Tenemos algo de +18 aquí también. Aviso. ^^
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Te despiertas tarde, con una sensación de relajación extrema en el cuerpo y sin haber soñado nada desagradable. Desayunas sola y pasas el resto del día sin hacer demasiado, pero hay algo que no te quitas de la cabeza; la noche anterior con Jotaro. Hacía tanto tiempo que no sentías tanto placer, ya tratas de buscar el momento para intentar repetir...
-Nos vamos ya, "(T/n)". No te olvides de llevarte el material de estudio, tengo entendido que debes hacer un test importante la semana que viene. Puedes estudiar con tus amigos en casa de la señora Holly. – Te avisa de repente Carol, devolviéndote a la realidad.
Asientes con fastidio, no te gusta que se meta en tu vida... Si supiera lo que hiciste la noche anterior, enloquecería. Ríes en tu interior. Salís del hogar cuando llega la hora de la reunión, no te molestas en ir tan provocativa como otras veces, el trabajo ya está hecho con el galán delincuente de ojos turquesa...
En la residencia Kujo, Holly-san y el resto de señoras cursis ya están listas para su sesión de cotilleos y té. Caminas atravesando el jardín en busca del hijo de la anfitriona.
Alguien te sorprende por la espalda. Sujeta tu brazo y recibes un intenso beso en los labios con inspección de lengua incluida. Te tensas y toses cuando te suelta. Sigue sin resultarte cómodo ese tipo de agarres, y menos por sorpresa.
-Jotaro, idiota. Casi me ahogo... No me hagas esas cosas. Joder -. Gruñes, volviendo a toser.
-Yare yare... A noche no decías lo mismo. – Sonríe ligeramente y se baja la gorra con la mano. Te dan ganas de lanzarte contra él y arrancarle la ropa...
Escucháis unas voces aproximándose. Entrando en el complejo, está Kakyoin guiando a una mujer que debe ser su madre.
-Espero que estudiéis y aproveches el tiempo. – Dice ella.
Holly los recibe: -Mira; allá están Jotaro y "(T/n)", supongo que te esperan; Noriaki-kun -. Y señala en vuestra dirección.
El chico de cabello rojizo se muestra muy respetuoso, como cabe esperar de un buen estudiante japonés. Llega hasta vosotros. No puedes evitar desviar la mirada, es la primera persona por la que sientes que has hecho algo que no está bien y le debes explicaciones. <No, no le debo nada. No somos nada.> Piensas seriamente y procedes a saludar.
Los tres os metéis en el dormitorio del más alto, pero solo tú y Kakyoin estáis dispuestos a estudiar.
-No entiendo nada... - Dices con amargura, mirando al montón de libros y la tarea que tienes frente a ti, sueltas un suspiro. –Échame una mano, Nori-Kun -. Miras al chico de los pendientes de cereza con cara de gatito adorable.
- ¿Cómo? -. Se sorprende él.
-Nada, Kak suena más cool, perdón. Voy a seguir intentando resolver esta mierda. –
Se acerca a ti y rodeándote como la vez que te enseño a jugar, empieza a explicarte todo con paciencia. Por el momento, no te sientes alterada, incluso te gusta ese contacto tan estrecho...
-Oi, Kakyoin; serías el peor profesor del país. ¿Sabes? Déjame a mí. – Suelta Jotaro apartando a su amigo con un brazo. Este se ríe y contesta: - ¿Acaso tú lo vas a hacer mejor? -. Pero vuelve a ponerse casi sobre ti y no permite que el de la gorra se aproxime. El ambiente se tensa.
-Ey. ¿Qué tal si hacemos un descanso? -. Sugieres para evitar la pequeña confrontación, y ambos aceptan.
Jotaro se marcha a por algo de beber, no sin antes dirigirte una mirada seria y posesiva.
-Jojo está actuando raro... ¿O solo me lo parece a mí? – Pregunta Kak.
- ¿Eh? No lo sé... ¿Tal vez? Díselo a él. – Contestas distraída.
- ¿Estás bien?... Si te sientes mal por lo que ocurrió entre tú y yo... -.
-No, no. Dejemos ese tema aparcado. Olvidémoslo -. Tu voz a sonado demasiado seca. Los ojos de amatista del chico se entristecen, pero pronto recobra la serenidad y aparenta que nada ocurre; siempre mantiene la calma de esa forma.
