CAPITULO 9

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Los días pasaron y se convirtieron en semanas, esas semanas se convirtieron en meses, así hasta que se cumplieron más de año y medio de que la maldición llegara a la vida de los Siete Valientes.

En ese punto se acostumbraron a sus nuevos cuerpos y como ya no viajaban por misiones Aja disfrutaba mostrándoles todo lo que ella hacía en su ausencia, ese día por ejemplo los estaba llevando hasta el poblado de Caldera, en donde residían esos dos adultos que tanto amaba. Sabía que tanto Karina como Tobías los recibirían bien, además de que en ese poblado había muchas agricultoras a las que podían intentar conocer.

No le encantaba la idea, pero tampoco le desagradaba, después de todo, todos ellos lo necesitaban y ella extrañaba visitar a los Lake.

Jack iba en frente con la chica, charlando y sermoneándole de vez en cuando, puesto que se notaba que conocía la isla de los cuentos de hadas como la palma de su mano, algo que le llegaba a preocupar. Aja hacia oídos sordos cuando este comenzaba y solo seguía caminando, después de todo ya había comprendido que se lo había ganado.

Cuando ya los siete pudieron ver a los lejos el pequeño poblado, se asombraron por los colores y la organización que esta tenia. Las casas estaban todas separadas y alrededor de estas había huertos enormes con todo tipo de verduras, y a la mano derecha los arboles de frutos organizados meticulosamente. Era un pueblo pequeño, pero bastante espacioso y el único lugar en donde las construcciones se juntaban eran en la calle central, donde estaban todos los comerciantes.

-Chicos, antes de llegar, recuerden que aquí me conocen como Belacqua. -Los detuvo Aja posicionándose frente a ellos.

- ¿Por qué Belacqua? -Pregunto Arthur cruzándose de brazos.

-Que importa, fue lo primero que se me ocurrió. -Dijo Aja levantando los hombros en señal de desinterés.

-Pudiste haberte llamado Melanie. -Dijo Hans jugando con ella.

-Es un apellido, Hans. -Lo corrigió Aja poniendo las manos en las caderas.

-Entonces pudo ser Tarron. -Le siguió Jack con su típico acento.

-O Le Fay. -Le siguió Merlín.

-¡Oye! ¿tú de donde conoces ese apellido? -Se enfrentó Arthur a Merlín sorprendido por la repentina mención de aquel apellido que él conocía bastante bien, pues era el apellido de su media hermana.

Aja rodo los ojos cuando vio el halo rojo de Merlín resplandecer en sus pupilas blanquecinas, ya entendiendo lo que había ocurrido y no quería escuchar más al respecto. Arthur comenzó a amenazar a Merlín y sus demás compañeros estaban tan concentrados riendo de la situación del castaño que nadie noto a Aja alejarse a paso lento de ellos.

Se acercó a la calle principal, notando que había mucha gente transitando por alli. Los comerciantes estaban repletos de compradores y se notaba la felicidad de cada uno en cada venta ante los ojos especiales de la chica.

-No creas que te libraste de mí. -Jack hablo sobresaltándola, haciendo que se detuviera en seco llevando una mano al pecho.

-No esperaba hacerlo. -Rio continuando su camino-. Pero no vuelvas a hacer eso.

-No prometo nada. -Levanto las manos inocentemente el ahora enano

Unos pasos después se detuvieron nuevamente frente al negocio de los Lake. Suspiro profundamente mientras enrollaba un mechón de su cabello en un dedo índice. Le señalo a Jack con un asentimiento para que el enano entendiera que ahí estaban esos dos adultos de los que les venía hablando.

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