10. Declaración de amor

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Era extraño para Golden la información que poseía o sospechaba, ya que Foxy parecía muy tranquilo para alguien que acababa de terminar una relación, quizá el As se estaba haciendo el fuerte con respecto a ese asunto.

Por eso mismo, el rubio quería hacerle un regalo, quizá una cadena o una pulsera, sin embargo, parecían inconvenientes y poco prácticas a la hora de pelear hasta que pensó en un anillo... Se dijo a sí mismo que era porque era su amigo y no tenía nada de malo que le regalara algo. Aunque para otras personas que conocían las costumbres del reino tenía un significado un poco más profundo que el de una amistad, el pelirrojo no tendría siquiera porqué sospecharlo.

Por su lado, Foxy sí tenía una sospecha con respecto al rey de Diamantes pero era ligeramente diferente a lo que en realidad estaba ocurriendo ya que, como se dice por ahí, no hay peor ciego que el que no quiere ver. Lo que provocaba que hiciera suposiciones extrañas.

—¿Le eres infiel a Chica? —Ya que la sutileza no era algo que supiera manejar el de Tréboles, decidió ni siquiera hacer el intento, ya que le ofendía solo imaginar que el otro engañara a su amiga.

—¿Por qué piensas eso? —El más bajo se sobresaltó por esa observación, que por cierto era falsa, aún.

—Has estado sospechoso, pidiendo regalitos y buscando entre un montón de opciones que pides que te envíen del pueblo pero Chica no ha recibido nada.

—¿Eres cercano a ella?

El fuego en la mirada grisácea desconcertó un poco al pelirrojo ya que estaba más habituado a que Golden fuera dulce y amable con todos, él incluido. La negativa se quedó atorada en su garganta y tuvo que reprimir el impulso de retroceder; en cambio, lo tomó por los hombros, mirándole antes de tragar saliva.

—Éramos amigos... No quiero que la hagas sufrir y si estás con alguien más la vas a lastimar. —Ante esta respuesta, el otro se suavizó y aflojó su postura casi siendo un cachorro sumiso.

—No creo que ella y yo nos amemos de esa forma nunca, siempre seremos amigos, casi familia y si Chica encuentra alguien que la ame, mientras sean discretos, yo seré feliz... Pero creí que aún podías estar enamorado de ella.

—¡Por los cuatro dioses! Eso pasó hace mucho. —El As se sonrojó porque el otro supiera una etapa tan bochornosa de su vida.

—Eh... Son cinco, en realidad. —El más alto puso los ojos en blanco ante esa continua corrección— Y sobre el regalo... Es cierto que lo buscaba pero no era para ella, era para ti.

—¿Qué?

El pobre rey estaba a punto de hiperventilar por la vergüenza de tener que decir lo que iba a hacer en vez de sólo hacerlo. Tuvo que bajar el rostro que le ardía a cada instante mientras sacaba del bolsillo de su pantalón una pequeña caja aterciopelada de color azul noche para colocarla en las palmas del de Tréboles.

Al abrirlo, no debería ser tan sorprendente encontrar una elegante banda de plata con un rubí incrustado, de un carmín tan profundo que bien podía rivalizar con el cabello de Foxy o sus mismas mejillas ya que nunca había recibido un regalo de aquella magnitud y ni siquiera sabía porqué se lo daba el otro, aunque pronto le dió respuesta a esta incógnita.

—Es por agradecimiento, ya sabes, me has ayudado mucho desde que estás aquí.

—¿Por qué un anillo?

—Creí que te quedaría bien, no es estorboso ni muy exagerado.

Golden tomó la pequeña alhaja que aún estaba entre el pulgar e índice del más alto para luego tomar la mano de Foxy y colocarlo, observando con una sonrisa que le quedaba a la perfección. Todo era tan surrealista que el pelirrojo no dijo nada y dejó al otro acomodar el regalo en su dedo, claro que dió un salto inconsciente hacia atrás cuando el rubio besó delicadamente el rubí, que brilló un instante en luz blanca.

