Cuando lees un libro de ficción donde el personaje posee poderes lo primero que piensas es "seria divertido".
Kim Taehyung no pensaba eso.
Claro, con 17 años esperaba poder salir de fiestas, tener amorios, perder su virginidad pero tener telequines...
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—Maldito viernes, maldita escuela, maldita tarea, maldito Hoseok quien sonrie siendo las 7am, maldito Jimin quien me llamó sonámbulo a las 4am, los odio a todos.
Ese era Taehyung caminando a la escuela 20 minutos más temprano porque debia entregar un trabajo a la profesora de literatura que habia olvidado la clase anterior, tuvo que hacerle un par de caritas a la señora para que lo deje entregarlo al dia siguiente funcionando con éxito a los segundos.
La gente esta cada dia mas débil.
Pensó entrando al instituto yendo directamente a la sala de profesores encontrandose a la anteriormente mencionada junto a alguien, éste estaba de espaldas concentrado en lo que la señora Kim le explicaba.
—Profesora Kim, ya llegué.—Aviso haciendo una reverencia llamando la atención de ambos, la mujer le sonrió con cariño sintiendo su corazón estallar de ternura ante su alumno favorito con el buso blanco que lo hacia querer abrazarlo por verse tan pequeño y los grises cabellos con ondas naturales.
—Taehyung, me alegra verte.—El cenizo se acercó sacando de su mochila el trabajo perfectamente acomodado en un folio y lo dejó cerca de ella.
—Lamento la tardanza, no volverá a repetirse.
¿Quién vería a Kim Taehyung, alias enano malvado, ser amable?
—No te disculpes cielo, puede pasarle a cualquiera.
—Mingyu una vez olvido el trabajo y usted lo desaprobó.—Habló por primera vez el castaño que se habia mantenido en silencio mirando fijamente al cenizo, la profesora observó mal a su alumno para luego girar nuevamente a Tae.
—Jeon, callese.—Suspiró.—eso es todo Taehyung, puedes retirarte.
—Gracias y lo siento, otra vez.—Hizo nuevamente una reverencia y salió de allí, felicitandose mentalmente por no decir estupideces frente a la mayor.
Se detuvo en su casillero tomando sus libros que necesitaría para sus siguientes clases, tarareaba al ritmo de Only you de Little mix que se reproducia en su cabeza, agarró la barrita de cereal que estaba en su bolsillo abriendola a los segundos para luego darle un mordisco.
—Niño de busos.
No de nuevo.
Tae se hizo el distraído y cerró el casillero para luego dar media vuelta, mas la mano de Yoongi tomando su muñeca impidieron su huida.
—¿Algo más me va a pasar hoy?—Murmuró cansado queriendo golpear su cabeza contra la pared mas cercana, se giro encarando a un feliz Yoongi quien le sonreía.—Que quieres, Yonju.
—Ya te dije que me llamo Yoongi.
—Ya te dije que no me importa.—Mordió de su barrita.—¿Qué quieres?—Volvió a preguntar.
