No te debes enamorar.

-Cinco-

Nuevo día de clases, odio ir al instituto. A las seis en punto mi hermana entra a mi habitación y abre las cortinas, por suerte no hay luz a esa hora, sino de seguro la hubiera golpeado. Lanza algo a mi cara, mi uniforme.

-¡Ve y alístate para ir al colegio!- dice- Nuestros padres viajaron a Australia por un negocios y me dejaron una nota de que me preocupe de que llegues a tiempo al colegio, además tengo que arreglarte para tu entrada triunfal.

- Ya voy- digo levantándome, pero me enredo en las mantas y caigo de boca al suelo, mi hermana tiene el teléfono en la mano

- ¿Qué haces?

- Grabando el mejor video

- No eres graciosa- dicho esto entro a darme una ducha, al salir Mary me espera con todo listo para arreglarme. Me maquilla, le hace a ondas a mi cabello castaño y maquilla mis ojos verdes, para que resalten, aplica delineador de ojos y un montón de cosas más.

Estoy lista en menos de veinte minutos, desayunamos juntas y después subo a terminar de alistarme, me coloco la venda en el pie, por suerte las medias son altas y no se nota. Me calzo los zapatos y me doy un último vistazo en el espejo, soy yo, pero mejorada.

- Toma estos, quedarán perfectos- dice con unos aretes, me da una última mirada- Arreglada así, hasta una bolsa de basura te quedaría bien

- Gracias- la abrazo

- Fue solo un cumplido- dice con una sonrisa

- No por eso, por todo lo que me has ayudado

- Eres mi hermana pequeña, para eso estoy

- Gracias igualmente

- De nada- reímos

- Solo una cosa más- dice ella buscando algo en la bolsa de maquillaje- Ponte este, te va a quedar perfecto- me tiende labial rojo- me miro en el espejo

- Estás muy bien. Ahora solo recuerda todo lo que te enseñé.

- Si

- Deberías bajar, porque tu ''amigo'' está por llegar- hizo comillas al decirlo

- Él solo me ve como a una amiga

- Eso es lo que tú crees- una bocina de auto suena- Te lo dije

- Adiós- tomo mi bolso, guardo el celular y un brillo de labios.

- Tenemos que comprarte un bolso urgente, el que tienes es muy de niña.

- ¡Vamos en la tarde!- digo corriendo escaleras abajo

Zed me espera en su descapotable último modelo rojo, lleva sus lentes de sol, que lo hacen verse más sexy de lo que ya es, está mirando al frente y todavía no ha notado mi presencia. Es mi oportunidad, camino directo al auto tal como mi hermana me enseñó. Subo a su auto y cierro la puerta.

- Hola- digo colocándome unos anteojos nuevos.

- Hol...- al mirarme se queda boquiabierto, eso es, un punto para Ly. Ya me está preocupando, ya han pasado 5 minutos y él sigue sin hablar, solo me mira

- Querido cierra la boca, te van a entrar moscas- reacciona al instante y regresa a su postura de chico guapo y popular.

- Lo siento, estás muy guapa hoy

- Gracias

- Veo que te quitaron el yeso.

- Si, es una suerte, aunque no puedo montar mi motocicleta un mes