20. Armaggeddon

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Dato: Todos los títulos son nombres de canciones (algunas traducidas), hoy le tocó a Aerosmith. Me hizo sentir triste. Pero espero que les guste el cap. (es cortito) 


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Escuchas un murmullo en tus oídos, suave como la brisa del mar, te invita a despertar, pero estás tan acomodada, arropada por el tacto cálido del hombre que más placer te ha dado jamás... Que ignoras todo lo que sucede a tu alrededor.

El chico de cabellos rubí susurra tu nombre. Abres los ojos lentamente.

-Nori-kun... ¿No podemos quedarnos así un poquito más? -. Le abrazas el pecho con fuerza mientras él trata de hacer que te levantes.

- ¿Y si aparece Jotaro? -. Dice separándose y poniéndose los pantalones.

Buscas tu ropa interior arrastrándote medio sonámbula. Te pones el top del pijama (seguramente al revés) y te quedas sentada mirando al suelo. Te tiemblan las piernas...

-Sakura-chan, deberíamos dormir... – Comenta, con sus pupilas apuntando a tu escote.

- ¿Cómo me has llamado? -.

Cuando cruzas tu mirada con la suya, sus ojos sueltan chispas; sus llamas de deseo no sean apagado. Comienza un juego nada inocente dejando besos por tu cuello, succionando distintas zonas y creando pequeñas marcas. Todas las acciones que lleva a cabo en tu cuerpo son siempre perfectas, una oleada de pasión y romanticismo llenando el ambiente. Ha vuelto a convertirte en una fuente...

El crujido de la puerta se escucha alterando la calma... La madera golpea la pared y una figura enorme aparece.

<Mierda...>

Jotaro se queda inmóvil ocultando su agresiva mirada bajo la gorra.

- ¿Ya te la has follado? ¿Te has quedado satisfecho, Kakyoin? Me has ganado en esto. ¿Me la devolverás ya o no te has cansado aún de jugar? -. Gruñe con desdén, poniendo las manos en los bolsillos y fijándose en ti.

Os sorprendéis de la entrada violenta de él...

-Jojo... No empieces a decir tonterías. Cállate. No puedes soportar que este conmigo... - Responde Kak, tranquilo y arrugando la frente.

- ¿Entonces anulamos la apuesta? No te debo nada. –

Abres los ojos todo lo que puedes, estás empezando a no entender lo que ocurre.

-Jojo, no seas rastrero. Aquello vino a chiste... Ella me gusta, la quiero... - El chico se pone en pie velozmente, exponiendo todo su torso en tensión y sus puños apretados.

Te adelantas para hablar, la ira se apodera de ti en situaciones de incertidumbre: - ¡Decidme ahora mismo qué está pasando! -. Usas a Vixen para crear una barrera invisible entre ambos chicos, piensas retenerlos hasta que hablen.

-Kakyoin apostó con Polnareff que podía acostarse contigo y hacer que te olvidases de mí. No creí que fuese capaz de hacerlo. – La mirada turquesa del de la gorra, no miente...

Por primera vez, puedes observar como una gota de sudor recorre la frente del chico cereza... su rostro revela que está perdiendo la serenidad.

-Habíamos bebido mucho... no lo decía en serio. -

Te detienes a pensar... después de todos los gestos bonitos de Kak, no crees posible que esté tratando de engañarte, pero no sería la primera vez que alguien lo intenta... También aquel ser de la noche decía lo mismo, Dio era tan amable y atento al principio; un seductor. <No, Kak no es así. No puede ser así...>

-No tuve en cuenta tus sentimientos, "(T/n)". No te traté bien. Entiendo que prefieras a Kakyoin. Pero ahora ya sabes que él también jugó contigo. –

Las palabras de Jotaro se te clavan en el pecho. Duelen. Se está disculpando y revelando algo que cada vez te hace dudar más.

- ¡Ya basta, Jotaro! ¡Yo la amo de verdad! ¡¿Por qué sigues?! ¡¿Se supone que somos amigos?! -. Grita el chico de ojos violetas, que arden enfurecidos.

Hierophant Green aparece en escena extendiendo un entramado de tentáculos siniestros. A su vez Star Platinum también sale, en posición defensiva, alto y poderoso.

- ¡Yo también la amo, Kakyoin! ¡No has dejado de intentar quitármela desde que descubriste que teníamos algo entre los dos! – La voz de Jotaro suena tan grave y fuerte que da miedo.

- ¡Tú sólo quieres poseerla! -.

- ¿Acaso fui yo quien se jugó algo con Polnareff? -.

Pierdes la concentración, agachas la cabeza; te sientes abrumada, una risa malévola resuena en tu cabeza, recordándote tiempos pasados...

Te aíslas un instante... dejas que tu cuerpo se desmorone, y caes sentada en el suelo. Ajena a la discusión frente a ti, te preguntas que deberías hacer...

Ambos se dan cuenta, al fin; de tu situación. Kak es el primero en acercarse a ti. Consigues ponerte en pie. No los miras. Con tu stand haces aparecer un escudo a tu alrededor, y lo desplazas sin avisar hasta Jotaro, haciendo que se golpeé y salga despedido fuera de la habitación. Levantas la mano con una rapidez imbatible fruto del rencor, impacta contra el bello rostro del otro chico... Él no dice nada, pasa los dedos por su cabello cobrizo y desvía la mirada. Lo empujas fuera de la sala. Lo último que ves son las caras de desesperación y sorpresa de ambos, justo antes de cerrar de un portazo.

Era necesario, una situación de estrés así debía ser correspondida de esa manera, así te justificas. Sientes opresión en el pecho. Respiras hondo. Quieres llorar... ¿Qué debes hacer ahora?

Tomas el walkman, te sientas junto a la puerta, con la música en tus oídos.

"I could stay awake just to hear you breathing
Watch you smile while you are sleeping"

Pasan los minutos, no piensas en nada.

Con cierta dificultad, agotada física y mentalmente, te diriges hacia la ventana. La noche oscura apenas deja ver una silueta en el patio de la casa, sentado sobre el césped, con las manos en la cara.

Sales de la habitación sin hacer ruido, asomándote sigilosamente en cada esquina. No hay nadie. Entras en la cocina. Llenas de agua un vaso. En la encimera está el tabaco y el encendedor de Jotaro... Exhalas, se supone que no ibas a fumar, tal vez solo por buscar alivio; sacas un cigarro y lo prendes... No recordabas lo desagradable que te resultaba el sabor del humo. Aun así, continúas y cierras los ojos; evadiéndote.

Antes de la siguiente calada, alguien te lo quita de los dedos. Abres los ojos de pronto, encontrándote con dos iris de aguas cristalinas, reflejando una melancolía que nunca habías visto en esos ojos.

Inmediatamente vuelves a tu estado agresivo, deseando gritar.

Pero todo sucede tan deprisa... Jotaro se abalanza contra ti, traspasando inexplicablemente las barreras de tu stand.

Te rodea con los brazos, estrechándote contra su pecho; fusionando su cuerpo enorme contigo... La ira desaparece. Solo queda el dolor de la soledad.

Y te quedas ahí, quieta, envuelta en su calor... todavía preguntándote qué debes hacer.


Bailando entre estrellas y esmeraldas. - (Kakyoin x Jotaro x Lectora fem.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora