III. Seducción

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—¿Entonces? —La sonrisa de la kryptoniana se ensanchó. «¿Cómo me voy a negar?» pensó Lena.

—Entonces vamos. Terminaré el trabajo en casa —Kara aplaudió feliz.

La pelinegra tomó los papeles a firmar y los guardó en su cartera. Bajo la atenta mirada de Supergirl, apagó las luces de la oficina.

Con la luz de la ciudad alumbrando la habitación, Luthor tomó el teléfono empresarial y marcó para luego activar el altavoz.

—Smith, estoy yéndome. Por favor, ve revisando los pisos de la empresa y apagando las luces que corresponden —Lena solicitó al jefe de seguridad.

—Sí, señorita Luthor —El hombre contestó a través de su walkie talkie—. ¿Espero a que baje para acompañarla a su coche?

—No, Smith. Hoy me voy con Supergirl —Contestó con naturalidad—. Cualquier inconveniente me avisas.

—Sí, señorita Luthor. Buenas noches.

—Buenas noches —La CEO cortó la llamada y desvió la mirada a su mejor amiga—. ¿Qué pasa?

—Suena tan sexy el «señorita Luthor» —Confesó, acercándose a ella—. Me gusta.

—Eh, gracias —La mujer no supo bien qué responder—. ¿Vamos? —La rubia asintió.

La superheroína caminó hacia el balcón y esperó a que la empresaria terminara de ordenar las cosas. Una vez la CEO estuvo lista, fue tomada en brazos por la más alta. 

La pelinegra se acomodó en el pecho de su mejor amiga, mientras ésta la cargaba en estilo nupcial.

Lena odiaba las alturas, por lo tanto, siempre que viajaba en brazos de Supergirl, cerraba sus ojos y apoyaba su cabeza en la «S» de la kryptoniana, sintiendo su corazón.

Kara apretó el agarre de la mujer, sabiendo que temía volar. Ambas suspiraron amenamente al sentir el perfume de la otra, la calidez de la otra.


Supergirl se desplazó con calma, no había necesidad de apresurar el vuelo. Primero: Si lo hacía, la CEO la mataría apenas aterrizar. Segundo: Quería extender ese momento lo mayor posible.

Una vez llegaron al departamento de la pelinegra, Kara aterrizó en el balcón. 

La kryptoniana la ayudó a bajar y, una vez Lena tocó tierra firme, la rubia la tomó de la cintura.

—Gracias. Contigo no tengo miedo a volar —La mujer dijo, tímida—. Me siento tranquila.

—Estás hermosa —La superheroína murmuró, omitiendo las palabras de la CEO—. La luz de la luna brilla en tus ojos—. Aún sosteniéndola de la cintura, se acercó a la otra mujer.

—G- gr- gracias —Lena sonrió incómoda. Se separó abruptamente del agarre—. ¿Pedimos pizza? —Preguntó a la vez que se adentraba en el departamento.

—¡Sí! —Exclamó la reportera con naturalidad. Parecía que no se daba cuenta de lo que provocaba en la mujer Luthor.

—Vale. ¿Por qué no vas pidiendo? Yo voy al baño un momento —La empresaria dijo y huyó de ahí, apresurando el paso.


Lena llegó a su habitación, con el corazón acelerado. «¿Qué demonios fue eso?» se preguntó.

¿Por qué, de repente, Kara tenía esas actitudes? Acaso... ¿Acaso la rubia sentía lo mismo que ella? De solo pensarlo, el corazón de la pelinegra saltó de la emoción.

Pink Kryptonite - SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora