La Doncella y el Dragón

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Mina POV.
Aquí vamos otra vez, siempre es el mismo sueño o más bien pesadilla. Mis padres susurrando cosas ininteligibles,no paran de mirarme raro,como si les diera asco,casi con repulsión.
Para cuando acuerdo ya estamos en el carruaje,como en un paseo normal con la excepción de que ahora no hay mosos manejando,puesto que es papá el que conduce,parece algo estresado,preocupado diría yo,sus manos temblaban al sostener las riendas que mantenían atados a los caballos al carruaje;por otro lado mamá se veía tranquila,pero ninguno me miraba desde que subimos.
Llegamos a una torre pintoresca y sumamente alta,después de un largo e incomodo trayecto, pregunté a dónde íbamos, ya casi anochecía.
Al bajar y con el semblante calado de sudor,papá quitó dos grandes ladrillos de atrás de una enredadera que cubría una pared de la torre, abriendo así un espacio lo suficientemente grande para que pudieramos pasar.
- Entra Mina.- dijo mi madre alcanzandome una valija algo grande y pesada para una niña de cinco años,pero la tomé ya que de lo contrario ella se enojaría y nadie quería eso; entré a gatas arrastrando el baúl conmigo por un túnel estrecho,que parecía recién cabado dando paso a una espeluznante oscuridad,me alejé de la salida del túnel una vez que salí para dejar el espacio que ocuparían mis padres una vez que salieran de ése túnel, mi cuerpo desbordaba pánico con el pasar del tiempo,mis padres no salían no sabía que hacer. Empecé a clamar a gritos el nombre de mis padres con desesperación;En el fondo de mi llanto y gritos a mis padres para que me sacaran se escuchó la voz de mi papá.
- Mina!!

- POR FAVOR PAPÁ, AYÚDAME A SALIR!!!
TENGO MIEDO!!!.-No podía dejar de llorar,con mis lamentos apenas podía escuchar la voz de mis progenitores.
- Mina, escúchame por favor,de momento debes quedarte aquí y ser buena niña,¿si?
Créeme que ésto es lo único que podemos hacer por ti, estarás bien princesa,lo prometo.
- Hay que irnos ya Akira! está anocheciendo... déjala ya!! ya le dijiste lo que tiene que hacer en algún momento va a subir, de cualquier forma no podrá salir.- farfullaba mi madre.
Lo siguiente que escuché fue el sordo sonido de un carruaje alejarse,aumentando así mis alaridos de horror,una gran y desbordante angustia me carcomía por dentro.
No paraba de gritar.
- MAMÁ, PAPÁ!!
NO ME DEJEN!! AYÚDENME!!!
PAPÁ!!!