Tras la merienda y un rato de estudio, llega el momento de que cada uno vuelva a su casa. El club del té se despide y te marchas, aunque antes de salir por la entrada principal con tu tía, Jotaro aprovecha que nadie mira para advertirte: "Quiero verte esta noche".
La tía Carol ya se acostado, es bastante tarde; tienes sueño, pero no puedes dormir sabiendo que puedes recibir visita en cualquier momento... Te quedas en ropa interior, dispuesta a ponerte algo cómodo. Se escucha un golpe fuerte, te llevas la mano al pecho del susto.
El sonido procedió de la ventana... Te acercas y la abres inmediatamente, tan pronto como lo haces, una figura grande masculina se cuela en la habitación.
- ¡¿Jotaro?! ¿Cómo demonios has...? -. Dices totalmente sorprendida, mirando como el súper sensual chico de cabellos negros se sacude la ropa y te dedica una de esas sonrisas perversas.
-Te dije que quería verte...Oi, ¿Pretendes provocarme recibiéndome así? -. Te señala y te das cuenta de que estás medio desnuda.
Apenas te da tiempo a decir nada, él ya se ha lanzado contra ti y está presionando vuestros cuerpos mientras te agarra de las nalgas y te besa de forma agresiva. Chocáis contra el armario.
Empieza a crecer algo en sus pantalones, empujándose hacia ti. Y obviamente no puedes hacer otra cosa sino excitarte y comenzar a quitarle la ropa, menos la gorra.
Acaricias su torso caliente y depositas besos por cada una de sus filas de abdominales definidos hasta quedarte de rodillas. Una de sus fuertes manos se posa en tu cabeza... quiere que sigas bajando. Lo meditas un instante, miras el bulto enorme de su erección marcándose a través de los boxers... Inspiras profundamente y retiras la tela para descubrir su miembro enorme, te enciendes tanto que solo piensas en satisfacer los deseos de ambos y decides hacer lo que parece que él espera. Tomas la base de su falo con la mano y empiezas a besarlo y lamerlo suavemente como un si fuera un dulce exquisito. El cuerpo del chico se relaja y cierra los ojos, respirando acalorado; jadeando profundamente cuando comienzas a succionarlo por completo. Escuchar los sonidos lascivos y desesperados de Jotaro te producen una sensación increíble, hasta ahora nadie le había hecho sentir así.
Tienes tantas ganas de que te folle que surge cierta molestia en tu interior, como si las paredes de tu vagina quemasen y tus ovarios estuviesen a punto de estallar...
"Toc", "Toc". Alguien llama a la puerta de tu dormitorio.
- ¿Cariño, estás bien? He oído ruidos... - Es la voz de la tía Carol.
Te levantas tan rápido que casi te mareas. Y le lanzas la ropa a Jotaro que está totalmente despreocupado, sin parar de repetirte a ti misma "Oh mierda, oh mierda...".
-Vete, por aquí; si has podido entrar, también puedes salir. ¡Deprisa! No quiero problemas. –
-Esto no termina aquí. – Dice él, mordiendo tu labio antes de desaparecer por la ventana.
Te cubres con una chaqueta y te asomas por la puerta del cuarto.
Hablas simulando estar somnolienta: -He tenido una pesadilla y me he golpeado la...cabeza. Estoy bien, voy a seguir durmiendo -.
La mujer echa un vistazo por encima de tu hombro, asiente con cara de felicidad y se disculpa dándote las buenas noches.
<Mierda... ¿Y ahora qué? De verdad tengo que esperar a mañana... Haré el esfuerzo, valdrá la pena. > Te convences mentalmente mientras te preparas para descansar e intentas ignorar el calentón.
Vas perdiendo la conciencia poco a poco... como muchas otras veces, tu mente viaja a un momento del pasado. Una de esas noches frías y oscuras en Egipto, en una mansión siniestra. Sientes cómo si caminases tropezando, cadáveres en el suelo, olor a muerte... El miedo te recorre.
Recuerdas una figura masculina, imponente, bella y maligna; que ríe de la forma más aterradora posible, la marca de una estrella en su piel... No quieres permanecer ahí.
"Voy a escapar, no voy a seguir siendo un juguete... No va a dominarme."
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Bailando entre estrellas y esmeraldas. - (Kakyoin x Jotaro x Lectora fem.)
FanfictionSolo eres una chica con una mala reputación que quiere salir adelante. Pero a veces afrontar las inseguridades y dejar atrás los traumas es demasiado difícil, sobre todo cuando las sombras del pasado aún se ciernen sobre ti. Tal vez tu nuevo comienz...