ᜰꦿ➢Destino༒ [kv]

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Exponiendo a un aliado - enemigo

   — No contesta. Deberían estar aquí, ¡mierda! — bramo con fuerza hacia el techo, de manera brusca revolvió su cabello  y  su corte left over hacia atrás, cayó en su frente como una cascada de miseria — No debí dejarles, todo fue una trampa para secuestrarlos.—  mencionó Yoongi, y está cien por ciento seguro de que con hoseok no fueron precisamente amables. Casi quemandolo con su recelosa mirada, miro a Vlad, era su dirección  y taehyung y jimin deberían estar ahí.

— Bien, habla ya Tepes — demandó esta vez jungkook, recuperando las energías que perdió por la resaca y la pelea. Tomó asiento en el elegante trono ubicado en la mitad del lugar alzándose por encima de todos, estiró su cuello y éste hizo pequeños sonidos desatando los nudos que le provoca el estrés — he aguantado todo este tiempo que me traiciones — acusó de forma tranquila sorprendiendolo —  comunicándote con ella, pero ya no más, no sacrificare a  jimin. No soy estúpido, solo lo haces para protegerlo, es tu descendencia, tu única familia y ella te teme. Pero son mi hermano y  mi humano, los protegeré de ti si es necesario.

— ¡Tú hiciste qué, Tepes! — grito con ira y su cara se tinto de rojo, la vena de su cuello casi explota, le  tomo por el cuello  y su sed de sangre solo le pedía decapitarlo — Y tú lo sabias— susurro entre dientes hacia jungkook, mirándolo dolido por confiar en él y no haber escuchado a taehyung cuando se lo advirtió .  Pero, de alguna extraña forma, captó la indirecta en el rostro de su gran maestro , así que lo soltó lentamente calmando su humor de mierda.

— él no debía revelar la información de la ubicación de taehyung y jimin hasta donde llegue a analizar sus jugadas, a menos que ella lo haya traicionado. Dime, ¿qué viste en aquella visión Tepes? — preguntó curioso, casi riéndose en sus adentros.

Barnabi y dakota solo escuchan en silencio las declaraciones, ira recorriendo sus entrañas.

  — taehyung iba a morir en sus manos.

Y la expresión divertida de jungkook cambió por completo.

   Yo te protegeré...

Recordó y su voz se repitió una y otra vez como verdugo.

— es peligroso cambiar el destino, ¿ahora quién morirá? — preguntó Yoongi, con un nudo formándose en su garganta.

Tragando de forma pesada  Vlad miró a jungkook, pidiéndole perdón silenciosamente — morirá kyrios.

La risa divertida de jungkook resonó por todo el lugar. Era irónico, daría su vida por él, su promesa no se rompería. Todo lo de trasladar el castillo, estar con él tanto tiempo y no hablar de sus visiones empezaba a concordar. Vlad tenía todo calculado y  siempre estuvo dispuesto a sacrificarlo.

Y por primera vez en siglos, Yoongi se sintió como el niño sucio y deplorable de Taiwán que robaba comida, porque una silenciosa y amarillenta lagrima recorrió de forma abundante su mejilla derecha, con impotencia. — No morirán. No en mi  presencia inútiles.

ཧᜰ

  — está actuando muy apresurado — hablo firme sin abandonar sus expresiones formales, su maziso pecho se infló en enojo. Escasamente miró a los chicos inconscientes, rodo los ojos y se sentó encima de la mesa de billar — sabe que su hijo tiene ojos en todas partes. Es casi mitológico, y usted quiere provocarlo aún más. Que haya hecho famoso a su ex-esposo utilizando su nombre como apodo  solo lo hace más peligroso, es un fantasma en las sombras. — Sacó un pequeño puñal de su cinturón, sus manos lo mueven con agilidad entreteniendo  su aburrimiento —Wéixiǎn, querida maestra  — avisó en su lengua china tradicional , advirtiéndole lo peligrosas que son sus decisiones.

—  será mejor que salgas guanlin. Ya casi despertarán y quiero tener una conversación personal  con ellos— ordenó de forma serena, y el fuerte color azul de sus ojos se  miro como las más profundas fosas. Su subordinado afirmó, saliendo de la habitación, casi negando por su terquedad .

Y sumida en el fuerte silencio pensó cómo podría desarrollarse todo, mirando el punto débil de su hijo, que todavía está inconsciente en el oscuro y duro suelo. Un pequeño gruñido llamó su atención, así que sé acercó sonriente y se sentó cómodamente en la mesa del billar en donde antes estuvo guanlin. La mirada de jimin posee mucho miedo e incertidumbre, y cuando la de ella choco con la de él; le sonrió de la forma mas burlona y pícara, se podría decir que la maldad en sus ojos no es tanta como la de jungkook, pero si es comparable es por algo. — Sal Henoc, hijo mío, demuestrame hasta donde llegarías por tu lado humano.

— No permitiré que salga ante ti — planteo seguro pero con su voz en un hilo, luchando contra la impotencia de Henoc por no poder salir. Algo extrañado por tener sus manos desatadas las paso por su rostro. Se siente tan mal, como si una especie de tractor le fuese golpeado la cabeza, no le sorprendería que ya fuese el día siguiente por los pequeños reflejos de luz, toda una noche de incertidumbre acerca del estado y ubicación de los demás. Movió levemente a taehyung, bajo la atenta mirada de Awan, intentando despertarlo, no quiere sentirse solo en una situación tan peligrosa.

— Así que son inmunes, eh — afirmó con una sonrisita, casi usando las misma palabras de jungkook. El parecido es algo escalofriante. Aliso su abombachada falda y con aburrimiento acómodo la pequeña manilla de acero con forma de víbora de su muñeca izquierda, para que no le fastidiara. — es interesante el cariño que le tomó Hanoc a éste humano en tan poco tiempo, ¿no crees jimin? — argumento con una pequeña risa casi psicótica — tal vez..

Iba a continuar pero la voz grave de Henoc la Interrumpió, jimin había perdido la batalla por el control —¡callate! — grito con ganas de ver en sus manos la sangre contraria o su cabeza, sus ojos brillaron hirviendo en el mismo color rojo, de ira y con rencor.

Taehyung se levantó aturdido por el grito y le preguntó en un susurro que en dónde estaban. Entonces Henoc, encolerizado, le grito que habían sido raptados por su culpa, pero cuando vio su expresión vulnerable suavizó sus facciones . — yo, ah, lo siento taehyung. No es tú culpa.

Un aplauso casi eufórico les Interrumpió, Awan se levantó de aquella mesa fascinada — no saben cuánto me fascina esto. — exclamó, mirándolos como si fuesen su novela de media noche.