Chan, al fin vuelves.

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Tuvieron que sedar al joven omega para poder trasladarlo pues primero exigía a gritos que le dieran el alta y después no quería irse sino hasta que Chan llegara a verlo al hospital.

El que sus amigos estuvieran ahí era de gran ayuda porque sólo ellos podían convencerlo con pequeñas mentiras, que no le hacían ningún bien, pero permitían que los doctores hicieran su trabajo.


—Lino, Chan sigue en su viaje, no puede venir a verte.

—Escuché que le pidió a tu madre que nosotros te cuidaramos, ¿no obedecerás a tu esposo?

—Él dijo que no puede venir al hospital, que cuando vuelva, el otro centro médico le quedará más cerca. Deja que te trasladen.


Chan esto, Chan lo otro.

Lino sólo obedecía si la oración decía "Chan dijo que...".


—Será mejor que dejemos de mencionarlo o su psiquiatra nos va a golpear —Changbin opinó mientras cuidaban de Lino en una habitación más pequeña.

—Ya sé pero... lo odio, ¿saben?

—¿Fuiste a verlo? —Félix cuestionó a Hyunjin.

—Sí... pero los de seguridad no me dejaron verlo. Le dejé un mensaje en el buzón de su teléfono porque tampoco responde llamadas.

—Es un maldito, hijo de...


—Chan... —Lino susurró entre sueños mientras sonreía y balbuceaba.


—Ojalá pudiera arrancarle su jodida porquería con un par de pinzas y...

—Ya, ya, esto... sólo vamos a procurar que Lino comience a comer. No puede sobrevivir con sueros y medicina. Hay que hacer algo.

—Yo creo que si lo único que funciona es decirle que Chan vendrá, tenemos que seguir usando eso a su favor —Changbin concluyó y juntos dejaron la habitación.



El psicólogo de Lino hablaba con él todos los días, sus sesiones duraban una hora al menos pero no había ni un solo progreso con él. Mientras que el psiquiatra le aconsejaba a los tres chicos que continuaran hablando con su amigo, reduciendo al mínimo el mentir sobre aquel alfa. Que sólo lo usaran para momentos en que fuera muy necesario, como incitarlo a comer.

La madre de Lino estaba muy ocupada con el trámite del divorcio de su hijo y con las operaciones de la empresa porque Chan no aparecía por ningún lado. Ella se daba el tiempo de visitar y cuidar de su hijo algunas horas al día pero no podía dejar de trabajar, la estancia del omega en el centro de salud mental era realmente costosa.

No fue sino hasta que una tarde Chan se apareció en casa de Lino, que la madre del chico perdió los estribos y se le fue encima a golpes.


—¡Chan, al fin vuelves! —Lino quiso levantarse de su camilla pero no podía moverse mucho.


Algunas noches, parecía que la mente de Lino queria recuperarse. Pero el omega creaba una burbuja de fantasía en la que aún veía a su alfa. Comenzaba a gritar, patalear y hasta lanzaba puñetazos a quien quiera que se le acercara, sintiendo cómo su corazón volvía a hacerse pedazos. Llorando por Chan y pidiéndole que no se fuera.

Su corazón estaba hecho añicos y él aún quería verlo, necesitaba sentir sus abrazos y sus besos. Porque para un omega, el que un lazo se rompiera dolía mucho, dolía tanto tiempo y en su mayoría se rehusaban a renunciar al lazo.


—No me dejes... por favor... vuelve conmigo... nuestro bebé, ¿lo recuerdas? Nosotros... tenemos un bebé qué cuidar...


Sus amigos a veces no soportaban aquello y terminaban llorando por él en silencio. Lo único que pudieron hacer fue ayudar a amarrarlo a su camilla y esperar a que esos lapsos terminaran, hasta que el chico se quedaba dormido.


—No pensé que... un lazo roto fuera tan aterrador —Félix limpió las lágrimas de su rostro y apretó sus puños queriendo tanto estampar uno de ellos en el rostro del ex esposo de su amigo.

—Luego de esto, volveré a casa y abrazaré a Jeonginnie con todas mis fuerzas. No podría soportar que él pasara por algo así —Hyunjin tomó su celular y aunque eran cerca de las tres de la mañana, se alejó un poco para poder llamar a su prometido, Jeongin. Seguro lo regañaría por despertarlo a esa hora pero necesitaba tanto escuchar su voz.

—Yo... cuando amanezca le compraré a Lino su comida favorita ... —Changbin sorbió su nariz y se escurrió por la pared hasta caer sentado en el suelo. Estaba realmente deshecho por ver a su mejor amigo teniendo alucinaciones cada vez peores.

—¿Crees que si traemos a Chan sirva de algo?

—No. Ese malnacido no puede venir. Y tampoco le daremos el gusto de que vea a Lino en este estado por su culpa. 

Lazo Roto [ MinChan | Banginho | ChanHo ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora