Departamento

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-¿Señorita, va a entrar?

Se había quedado pensando en Lena y había olvidado que estaba parada en la puerta de entrada al edificio. Claro, hasta que alguien quiso entrar y tuvo que pedirle permiso. Ella no respondió, solo se apartó y lo dejó pasar. No sabía exactamente qué estaba haciendo allí, pero todo la llevaba a Lena otra vez. Su vida giraba en torno a ella de nuevo, y no podía evitarlo. Dio algunos pasos hasta el portero, y éste la saludo.

-Puede que esto le suene extraño, pero quería saber si alguien ocupo el departamento del piso doce- preguntó ella, y el hombre la miró.

-Lleva años sin ser ocupado señorita- sacó un cuaderno de un cajón y buscó en medio de las hojas. -La propietaria es...

-Lena Luthor, ¿cierto?

-Bueno, la señorita Luthor era la propietaria aunque hace tiempo todo esta a nombre de Kara Danvers- Kara se quedó en silencio, porque aunque tuviera algo para decir, no sabría explicar como es que no sabía que era la propietaria de ese departamento. -Pero como le decía, lleva años sin ser ocupado. Tuvimos personas interesadas en comprarlo, pero no podemos hacerlo aunque este desocupado. Es una pena, porque es el más grande que tenemos aquí, y el que tiene la vista más imponente en todo el lugar.

-¿Usted tiene las llaves?

-Sí, claro. Pero solo puede acceder a ellas la señorita Danvers.

-Yo soy Kara Danvers- confesó finalmente, pero no tenía su identificación con ella. -Si traigo mi identificación, ¿puedo entrar?

-Con la identificación, claro que sí.

-Gracias.

Salió del lugar con rapidez, y luego recordó que no podía hacer demasiado esfuerzo aun, así que bajó el ritmo y caminó de regreso a la casa. No podía entender como es que nunca había sabido sobre eso, sobre el enorme departamento que Lena había puesto a su nombre. ¿Por que lo habría hecho si no pensaba decírselo? ¿Por que hacerlo si iba a marcharse para no regresar nunca más? No comprendía, y tenía muchas preguntas para hacer. Nada más entrar tomó el teléfono y marcó a Lena. Necesitaba respuestas. Dos y tres tonos después, nadie respondía del otro lado. Colgó y se sentó en una silla del comedor. Lena debía llamar en cualquier momento, siempre lo hacía cuando tenía una llamada perdida. Claro, si no estaba muy ocupada.

Recibió la llamada diez minutos después, y pensó un poco antes de responder.

-Ey, Kara. Pasó un tiempo. ¿Cómo estás?

-¿Estas muy ocupada?

-No, no. ¿Pasa algo? ¿Está todo bien?

-¿Cómo es que tu antiguo departamento es mío?- no quería sonar molesta por no saberlo, pero si lo estaba y no lo podía evitar.

-Espera, ¿no lo sabias?

-Lena, no estaría tan sorprendida de haberlo sabido antes. Fui hasta el lugar hoy, y por casualidad me enteré que soy la propietaria del departamento.

-Escucha, ese departamento esta a tu nombre hace más de un año ya.

-¿Por qué no me lo dijiste?

-Pedí a mi secretaria que te lo informara junto a varios empleados mas, pero veo que ninguno hizo su trabajo.

-No tenías que hacer eso.

-Ese era nuestro lugar, no quería que alguien más lo tuviera. No había pensado regresar a Ciudad Nacional, y creí que te serviría tenerlo.

-¿No podías informarme tu? ¿Quizás tratar de contactarme? ¿O contestar los cientos de mensajes que deje en Instagram?- el tono de reproche empezaba a sonar más fuerte.

-Espera, espera... ¿Que mensajes?

-Te escribí cientos de mensajes en diferentes días, hasta que una vez me rendí y deje de hacerlo. Claro, muchos de ellos eran patéticos y completamente estúpidos, ya que posiblemente estaba drogada o borracha en algún bar.

-Kara, yo no leí ningún mensaje...

-¿Sabes? Ese no era el punto. Yo solo quería que me dieras una respuesta respecto al departamento.

-Lo deje para ti, esperaba que pudieras regresar y encontrar ese refugio que alguna vez encontramos en el. Es lo único que podía darte después de todos estos años.

-Lo único que yo necesitaba era que respondieras uno de esos malditos mensajes, solo uno- su voz se quebró, y Lena permaneció en silencio al otro lado. -Esperaba que entendieras mis motivos, esperaba que las palabras que escribí en esa carta no fueran las últimas que tuvieras de mí.

-Kara... Juro que nunca leí ninguno de esos mensajes, o habría contestado. Al menos a uno de ellos.

-Te llamaré otra vez. Adiós.

No espero respuesta y colgó. Se quedó sentada, mirando al teléfono sobre la mesa, y trató de calmar su cabeza, ordenar sus pensamientos y estar lista para recibir a Alex y Sam sin contarles lo que había pasado. Realmente lo único que siempre había esperado de Lena era un mensaje, una señal que le dijera que esa carta no era lo último que leería de ella. Un mensaje que le diera paz. Y nunca lo obtuvo. Jamás. Y eso la enojaba muchísimo. No necesitaba un departamento, no cuando todo en lo que podía pensar era en esos años que había perdido de su vida, en medio de fiestas, drogas y alcohol, tratando de olvidar cuánto daño le había hecho a la mujer que más había amado en el mundo.

𝑽𝒐𝒍𝒗𝒆𝒓 𝒂 𝒕𝒊 | 𝐴𝑑𝑎𝑝𝑡𝑎𝑐𝑖ó𝑛 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora