No te debes enamorar.

-Treinta y seis-

- Estas hermosa - dice mi madre mirándome a través del espejo.

Observo mi cabello, Mary lo trenzó y lo recogió en una especie de moño, algunos cabellos sueltos y ondulados caen en mi cara. Mi madre se lució con el maquillaje, es algo muy natural, en tonos claros, mi piel parece como si brillara, aplicó un brillo labial de un color rosa muy bonito. Debo admitir, me siento hermosa.

- Un video de nuestra querida Halley antes de que sea famosa - dice mi padre entrando con una grabadora - ¿Algo para tus fans?

- Quiero agradecer a mi familia por acompañarme en esta importante noche- digo tomando mi cepillo como si fuera un micrófono - Esto no sería posible sin ustedes.

- Te ves tan linda hija - dice mi padre apagando la grabadora y rozando mi mejilla con su mano - Hoy te vas a lucir en el estreno de la obra.

- Eso espero, de verdad que me encanta la actuación-miro a mis padres.

- Y eres una gran actriz - Nat entra con Jason en sus brazos.

- ¿Estás practicando para cuando sea tu turno? - dice Mary burlándose de mi hermano.

- Yo no soy la que lleva una sandía, o dos, en el estómago.

- Otra vez con eso - Mary lo fulmina con la mirada

- Chicos dejen de pelear - mi madre interviene - De verdad que entre las bromas de ustedes dos - señala a Nat y a mí - Y las peleas entre ustedes me van a hacer envejecer pronto.

- Muy tarde mamá, eso ya pasó - dice Nat mirándola con recelo, todos controlamos nuestra risa.

- Muy gracioso - miro el reloj en mi brazo.

- Debo irme- voy atrasada - No voy a llegar al ensayo.

- No puedes irte en la moto- Mary me reprende - Vas a arruinar el peinado con el casco.

- Llévate mi auto - dice mi hermano dándome las llaves - Yo me quedo con tu motocicleta.

- Cuida muy bien a Luci - digo dándole las llaves de mi bebé.

- Conduce con cuidado - dice mi madre dándome un beso en la frente - Te veré más tarde, a la hora del estreno

- Rómpete una pierna – añade mi hermana.

- Pero esta vez no lo hagas literal - mi padre ríe.

Corro escaleras abajo, tomo una galleta de la mesa del comedor y mis lentes de sol de la mesita junto a la puerta. Hoy es un buen día, el sol está delicioso, me retiro el rompevientos y me pongo al volante. El camino al instituto es bastante aburrido, el auto de Nat tiene dañado el radio, entonces me limito a ver las calles. Me detengo en un semáforo en rojo y el auto hace un ruido extraño, sabía que esto pasaba con este auto, pero justo hoy me tiene que pasar a mí.

- ¡No, no, no! - digo estacionando a un lado y poniendo las luces de parqueo - No me hagas esto ahora mismo - trato de encenderlo, pero nada parece funcionar - No justo hoy - intento por segunda vez, pero se niega a funcionar.

Salgo del auto y voy a revisar el motor. ¿A quién engaño? Podría arreglar una motocicleta con los ojos cerrados, pero no tengo idea de que hacer en el auto. Nada parece estar soltando humo o estar suelto. Tomo mi teléfono y marco a casa, nadie responde, marco a todas y cada una de las personas que viven en mi casa y nadie parece contestar. Estoy por llamar a alguno de mis amigos cuando veo un auto que estaciona detrás del mío

- ¿Problemas con el auto? - dice Taylor.

- Gracias a Dios eres tú - siento alivio, se que Taylor sabe mucho sobre autos.