nuevamente era de dia, como de costumbre, Rufus se levanto temprano para conseguir el desayuno mientra Marcs y anteriormemte Tomi se disponian a alistar todo para el viaje, mas esta ves era completamente diferente a las demas mañanas, Marci seguia profundamente dormida cuando el volvio, sin despertarla se sento a un lado de ella para contemplarla; la noche anterior pasaron tantas cosas que deseaba olvidarla, tantas perdidas y pocas ganancias, ganaron la libertad de Marcs, mas perdieron a un gran amigo y posibilidad de conocer la verdad de lo ocurrido con Dafshi; el elfo acaricio suavemente el rostro de la humana recordando el dulce beso que deposito en sus labios. se habia vuelto a poner sus ropas negras para ocultar su habito - Rufus... - decia la joven entre abriendo los ojos algo somnolienta - que ocurre? - vistete y vamonos, ya me contacte con los elfos de luz y debemos entrar ya -.
- Rufi, estas seguro que es por aqui? - decia extrañada enfrente de un gigantesco arbol hueco, Rufs lo toco y volteando con suma tristeza hacia la mulata le dijo - quiero darte algo antes de entrar... - no por favor, mas animales muertos? - contesto algo perturbada provocando una sonrisa en el joven - claro que no torpe, jajajaja... - saco de entre sus ropas un pequeño pedazo de tela rosa y lo coloco sobre la cabeza de Marcs - como yerbatero se nos dan 2 obsequios muy valiosos uno es el habito que utilizaremos toda nuestra vida, segun el color del aura que poseas y la segunda es tu roca espiritual, al ser tu una humana... aun no te puedo dar la tuya, solo el habito - acto seguido, poso ambas manos en la cabeza de la joven y el paño, antes pequeño, ahora recubria su cuerpo formando su habito, un bello vestido señido al cuerpo de manga larga color rosa con aberturas en ambos lados de las piernas y debajo, un pantalon blanco holgado - las botas me las puedo quedar duendecillo? - sonriendo contesto - son tuyas Marceline... usalas cuando quieras - bajo sus manos tocando suavemente el rostro de la joven, quien a su vez, cerro los ojos para intentar darle un beso en los labios, Rufs no sabia que hacer, no era correcto responderlo, mas queria hacerlo - siempre hago lo correcto... nunca lo que en verdad deseo, no quiero perderla... supongo que no afecto a nadie - penso detenidamente antes de responder el beso.
- Marcs... escucha, no importa lo que te digan los elfos de luz, no hagas nada sin antes consultarmelo ¿lo entiendes? ellos aun guardan desconfianza y recelo de los humanos - esta bien duende... - la ahora aprendiz avanzada de yerbatero estaba nerviosa y melancolica, por un lado, por fin regresaria a su hogar, pero por otro, tendria que dejar atras a su amado Rufus y el nuevo mundo en el que habia aprendido tanto de si misma; el elfo comenzo a conjurar en un idioma extraño frente al arbol creando un as de luz a lo ancho del hueco del arbol - entra Marcs, te esperan dentro - y tu? no entraras? - no... no tengo permitido entrar ahi, es territorio sagrado - y yo que hare ahi dentro? - ya lo sabras, entra no queda mucho tiempo, te juro que estare aqui cuando salgas, te estare esperando - temerosa la humana atraveso el portal cerrandolo.
- hola? - preguntaba algo cegada, el templo de los elfos era totalmente blanco e irradiaba una luz incandesente que no le permitia ver bien - supongo que usted es la señorita Marceline? - se escucho una voz tranquilas y calida proviniente de un elfo arquero, elegido especialmente para recibirla - mi nombre es Sergey... bienvenida a la torre blanca, Rufus, vino aqui a solicitarle una audiencia con el gran consejal, espero y no desaproveche la oportunidad que tanto trabajo le costo conseguir - claro que no! estoy decidida a ponerle fin a todo esto - me alegra escucharlo, ya que la culpa del desequilibrio entre nuestros mundo no es de nadie menos que usted; sigame por favor - vaya... Rufs es mucho mas amable... eso asusta - penso en la ironia de la situacion mientras la dirigian a una habitacion amplia, ahi dentro la esperaban 6 elfos observandola detenidamente, una de ellos se puso de pie y se le apronto - buenos dias guardiana de la tierra, me complace conocerla al fin - dijo con un solemne saludo y reverencia - con todo respeto... yo no soy una guardiana... solo soy una humana... una muy torpe - se equivoca, las cosas pasan por una razon mas alla de lo comprensible... hasta para una especie tan superior como la nuestra es imposible preveer todo; el joven Rufus se arriesgo mucho al venir a nuestra tierra para hablarnos de su caso, Dafshi no cometio un error al escogerla a usted - mmm... crei que solo me dijo el trato por lo ingenua que era en ese tiempo - jajaja... pues no, usted es un guardian encarnado, cada cierto tiempo encarna uno para intentar aprender del mundo de los humanos, los enviamos con la esperanza de un cambio de corazon y razon en ellos - porque? - veras... su mundo y el nuestro coexisten en un delicado y fragil equilibrio, no pueden estar uno sin el otro, sin embargo... el oraculo a visto el futuro, si los humanos siguen corrompiendose como lo hacen nuestro mundos se separaran por completo y los humanos olvidaran la magia de nuestro pueblo dejandonos solo como historias que contar a sus hijos pequeños, esta ya esta comenzando a suceder... Dafshi quiere ayudar a corromperlos mas rapido y asi tomar el control en tu mundo - pero... entonces tengo que regresar! es de suma importancia hacerlo! - pequeña... cuando llegues a la tierra y ella regrese aqui, tu tendras que pagar el daño que ha hecho tanto en nuestro mundo como en el tuyo, no podras volver a encarnar y te convertiras en un cuerpo sin espiritu un alma suspendida en el espacio - tiempo que jamas volvera a tener contacto con la vida - esto asusto mucho a Marceline, deseaba salir corriendo para dejar todo atras, no podia soportarlo, porque ella tenia que pagar por algo que no habia hecho - todo estara bien Marceline - escucho la voz de Rufus resonando en su cabeza - seca tus lagrimas, yo jamas permitire algo malo te ocurra - duendecillo? en donde estas? - donde te prometi... afuera del portal, acepta el ritual que te ofreceran para regresar a tu mundo, te prometo ayudarte a ser libre de ese destino tan ruin - que haras? - primero necesito que salgas para darte algo muy importante, despues te enseñare el conjuro que necesitas para encerrar a Dafshi y salvar tu vida, al ser humana eres la unica aqui que puede llevarlo acabo - esta bien Rufs... lo hare, confio en ti -.