Nuestra habitación

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Empezar diciendo algo como eso no era el plan, pero aparentemente había funcionado para captar la atención completa de la rubia, así que continúo.

-Recién terminó una relación que fue muy pública y la gente habla, mis viajes a Ciudad Nacional son muy frecuentes y ellos lo notan, mi agenda es un caos, mis compromisos laborales son cada vez más, y tengo miedo. Por ti, no por mí.

-¿Por mí?

-Sé lo mucho que trabajas día a día para superar tu adicción. Sé que algunos días parecen fáciles, y otros son extremadamente difíciles. Estuve contigo en este camino, y sé lo complicado que es para ti algunas veces, y temo no cumplir con tus expectativas para nosotras.

-Trabajé mucho tiempo para lograr un equilibrio en mi vida, para no depender de factores externos, para que los días difíciles sean más llevaderos y no tengo que esperar que alguien venga a salvarme. Y eso es bueno, ¿sabes? Me hace sentir segura. Y... Yo no tengo expectativas altas, o alguna pretenciosa obligación contigo. Que estés aquí ya es algo grande. Mi miedo siempre fue estropearlo todo, y que finalmente te vayas, como todos.

-Yo no quise irme. Nunca. Pero pensé que si tú reías que era lo mejor, entonces estaba bien, debía dejarte. Me equivoqué, claro, pero no me fui porque te amaba o porque habías dejado de importarme. Mucho menos lo hice porque me había cansado, o porque no quería luchar contigo otra vez. Lo habría hecho sin pensarlo si tú me lo pedías. Lo haría ahora, y siempre. ¿Sabes algo? Venir a casa contigo siempre fue mi mejor decisión, incluso en los malos días. Llegar a este departamento y verte me hacía sentir en mi hogar, y no en otra habitación. Todo lo que siempre quise fue eso, correr a casa luego de los largos días, a verte y sentarme a hablar contigo. Nunca necesite mucho más que eso.

-¿Entonces...?

-Te quiero en mi vida todos los días, y prometo que sin importar lo que nos espere en el futuro, haré que funcione.

-Lo haremos- Kara sonrió, y luego tomó su mano sobre la mesa. –Juntas.

-¿No has entrado a la habitación, cierto?- Lena miró la puerta cerrada, y Kara afirmó con su cabeza. –Ven.

Ambas caminaron hasta la habitación, con sus manos entrelazadas. Lena sabía que todo era diferente desde aquella vez, pero los recuerdos siempre lastimaban mucho, y sabia también que necesitaban hacer eso juntas.

La habitación estaba ordenada, bastante limpia salvo por el polvo inevitable que reposaba luego de tanto tiempo de inactividad. Kara fue la primera en entrar, y ver que Lena se había encargado de dejar todo en orden antes de marcharse. En su cabeza también reprodujo lo sucedido esa noche, también pudo verse tirada a orillas de la cama, también pudo oler el alcohol que emanaba de su aliento, y la forma en que todo daba vueltas en su cabeza luego de un fuerte golpe. Cerró los ojos y sintió el dolor de Lena cuando ella escupía las palabras, sin pensarlas, sin darle sentido.

Flashback

-Sé que es duro, pero ella estará bien, te lo prometo.

Alex había acompañado a Lena hasta el centro de rehabilitación para que las dos pudieran hacer los trámites hasta que Kara fuera ingresada de nuevo. Cuando todo terminó, se marcharon en su auto y Lena se hundió en un silencio aterrador. Había llegado hace sólo unas horas y ya estaba pensando en que había sido un error. Dejo que Alex la dejara en la puerta del edificio donde se quedaba, y prometió que estaría bien, que solamente debía descansar para sentirse mejor. Pero no era cierto, no estaría bien.

Cuando entró a su departamento sintió un vacío terrible. Le dolía el cuerpo, sentía que alguien estaba oprimiendo su pecho, y no podía entender como estaba de pie. La imagen de Kara tirada en el piso iba a perseguirla por siempre.

𝑽𝒐𝒍𝒗𝒆𝒓 𝒂 𝒕𝒊 | 𝐴𝑑𝑎𝑝𝑡𝑎𝑐𝑖ó𝑛 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora