Diez minutos

3.6K 388 6
                                    

No sabía muy bien cómo reaccionar al grito de Sam en la mañana, cuando la despertó para ir al hospital. Quería matarla, pero a la vez le agradecía que no la dejara dormirse por completo. Le costó abrir los ojos, y aún más levantarse, pero cuando lo hizo, todo fue más fácil. Tenía una rutina marcada. Se levantaba, se bañaba antes del desayuno porque el agua tibia le daba fuerzas para afrontar el día, y luego recién pasaba por su taza de café, sus tostadas y su jugo de frutas. Hacía todo eso en pijamas, y luego se cambiaba de ropa para salir por los mandados.

Ese día, no desayunó, y su primera obligación era ir al hospital, hacer los chequeos, tener la tranquilidad de que todo andaba bien. Y luego tendría que hacer las compras del mes porque Sam se lo había pedido. Además, quería saber si todavía tenía una pequeña oportunidad de recuperar sus empleos, y debía planificar la mudanza. No tenía muchas cosas, pero quería llevarse todo al departamento y recién allí, clasificar lo que quedaría y lo que no. Era un plan bastante ambicioso para un solo día, pero ella estaba dispuesta a afrontarlo.

Alex y Sam la llevaron hasta el hospital antes de ir a su cita con la asistente social. La dejaron en la puerta, para cuando el auto se marchó, Kara vio que Lena estaba sentada en recepción, quizás esperándola. Fue inevitable sonreír al verla, y acercarse con cautela hasta donde estaba. La CEO sonrió también, y fueron al cuarto piso para buscar a la doctora Parker. Eran chequeos de rutina, debido al enorme accidente que había sufrido, y a la gran operación en su cabeza. Pero todo estaba bien.

Aunque la doctora recomendó hacer análisis de sangre, y comenzar otra vez con las visitas al psicólogo. Eso había sido un compromiso de ambas partes cuando ella salió de la clínica de rehabilitación, y debía cumplirlo por un año, así que acordaron que regresaría a terapia hasta cumplirse el plazo. El problema para Kara empezaba a ser el dinero. Pero no quiso decirlo frente a Lena.

Salieron de ahí casi a las nueve, y optaron por sentarse en un bar cercano y pedir el desayuno. Lena rompió con la rutina ese día, y ordenó waffles bañados en miel para ella, y los waffles con frutos rojos para Kara. Eso, el vaso de jugo de naranja, y la jarra de agua por si acaso, las acompañaron en una conversación que empezó muy distendida, sin tocar ningún tema sensible, sin hablar de lo sucedido en el departamento el día anterior, y tampoco de la cena de la noche anterior. Fue tranquilo, relajado, se dieron la oportunidad de disfrutar el desayuno antes de pasar a lo que realmente las había llevado ahí. Kara fue quien tomó la iniciativa.

-¿Qué es lo que tienes pensado hacer?- su pregunta fue sin preámbulos, directa, justo lo que necesitaba saber.

-Eso dependerá de lo que decidamos luego de este desayuno. Lo que pasó ayer... No fue un impulso del momento. Sé que te pasó lo mismo que a mí.

-Lena, ni siquiera sé lo que me pasa ahora- Kara sonrió nerviosa mientras jugaba con el tenedor que tenía en la mano. –Sé que no fue un impulso. O quizás sí, pero luego no. En verdad quería besarte.

-¿Pero? Porque intuyo que tienes uno.

-No quiero caer en viejos errores.

-¿Lo nuestro te pareció un error?

-No, nunca dije eso- se corrigió rápidamente. –Es solo que no quiero caer otra vez en lo que nos llevó a fracasar la última vez.

-Ey, en eso estamos de acuerdo- Lena estaba tomándose todo con mucha naturalidad. –Pero ese no es el tema principal. Hay una pregunta antes de llegar a eso. ¿Quieres estar conmigo o no?- su mirada fue intensa, y se encontró con los ojos de Kara repletos de dudas.

-Porque yo estoy segura que quiero estar contigo, pero necesito que tú lo estés también.

-¿Y qué hay de todas las preguntas que yo tengo antes de responder eso?

-¿Qué es lo que haré? ¿Dónde viviré? ¿Cuánto tiempo pasaré de viaje? ¿Cómo será mi agenda en los próximos años? Sí, sé que tendrás cientos de preguntas como esas, pero siguen sin ser las principales. Es esencial que entiendas que lo único que importa ahora es si quieres o no quieres estar conmigo. Si podemos poner de acuerdo ese punto, el resto será cuestión de tiempo y organización. ¿Quieres estar conmigo, Kara? ¿Crees que merecemos otra oportunidad para hacer las cosas bien? Porque yo sí, porque nunca volví a ser la misma persona después de irme de aquí. Y anoche fui a la cama pensando en cómo podría convencerte de lo mucho que deseo hacer esto otra vez, pero la realidad es que no quiero convencerte, sólo quiero que tú me digas que si lo quieres también.

