CAPITULO 11

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La princesa trataba de escabullirse de los halagos de los enanos, le caían todos muy bien, pero le desesperaba que constantemente le recordaran lo hermosa que era, puesto que esa, no era ella.

Salió afuera de la casa y cuando vio a la bruja allí con las piernas cruzadas, y los brazos completamente estirados sobre sus piernas, comenzó a examinarla, pensando que no había notado que se encontraba allí. Aja abrió los ojos y el blanquecino de estos quedaron totalmente a la vista de la joven, quien se quedó totalmente quieta, pensando que si no hacia ruido, no podría verla.

Mas equivocada no podía estar.

–Si te puedo ver. –Dijo con una sonrisa ladeante.

–Ah... lo siento. –Se calmó y luego reitero lo que había escuchado–. Espera...

–No veo como tú, pero si, puedo ver. –Pensó seriamente si mencionar su aura en constante cambio, pero si llegase a ser una amenaza, ya estaría completamente descubierta–. Al menos si estas vivo.

– ¿Cómo es eso?

Se levantó del suelo apoyando primero en una pierna todo su peso y luego en la otra con ayuda de ambos brazos.

–Todo ser viviente tiene un aura alrededor suya, es un campo energético o más bien una luz de color. –Comenzó a caminar hacia ella–. El caso es que con eso puedo verte, aunque eso no me diga nada de tus características, puedes tener un cabello azul y realmente no lo sabría.

–Interesante...

–Lo es. –Respondió Aja rápidamente petulante–. Ven vamos adentro, ya va a oscurecer.

– ¿Y cómo sabes eso...?

–Porque no soy tan idiota y antes pasaba bastante tiempo sola, tuve que aprender a diferenciar a través de los sonidos y comportamientos de los animales, la temperatura del viento o su dirección y aunque suene estúpido, pasar mucho tiempo con Uma ayudaba.

Red Shoes solo se calló cuando escucho otro nombre que no conocía. Aja paso de largo de la chica y se adentró a la casa, en donde al primero que noto fue a Jack, quien sostenía algo en las manos, con las piernas cruzadas sobre el sofá.

Corrió a sentarse al lado de él y cuando Red Shoes entro tras ella por la puerta fue interceptada por Arthur, quien la llevo hasta la cocina, dejando a Jack y a Aja solos, retomando el primero su forma humana.

–Estas muy tranquila en cuanto a la visita. –Destaco el rubio.

La chica se encogió de hombros y se cruzó de brazos.

–No es como que tenga otra opción. –Respondió–. Además, no necesito hacer nada, estoy segura de que si siguen así de intensos ustedes solos la van a espantar.

–Eso quisieras, demasiado encanto nunca espanta. –Le giño un ojo, aunque ella no pudiese verlo.

Rio ante el comentario del rubio pensando que si a ella la hubiesen tratado así muy probablemente hubiese huido, de hecho, en su primera semana lo pensó, pero ahora estaba más que agradecida de no haberlo hecho.

–Hablando de eso... ¿Si podré ayudarlos con la búsqueda...?

Jack poso su taza sobre el pequeño plato que su mano derecha sostenía y la miro incrédulo. Ya sabía que Aja querría meterse en esta búsqueda o cualquier cosa que tuviera que ver con Red Shoes porque no apartaba la vista de ella, pero hasta ahora nadie estaba seguro si la dejarían. ¿Por qué?

Colors | MerlinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora