Capítulo XXV

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-Nena ¿estás segura que no quieres que te traiga algo en donde sentarte? - me pregunto Marco con una sonrisa preocupada, ya contaba con ocho meses de embarazo y me barriga estaba muy grande, en menos de un mes nacía mi pequeña y durante el transcu...

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-Nena ¿estás segura que no quieres que te traiga algo en donde sentarte? - me pregunto Marco con una sonrisa preocupada, ya contaba con ocho meses de embarazo y me barriga estaba muy grande, en menos de un mes nacía mi pequeña y durante el transcurso de este tiempo trabajamos en los cambios de la casa.

La casa de seguridad ya estaba lista, hace mas de una semana quienes vivían en la mansión se  trasladaron, ahora estábamos en el piso de Marco y Gemma, era en la planta inferior de la mansión y en este momento iniciaron con las reformas; el arquitecto y la diseñadora de interiores ya estaban haciendo su trabajo.

-Estoy bien Marco- dije bostezando y estirándome para que mi cuerpo no doliera, anoche Sebastián y yo nos quedamos despiertos hasta altas horas de la madruga, mis hormonas de embarazada no me dejaban dormir en paz sin que mi esposo me diera la atención que requería.

-Si sigues follando de esa manera tu hija saldrá adicta al sexo- dijo él burlándose de mí, golpee su brazo y solté una carcajada- eres la mujer mas suertuda del mundo al verte tan sexy embarazada y que tu cuerpo reciba tan bien la actividad sexual- eso era cierto, aunque tener sexo durante el embarazo no estaba mal, muchas mujeres tenían complicaciones en los últimos meses.

El doctor me comento que la mayoría tenia que dejar su vida íntima, por sangrados, infecciones o problemas en la placenta; para mi fortuna eso no sucedió y ahora a mi octavo mes todavía podía tener vida sexual con mi esposo, favoreciendo a mi cuerpo, mi autoestima y estado de ánimo. Ignorando los comentarios de Marco me acerque a mi marido y a Gemma que estaban encargados de la decoración del piso.

-No quiero que mi piso este lleno de colores tan fríos- dijo Gemma hacia la diseñadora que estaba planeando su nuevo hogar- aquí viviré con mi novio, no quiero levantarme y ver todo en tonalidades tan oscuras.

-Quien nos contrato es el señor Marco a él debemos obedecerle no a usted- dijo la mujer hacia mi hermana, Gemma soltó un suspiro por la actitud tan petulante de la mujer, el arquitecto  rodó los ojos y trato de disculparse con la mirada con nosotros- además el dueño de la casa es Sebastián.

-Oh no linda- dije riéndome y saliendo de los brazos de mi esposo- si quieres intentar hacer enojar a mi hermana coqueteándole a mi cuñado problema mío no es, pero Sebastián es mi esposo, el padre de mis hijos y no es el único dueño de la casa- mi esposo soltó una carcajada al ver el rostro pálido de la mujer- también lo soy yo, por consiguiente mi hermana también, ella puede hacer lo que le de la gana- asegure-no te conviene hacerme enojar y que por un berrinche de embarazada le pida a mi mejor amigo y a mi esposo que te despidan.

- ¿Qué está pasando? - llego Marco hasta nosotros, pasando los brazos por la cintura de Gemma y dejando un beso en su mejilla, ella cerro los ojos disfrutando de las caricias de su novio- ¿por qué no han cambiado los colores? - pregunto él confundido mirando a mi hermana- me dijiste que no querías un diseño tan aburrido.

-La diseñadora aquí presente dice que cambiara los planos cuando tu se lo ordenes- dijo ella sin siquiera discutir con la mujer- por lo que me evite discutir con ella- se encogió de hombros mi hermana- cuando las mujeres quieren actuar como perras, lo mejor es dejarlas e ignorarlas fui como tú en el pasado dulzura- admitió mi hermana hacia la mujer- se como manejar mujeres despechadas, celosas e insoportables.

¿Juntos? Por Siempre  ( #3 Saga Amor prohibido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora