con ellas. Si a eso se le suma el hecho de que la única persona con la que pueden contar en este momento está olvidado olímpicamente su cumpleaños, creo que no sería definitivamente un buen día.
En fin, que después de comprar las cosas innecesarias (que, a todas estas, no sé ni lo que compré) volvimos a mi casa y allí ya estaban los demás. Gritaron "¡Sorpresa!" y pusieron la canción del feliz cumpleaños. Las gemelas pusieron la común cara de imbécil que ponen todas las personas cuando les cantan el feliz cumpleaños porque no saben qué expresión hacer (Fue, por cierto, grabado en video). Primero comimos pastel, porque primero lo primero. Resulta que uno de los tíos de Patricia es repostero y les hizo un pastel de tres leches mitad y mitad. Mitad rojo con el nombre de Marcia en coreano y algunas decoraciones también coreanas, y mitad azul con el nombre de Marta en negro, y detrás de su nombre salían algunos personajes de libros varios.
Nos vimos las dos películas de Mi pobre angelito, ya saben, por la época navideña. Mientras tanto íbamos comiendo los snacks que compraron los muchachos y hubo un punto en el que hicieron una mini-guerra de comida. Lo malo es que al final quien le toca limpiar la casa es a mí, pero no importa, las gemelas se ven felices y mientras no sea nada difícil de limpiar todo está bien.
Cuando terminaron las películas comenzamos una noche de karaoke. Eso fue un salpicón de música: Desde Sugar de Maroon 5 hasta Él me mintió de Amanda Miguel, vamos, que la música que escuchaban nuestros papás es arte, por más que intentemos negarlo.
Dos veces vinieron vecinas a quejarse de la música, pero realmente era porque querían saber qué era lo que 6 muchachos estaban haciendo en una casa sola.Pedimos algo de pizza y fuimos a jugar algunos juegos de mesa mientras poníamos música en el estéreo. No se arruinaron amistades, pero sí nos gritábamos los unos a los otros por diversas acusaciones. Ya saben, lo normal cuando hay juegos de mesa de por medio. Después de los juegos de mesa las gemelas abrieron sus regalos. Ambas se veían contentas con los regalos que les había comprado. Marta se veía especialmente feliz por el hecho de que Michael le haya regalado algo tan "ella", me preguntó si yo tuve que ver con su regalo, pero sólo respondí que tal vez él ha estado prestándole atención.
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Damage.
Teen FictionDalila solo quería terminar sus últimos dos años en la escuela viva y tranquila, pasando desapercibida como lo había hecho desde que el salón se dividió en populares e impopulares. Desgraciadamente la vida no es como tú quieres sino como el azar y l...