—No soy tan malo en los hechizos de protección. —Fue la explicación del más bajo y el As pudo sentir la magia, reconfortante y delicada que le cubría, lo cual fue notorio en su expresión sorprendida que cambió a una enorme sonrisa.

—Gracias. —Y, sin que ninguno de los presentes lo esperara, Foxy cubrió al Rey en un abrazo apretado que aceleró el corazón del de ojos grises. Todo el tiempo invertido valió completamente la pena.

★★★

En verdad al pelirrojo le gustaba el anillo. Se había acostumbrado tanto a su presencia que lo sentía parte de su propia piel y cuando se lo quitaba era como estar desnudo, así que pocas veces lo hacía. Incluso cuando tenía entrenamiento, lo que le sirvió para que le dieran una perspectiva diferente a la que tenía.

—¿Y ese anillo? —Preguntó Towntrap en cuanto el sol reflejó el brillo de la bella joya— ¿Te lo dió alguien de aquí? —Por alguna razón, la sonrisa del otro As le parecía sospechosa en cuanto lo que significaba tal regalo.

—Si, ¿por qué?

—Es una linda declaración de amor. —Dijo el mayor mientras guardaba las flechas de su arco.

—¿Cómo que declaración de amor? —La palidez y extrañeza se hizo presente en el rostro del pelirrojo, provocando suaves risas en el otro.

—Es una vieja tradición de aquí regalar joyas como forma de demostrar tu amor. ¿En Tréboles no hacen algo así? Me refiero a regalar algo en específico a la persona que les gusta.

—Pues sí... Cosas sencillas como flores o coronas de esas pero no algo tan... Llamativo. —Foxy miró con fijeza el anillo, acariciando la pequeña piedra que destacaba en la banda de plata que tanto le gustaba.

—Bueno, tampoco nosotros damos joyas a cualquier persona, por eso te digo que eso fue una declaración de amor... ¿Quién fue?

—¡Qué te importa! —El de ojos dorados salió corriendo de ahí, con el rostro ardiendo por el bochorno.

A pesar de haber hecho la pregunta, el As de Diamantes sabía que sólo existía una persona en el reino que era cercana a Foxy pero, por cuestiones variadas, nadie podría saber lo que estaba surgiendo e, internamente, el As se preguntó si aquello no sería lo que desatara un desastre.

★★★

Al llegar la tarde, Golden no estaba ocupado pues ya había terminado de aclarar algunos aspectos económicos del reino con algunos representantes de los comerciantes del pueblo, por lo que pudo salir a practicar un poco del uso de espada con el As pelirrojo, arreglando bien su cabello y procurando verse presentable.

Sin embargo fue recibido con la imagen de un preocupado Foxy que daba vueltas al anillo de su mano izquierda, sin despegar los ojos dudosos de este, apretando los labios.

—¿Ocurre algo, Fox? —Al escuchar la pregunta el mencionado, escondió las manos en la espalda, mirando con inquietud al rubio pero, finalmente, puso las manos enfrente y tomó una de las de Golden para poner ahí el regalo, con las mejillas ligeramente coloradas.

—Towntrap dijo que se le daba un regalo así a alguien que te gustaba, por eso yo no puedo recibirlo.

El frío que le provocó aquél rechazo al más bajo, envolvió su corazón. No recibió el anillo, sólo intentaba deshacer el nudo que apretaba su garganta y a media voz hizo una difícil petición.

—Por favor no lo rechaces, sé lo que NO sientes por mí pero me sentiría menos mal si conservas el anillo.

Sin entender muy bien lo que ocurría, el más alto volvió a poner la joya en su dedo, sin mirar de frente a su interlocutor hizo una pregunta que podría cambiar lo que eran hasta el momento.

—Entonces, ¿Te gusto?

Para evitar la guerra (FNAFHS AU CARDS KINGDOM) GOLXY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora