Separados son indomables, Juntos invencibles ¿y su amor? siempre será incontrolable...
Tercer libro de la saga, hay que leer enamorada de lo prohibido y Amando lo desconocido, para entender este.
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-Reacciona idiota tu mujer se va a largar- grito Nicola en mi dirección- ¿Qué demonios te está pasando Sebastián? - se postro frente a mi- la tratas como una basura, luego la haces mamá y ahora pretendes que aguante a la loca de tu madre- dijo él a punto de lanzarse a golpearme- agradece que eres mi mejor amigo o te rompo la maldita cara- trato de acercarse, pero Bastián y Stefan lo retuvieron.
-Sebastián por favor reacciona– me pidió Magnus acercándose- tu esposa se ira con tu hijo y tú estas como un idiota en shock, tu mejor amigo de la infancia quiere golpearte y te aseguró que si la dejas ir, todos vamos a querer incinerarte- lentamente empecé a recobrar la conciencia.
-Deténganla por favor- dije hacia mis amigos- quemen tiempo para que no se vaya- Nicola bufo y me fulmino con su mirada- hermano sé que he sido un crio imbécil, no te enojes conmigo precisamente hoy- le pedí a mi mejor amigo.
-Escúchame bien Ricci- dijo él soltándose del agarre de Bastián y de Stefan- si tu esposa y mi sobrino salen por esa puerta y tu no los detienes, te juro por lo más sagrado que tengo que es mi familia, que te rompo la maldita cara- asentí más tranquilo y me aleje de mis amigos para acercarme a mi madre que estaba discutiendo a gritos con papá.
-Basta los dos- dije serio, mamá tenía su mejilla roja y con algunos arañazos cortesía de mi esposa- no van a discutir frente a mi familia y los niños- mi padre guardo silencio y siguió fulminando con la mirada a mi madre.
-Poco me importan estas personas – chillo mi madre en medio de su berrinche- quiero que los dos se comporten como debe ser no te atrevas a cuestionarme Sebastián, soy tu madre- dijo ella histérica, furioso la tome del brazo y la arrastre hasta mi despacho, mi padre nos siguió porque también le interesaba este asunto- hijo suéltame que me estas lastimando- cuando estuvimos dentro de mi oficina.
- ¿Qué te dije mamá? - le dije caminando de un lado para otro- ¿Qué mierda te advertí antes de entrar a mi casa? - ella giro sus ojos y se sentó en una de las sillas- dime ¿Qué diablos te dije? - grité histérico y ella se sobresaltó.
-Dejen este teatro ridículo los dos- dijo ella- si querían vengarse de mi haciéndome pasar por esto, lo lograron, ya dejen este juego y vayámonos a casa- ordeno creyendo que todo era una broma.
- ¿Celina es que acaso te volviste idiota en ese lugar? - pregunto mi padre frustrado- esto no es una broma- dijo papá- tu hijo y yo seguimos adelante después de tus locuras ¿Cómo puedes ser tan tonta y desaprovechar la oportunidad que él te está dando?
- ¿Cómo pudieron dejarme atrás? - dijo ella llorando- ¿Qué clase de hijo y esposo tengo? - sollozo negándose a la realidad, haciéndose la victima de esta situación – no pueden enviarme a un departamento a vivir como si fuera una rezagada, quiero quedarme aquí contigo, en tu casa Sebastián.
-Mama llamaste zorra a mi esposa, marica a mi hijo y mujerzuela a la esposa de papá- dije a punto de perder la compostura, no me molestaría que a mi hijo le gustaran los hombres, eso era lo de menos, la palabra marica era un término despectivo para humillar a las personas- ¿y pretendes que te deje en mi casa con mi familia? - le pregunte con ironía- te di la oportunidad de pasar un año nuevo cálido y en familia, como siempre lo arruinaste.