-¿Recuerdas cuando salí de rehabilitación la primera vez? Me llevabas en tu auto, íbamos a casa, y me dijiste que no pusiera metas altas, que confiara en los cortos plazos. Me pediste diez minutos para convencerme de lo fuerte y capaz que yo era. Y cuando esos diez minutos terminaron, seguiste hablando. Esos diez minutos de a poco fueron convirtiéndose en horas, y días, y meses. Siempre trabajaste sobre medidas de tiempo. Y siempre te desilusioné, siempre. Sin importar cuánto tiempo pasaba, te desilusioné una y otra vez. No hay nada en el mundo que quiera más que estar contigo, pero así también, no hay nada en el mundo que me duela más que lastimarte otra vez.

-Pero me dijiste lo que quería saber- la sonrisa de Lena desconcertó a Kara, que la observó con mucha duda en sus ojos. –Tú siempre fuiste complicada, ¿no? Quieres estar conmigo, yo quiero estar contigo, pero siempre tienes un argumento en contra, una queja, una excusa. No me importa lo que sigue después de tus peros, solo quería saber si quieres estar conmigo, y tu respuesta fue que no hay nada en el mundo que quieras más. Estamos en la misma página, Kara. Después de años estamos otra vez en la misma página, y tú te llenas de excusas.

-Es que no te entiendo... Tienes una vida maravillosa, todo lo que siempre has soñado, ¿arriesgarías todo eso?

-No estoy arriesgando mi vida, pero si tuviera que hacerlo, seguramente lo haría. No fui yo la que decidió venir, tú me tenías como contacto frecuente, tú querías que yo viniera y aquí estoy. ¿Ahora qué? ¿Nunca pensaste en que pasaría si finalmente me tenías frente a ti?

-Nunca pensé que vendrías- su respuesta honesta atravesó el corazón de Lena. –Pero tu corazón sigue siendo tan enorme y generoso como lo recuerdo.

-¿Me darías los siguientes diez minutos?- Lena tomó su mano por sobre la mesa y sonrió cuando se encontró con sus ojos. Kara no respondió, su risa por lo bajo dijo demasiado, quizás más de lo que habría querido decir. –Sabes que no me rindo tan fácil.

-Eres testaruda, ¿no?

-Puedo ser bastante convincente de hecho. ¿Lo ves? Estás sonriendo, quiere decir que ya te estoy convenciendo- las dos rieron, pero a Kara le costaba hacer contacto con sus ojos y mantenía la mirada baja. –Necesitas trabajar, y yo necesito una secretaria. Puedes tomar ese puesto hasta que empieces a estudiar periodismo dónde tu decidas. Nos quedaremos allí, dónde sea, y prometo trabajar lo justo y necesario, estar mucho tiempo en casa, coincidir tus recesos con mis viajes para que pueda acompañarme.

-La Universidad del Sur de California.

-¿Qué?

-Envié un proyecto independiente hace unos meses, y tenía una entrevista con ellos pero luego pasó lo del accidente. Estaban interesados.

-Es la mejor opción para estudiar periodismo en todo el país.

-Si todo sale bien, no tendrás que resignar tantas cosas por mí, y viviremos justo donde todo tu trabajo sucede.

-¿Estás considerando seriamente mi propuesta?

-No voy a dejarte ir otra vez- esta vez fue ella quien presionó la mano de Lena. –Lo hiciste, me robaste diez minutos.

-Te besaría ahora mismo pero en la mesa de atrás hay un fotógrafo.

-Cierto, tendré que aprender a vivir con eso, ¿no?

-Mañana serás portada de algunas revistas porque me tomaste la mano dos veces en menos de diez minutos. Así que es cuestión de unos días hasta que te conviertas en mi aventura de Ciudad Nacional- Kara rió.

-¿Estás lista para afrontar eso?

-¿Sabes? Sólo quiero pensar en los próximos diez minutos por ahora...

-Me parece una idea fantástica.

𝑽𝒐𝒍𝒗𝒆𝒓 𝒂 𝒕𝒊 | 𝐴𝑑𝑎𝑝𝑡𝑎𝑐𝑖ó𝑛 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora