- Oh por Dios! Tomi ayudame a curarlo! busca en el bosque algo de calendula - decia preocupada tratando de detener los borbotones de sangre con sus manos - calendula? - si es un hierba delgada con flores pequenias las vi cerca de las ballas moradas detras del sauco! corre no tenemos tiempo! -.
el joven abrio lentamente los ojos pasado ya algun tiempo, se toco la cara con ambas manos, sintiendose debil trato de sentarse, al percatarse de eso Marceline, quien se encontraba sentada aun lado de el dandole la espalda, giro rapidamente abalanzandose sobre el para abrazarlo - gracias a Dios estas bien! tenia tanto miedo - Rufus estaba confundido, ¿preocupada? que era eso? y esa senia? ese ademan de rodearlo con sus brazos que significaba? ellos no tenian esos impulsos tan raros, sin darse cuenta sus brazos se dirigian lentos y torpes a responder el abrazo mas, por temor u orgullo, los detuvo, sujeto a la joven por los hombros y la alejo de el - que crees que haces? - te abrazo... tenia miedo de que algo malo te ocurriese - miedo? si esto es culpa tuya, tu lo hiciste, por ti estoy asi - esto desato un mar de lagrimas por parte de ella, tratando de cubrirlas oculto su rostro entre sus manos, se encontraba lista para salir corriendo de ese lugar pero... - Rufs! ella te curo de no ser por ella hubieras muerto hace 3 dias! - tu hiciste esto por mi? porque? - pues... porque eres mi amigo y los amigos se ayudan - vaya... eso si que es algo que nunca habia oido - decia desconcertado, en su mundo ese tipo de sentimientos no extistian, los humanos si que han de ser afortunados al tener todos esos sentimientos y emociones rodeandolos, ellos solo podian sentir odio, rencor, tristeza y demas sentimientos negativos en el mundo - quien te ensenio a hacer estos preparados? - mi abuela, ella me contaba que en Africa era algo asi como curandera y me ensenio algunos remedios - el silencio volvio a reinar, el joven estaba tendido aun en el suelo mientras la mulata y Tomi buscaban alimento.
pasado ya algun tiempo Rufus decidio hablar con la chica - y dime, te gustaria aprender mas remedios y usos de las plantas? - pues si me encantaria pero quien pudiese enseniarme, mi abuelita fallecio hace anios - yo lo hare desde este momento eres mi aprendiz, como primer leccion, para pasar desapercibida, trata de actuar como hombre, asi todo sera mas sencillo te lo digo como a... a... ami... go y te lo exijo como maestro - bien... lo intentare- su emocion no era notoria, realmente ella solo queria volver a casa a evitar que pasara lo que vio en su suenio, le aterraba que mas que suenio fuese una vision de su mundo; sumida en sus pensamientos comenzo a empacar la poca comida que recolectaron para el viaje - Marceline, trae mas de ese preparado lo necesitaremos para el viaje - dijo calmado el pegaso - Marceline? quien es Marceline? - soy yo Rufus- que? acaso escuche bien? una simple humana averiguo tu verdadero nombre? jajajajajaja....- las burlas de su amigo le devolvieron el mal humor al elfo - dos cosas, la primera, en tu vida me vuelvas a llamar por mi nombre! - pero por que no? no tiene nada de malo - contesto confundida - para nosotros el nombre es especial si los otros se enteran me daran mandatos y pediran favores, de hecho... por que lo recuerdas aun? el nombre de un yerbatero solo se sabe por unos momentos y despues se olvida - un yerbatero? como las leyendas que contaban los celtas? entonces si existen! - sonrio de felicidad la joven al enterarse - ellos decian que si te topabas con uno cuando tenias problemas y adivinabas su nombre, te ayudaban sin importar el costo, pero tienen siglos sin estar en la tierra he de ahi la leyenda, hay mas como tu Ruf...s? - los humanos nos recuerdan asi? vaya... la verdad no los incomodo... ya oiste Tomi pudimos continuar y ellos ni se hubiesen enterado - El es el ultimo yerbatero Marceline, hace siglos tuvieron problemas con los humanos y los fueron eliminando uno por un, el se salvo por que nunca llego a tu mundo- no hables de mi pasado no me gusta! por cierto, porque no me dijiste a mi tu nombre? - pregunto molesto cruzando los brazos - porque no lo preguntaste, no crei que te fuese a importar mucho duendecillo - mmm... no soy duende!-.
ya habian pasado tres dias viajando juntos, Tomi y Marceline se volvian amigos cercanos mientras que el pelinegro reflejaba los celos de perder a su mejor amigo con cada gesticulacion de su cuerpo, siendo cortante con su ahora aprendiz; nuevamente encendieron una fogata al anochecer, sacaron la comida que guardaban y Marceline comenzo a cocinar, olia bastante delicioso a tal grado que a sus dos acompaniantes se les hacia agua la boca, despues de degustar los alimentos se quedaron platicando hasta el amanecer, las historias del mundo humano eran maravillosa y emocionantes para Rufs, como se comunicaban, el estilo de vida, las clases de vestimenta, las diversas culturas, todo era fascinante para el, mas, pronto se presento una duda, si todo es tan bonito ¿por que Marceline queria cambiar su vida?