Píldoras

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-Yo no voy a verlo, hazlo tú.

Kara le pasó el sobre con el sello de la universidad a Lena. Estaban en el auto esperando que Ruby saliera de su clase de ballet para llevarla a casa donde Alex y Sam las esperaban para celebrar un nuevo aniversario de casadas. Kara había recibido la correspondencia ese día, y tomó todos los sobres antes de salir del edificio y meterse al auto. La carta de la universidad estaba ahí, pero se sentía incapaz de leerla por sí misma. Había sido citada a una entrevista un mes atrás, y fue su primera visita a las instalaciones del enorme campus. Además, conoció la nueva casa de Lena, y a algunas de sus amigas. Estuvieron allí por siete días, lo suficiente para saber que se acostumbraría rápidamente al clima, a las playas, y claro, a la compañía de Lena.

Ese día estaban en Ciudad Nacional, y se habían comprometido a buscar a Ruby de su clase para pasar más tiempo con ella, que tenía un especial cariño por ambas. La niña sabía que posiblemente sus tías vivirían un poco lejos, pero también sabía que podría ir a visitarlas en las vacaciones y le hacía mucha ilusión conocer la playa.

-Dame esos papeles- la CEO casi arrancó de las manos el sobre y empezó a abrirlo. –Diga lo que diga creo que lo hiciste bien.

-Eso no me tranquiliza.

-Lo sé. Pero necesitas escucharlo- sacó la hoja blanca, impresa con fuente negra y empezó a leer.

Nos dirigimos a usted a fin de informar que luego de las instancias de evaluación correspondientes al mes de octubre del corriente año, el Consejo conjunto al equipo de profesionales de selección de la Universidad, ha decidido aceptar su solicitud para estudiar en las instalaciones de nuestra honorable Casa de estudios...

-¡Lo hice, Lena!

-Espera, hay más...

Nos complace informar la disposición de otorgarle una beca completa para sustentar sus estudios desde su inicio hasta su culminación, y por ello adjuntamos las bases y condiciones para el mantenimiento de la misma bajo el nuevo régimen de la Universidad. Sin otro particular, nos despedimos con un cordial saludo, Consejo Superior de la Universidad del Sur de California.

-¡Lena!- la alegría de Kara era desbordante, y Lena no pudo evitar reír ante su reacción. -¡Lo hice!

-Te lo dije...

-¿Puedes dejar de decir "te lo dije" y darme un abrazo?

Claro que Lena la abrazó, aún en medio de la incomodidad que implicaba darle un abrazo dentro del auto. Había pasado por muchos momentos con Kara, pero ese se sentía inmensamente especial. La sonrisa de la rubia era autentica, de esas que pocas veces había experimentado en la vida, pero por la que estaba completamente agradecida. Se merecía esa alegría, se merecía la idea de volver a empezar luego de todo lo malo que había pasado, se merecía su oportunidad en la Universidad, una que, por esa vez, no desperdiciaría.

El festejo de esa noche fue por partida doble, y aunque esa noticia significaba que los días de Kara estaban contados en la ciudad, Sam y Alex no podían estar más felices por ella.

*****

La vida en Los Ángeles era realmente diferente a cualquier cosa que Kara había experimentado en el pasado. Lena comenzó a trabajar desde casa aunque de vez en cuando debía viajar, Kara dedicaba mucho tiempo a la universidad y podía tomarse toda la mañana para estudiar en el silencio de la enorme casa en la que estaban viviendo.

Hablaba con Alex y Sam frecuentemente, también con Ruby. Las extrañaba muchísimo, pero era feliz, y no se arrepentía de ninguna decisión tomada antes de llegar a la ciudad de las estrellas. Lena había insistido en buscar una nueva secretaria, y la liberó de ese puesto para que estuviera completamente enfocada en sus estudios.

𝑽𝒐𝒍𝒗𝒆𝒓 𝒂 𝒕𝒊 | 𝐴𝑑𝑎𝑝𝑡𝑎𝑐𝑖ó𝑛 𝑆𝑢𝑝𝑒𝑟𝑐𝑜𝑟𝑝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora