|| Todo por Ti || [Victuuri / Yuri On Ice]

27.

Aquel lugar era frío, las paredes con tonalidades grises y blancas lo hacían parecer un internado, pero uno con decoraciones y pinturas abstractas finas en tonos oscuros que lo hacían ver un tanto lúgubre, el ambiente tenía un olor metálico que lo mareaba con cada paso que daba. Se detuvieron enfrente de una habitación que al parecer sería la que ocuparía el tailandés, cosa que a ninguno de los dos le pareció pues querían mantenerse lo más unidos que fuera posible antes de decidir qué harían en cuanto tuvieran que marcharse de ahí

-Disculpa_ llamó el moreno a la muchacha de largos y rizados cabellos negros que los venía guiando_ emmm... puede Yuuri quedarse un momento?_

-No se me es permitido cambiar las órdenes de mi amo_ contestó la chica sin dirigirle la mirada en un pésimo intento de comunicarse

-Es sólo unos minutos, no..._

-Por favor, yo me entenderé luego con su señor_ pidió Yuuri en un apenas audible hilo de voz

La peli negra notó el semblante decaído y pálido del nipón , ella tenía en conocimiento de lo que su jefe tenía pensado hacer con ese pobre chico luego de haber escuchado accidentalmente una conversación con aquella mujer de cabellos rubios, la misma de la cual más tarde tendría que desaparecer su sangre que habría de quedar luego de que el ruso se encargara de borrar su existencia. Dejando la duda aún lado asintió compadeciéndose del oji cobre, subió su mirada oscura viendo a los ojos del muchacho con lástima y caridad, tomó su mano y dándole una pequeña sonrisa que se confundía más con una mueca

- Пожалуйста, не подведи, будь сильным. Меня зовут Настя, я помогу тебе*_

Ninguno de los dos habían entendido lo que la jóven había dicho, pero juzgando por la voz suave y dulce quizás podrían confiar en ella. Entraron a la recámara luego de que Lena se retirara y el aroma cambió, a sus olfatos llegó una fragancia a rosas que inundaba todo el lugar, sin embargo el tailandés percibió un ténue olor a sangre que le provocó náuseas, Yuuri tenía su nariz congestionada por el llanto y sólo había logrado captar el perfume floral así que eso lo había pasado por alto

-No me gusta este lugar_ comentó Phichit haciendo una mueca de desagrado

-Lo sé... a mí tampoco me agrada del todo pero... acepté la propuesta porque en ese momento no sabía qué hacer... perdón por arrastrarte a esto_ dijo cabizbajo

-Ya te lo dije una vez Yuuri, eres mi mejor amigo y no te voy a dejar sólo_ puso una mano en el hombro del nipón_ quisiera pensar que Cris no hizo alguna locura pero, luego de enterarme de lo que fue capaz de hacer Víctor contigo, no sé que esperarme de parte de él_ suspiró

El azabache se sentó en la gran cama subiendo sus piernas y abrazándolas mientras dejaba caer su cabeza entre el hueco que dejaban sus brazos, las lágrimas empezaron a salir nuevamente y el dolor en su pecho se intensificaba cada vez que recordaba aquellas fotos. Él jamás fue envidioso, mucho menos codicioso, pero una parte de él quería ir a con esa oxigenada y arrebatarle a Víctor de las manos, demostrarle que podía ser mucho mejor que cualquier otra mujer, mientras que la otra le gritaba que se alejara, que saliera de allí y fuera lo más lejos posible de Rusia, lejos de los recuerdos, lejos del dolor, lejos de él

Si se iba, tendría que presentar una renuncia ante la academia y de sólo pensar eso su estado de ánimo decaía aún más; había luchado, entrenado por horas hasta que hematomas aparecían en sus pies y tenía que colocar vendas para no manchar sus zapatillas con la sangre de las heridas en su piel a causa del esfuerzo sobrehumano con tal de lograr ser aceptado, soportar las molestias, dolencias y lesiones para llegar hasta donde había llegado, para que de la noche a la mañana tuviera que abandonarlo todo por un falso y peligroso amor