Das un portazo. No miras a ninguno de los dos chicos.
-Podéis adelantaros. Prefiero caminar sola. – Dices apretando los dientes.
Jotaro saca el paquete de tabaco mientras suspira. -Yare yare da... Kakyoin, vámonos. Volveremos a por ella a la hora de la comida. – Dice.
El chico del gakuran verde te observa serio y jurarías que incluso preocupado. Sigue con cierta dificultad a su amigo más alto, sin dejar de dirigirte miradas.
Te dejas caer en el suelo, sentada de piernas cruzadas. No quieres ir a clase. No te gusta, no tienes ganas de estar rodeada de gente que te mira mal. En tu antiguo instituto donde vivías antes, a veces era hasta una liberación según las circunstancias familiares... Reúnes fuerzas para levantarte, moviéndote como un autómata.
Caminas sin ganas, pero con la cabeza bien alta; ocultando al mundo cómo te sientes por dentro. Llegas a la escuela tarde. Todo el mundo está ya en clase, no quieres entrar y ser la única que llame la atención. Disimuladamente subes escaleras arriba hasta la azotea del centro escolar. Tienes intención de forzar la cerradura, pero la puerta ya está abierta...
Te cuelas sigilosamente, es como una amplia terraza semi cubierta. Detrás del pequeño cuarto por el que has salido al exterior, escuchas voces masculinas. Doblas la esquina.
Tu suerte es esquiva hoy, pues quien te encuentras apoyado en la pared, con los rayos de sol bañando su figura de dios griego; es el pesado de la gorra... Y no está solo.
-Jojo, muévete; llegamos tarde. – Dice el de cabello rojizo.
-Ah... ya voy, déjame terminar el cigarro al menos. –
-Espero que ella haya venido... -.
<Mierda>. Intentas volver sobre tus pasos sin hacer ruido. Algo te agarra del tobillo, te sacude un escalofrío y miras al suelo; un tentáculo verde y fosforito brillando como si contuviese un líquido en su interior sube por tu pierna. Sueltas un grito intentando que algún tipo de energía de esa mágica de tu stand, actúe. Caes al suelo y estiras del apéndice extraño, intentando soltarlo.
- ¿¡Qué cojones!? ¡Ahhhh! ¡Quítate de mi pier...! ¿Ugh? - Te sorprendes y te callas al instante con los ojos entrecerrados y la boca formando una raya recta. Tanto Jotaro como Kakyoin están mirándote en frente. Sientes vergüenza.
Te pones en pie de inmediato, te pica la mano vendada por haber hecho fuerza con ella.
-Oi, ¿Qué haces aquí? ¿Nos espiabas? -. Gruñe Jotaro cruzándose de brazos.
-Qué brusco eres con las damas – Ríe su amigo pelirrojo, acercándose a ti a la vez que se acomoda un pañuelo largo y blanco alrededor de los hombros. Continúa hablando en un tono tranquilizador. –Disculpa si mi Hierophant te ha asustado. –
- ¿Tú qué? No me he asustado-. Te sacudes la ropa y observas como una figura flotante, humanoide con máscara y tentáculos en lugar de piernas del mismo color que los que viste antes, sale de detrás del chico y extiende los brazos. Desparece a los dos segundos elegantemente.
-Es mi Stand. Hierophant Green. Tú también tienes uno, ¿No es así? -. Pregunta él.
- ¿No tenías prisa? Vamos a clase, ya han pasado 20 minutos. Diremos que te cuesta más andar con esa muleta. – Interrumpe Jotaro mientras avanza y choca con tu hombro bruscamente. Casi pierdes el equilibrio.
-Idiota... - Susurras.
Kakyoin te mira apretando las cejas como si desaprobase esa actitud y habla: -Él es así con todo el mundo, hasta que le conoces bien. En el fondo es una buena persona, le debo mucho. Yo tampoco era muy sociable antes... -
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Bailando entre estrellas y esmeraldas. - (Kakyoin x Jotaro x Lectora fem.)
FanficSolo eres una chica con una mala reputación que quiere salir adelante. Pero a veces afrontar las inseguridades y dejar atrás los traumas es demasiado difícil, sobre todo cuando las sombras del pasado aún se ciernen sobre ti. Tal vez tu nuevo comienz...