XVII. Sentimientos

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N/A: Paciencia, ya llega... ya estamos.

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—¿Qué es, Lena? —La superheroína la miró entre preocupada y expectante.

—Yo...

La CEO abrió su boca, pero ninguna palabra salió de sus labios. Suspiró y volvió a intentarlo, pero fue interrumpida. El celular de Kara comenzó a sonar, ésta lo atendió con rapidez ya que era el DEO.

—¿Si?

—¡Supergirl! —Alex sonó del otro lado de la línea—. Acaba de ocurrir un accidente de tránsito. Hay personas atrapadas en un autobús que se encastró en un local. Los bomberos están yendo, pero te necesitan. Ha sido un choque en cadena.

—Dime la ubicación por el intercomunicador —La rubia pidió y cortó la llamada—. Lena...

—He escuchado todo, ve —Intentó sonreír.

—Apenas me libere volveré, ¿Está bien? No te dejaré sola, aún debes reposar y contarme eso, ¿Vale? Tranquila —Habló apresurada, no quería demorarse sabiendo que había gente en peligro.

—Está bien —Coincidió la CEO.

Kara se sacó los lentes y su traje comenzó a materializarse. La mujer Luthor sonrió ante aquello, pues ella misma había sido la encargada en mejorar el vestuario de Supergirl. El traje se materializaba una vez la rubia se sacaba los lentes. Pero si la superheroína deseaba, podía apretar un pequeño botón ubicado en la pata izquierda del objeto y, de esa forma, sacárselos sin quedar al descubierto.

—No hagas ningún esfuerzo, cuídate —Se acercó a su mejor amiga y besó sus cabellos—. Te quiero.

Lena sonrió genuinamente y la otra se marchó volando por el balcón.

—¡Que pena! —La CEO se sobresaltó al oír una voz detrás de ella. Se levantó del sofá de prisa—. Le estabas por confesar tu amor, ¿No? ¡El amor desprendía de esos masajes! —El hombre pestañó repetitivamente mientras sonreía.

—¡Duendecillo asqueroso! —Lena exclamó, acercándose a Mxyzptlk—. ¿Estabas espiándonos? ¡Descarado! ¿¡Y qué demonios haces aquí!? ¡Llamaré a mi seguridad!

—¿Puedes tranquilizarte? —Él rodó los ojos—. Además, sin tacones tú tampoco eres la más alta del lugar —Observó los pies descalzos de la mujer. Ésta bufó.

—Te juro que buscaré toda la información posible de la quinta dimensión para asesinarte —Amenazó. Mxy sonrió ante ello.

—¿Cuándo entenderás que quiero ayudar? —Dijo mientras se sentaba en el sofá—. Creí importante intervenir porque, aunque no lo creas, te conozco —La mujer arqueó sus cejas y se cruzó de brazos—. Tuviste un impulso de valentía, ibas a confesarle lo que sentías. Pero tú no eres de impulsos, tú siempre calculas tus movimientos y escondes tus sentimientos —Sonrió divertido—. Pero justo cuando te animaste, Kara tuvo que marcharse. Estoy seguro que te echaste para atrás, ¿No?

—¿¡Pero qué te metes!? ¡Joder! Es mi vida, déjame en paz.

—De todas formas, tu acto mayor de cobardía fue ayer. ¿En serio? ¿Tomar hasta casi morir? —Lena enmudeció, estaba muy molesta por aquel duendecillo entrometido—. ¿Ibas a dejar a Kara sola?

—¡Jamás la dejaría sola! —Alzó sus brazos, frustrada—. No fue mi intención. Solo quería olvidar.

—Cobarde —La mujer negó, se mordió el labio de la irritación que sentía—. Lena, escúchame —Él ahora suspiró, relajando su semblante. Sabía que se había excedido—. No las observaré más, ¿Está bien? —Se levantó del sofá—. Tampoco me entrometeré. Solo- Realmente deseo que Kara Zor-El sea feliz, lo merece. Y sé que tú ayudarás en su felicidad —Sonrió—. Y digo ayudarás porque nuestra felicidad no depende de una sola persona, la felicidad son momentos que se pueden dar por un sinfín de cosas. Pero, dentro de esa felicidad, están las personas que nos rodean. Y el amor, Lena, es un gran motivo de felicidad. Sé que tienes miedo de perderla, de que ella no sienta lo mismo, de que todo se eche a perder. Pero si no se animan ¿Qué? —Se encogió de hombros—. Si ninguna se anima, no probarán ese pedacito de felicidad. ¿Puede fallar? ¡Por supuesto que sí! ¿Y qué? Si no se animan ni siquiera se habrán dado la chance de ser felices. Y eso, querida mía, es tristísimo. No interferiré más, creo que ya he hecho suficiente —Lena desvió la mirada, tenía ganas de llorar—. Eso sí, si necesitas algo solo di mi nombre y apareceré —El hombre guiñó un ojo—. ¡Y espero ser el padrino de la boda! —Le dedicó una última sonrisa a la mujer y, tras chasquear sus dedos, se esfumó de la oficina.

Pink Kryptonite - SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora