Capítulo 19

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Mi mente estaba dando vueltas, aún así continué leyendo la carta.

"Si eso pasa, si yo muero, te suplico no te sientas culpable, no es para nada culpa tuya ¿de acuerdo?

Yo te amo Mari, más que nada, más que a nadie, más que a mi propia vida. Nunca dudes que te amé, que ahora mismo mi mayor miedo no es morir, temo por ti, por lo que Nathaniel pueda hacerte, que la historia de la Reina Leonor se repita contigo.

Espero que Alya reciba este libro de vuelta en caso de que Nathaniel cumpla su amenaza y que sea lo suficientemente curiosa para leer y encontrarse mi letra, para darte esto y que sepas la verdad.

Marinette, solo tengo una última cosa que pedirte cariño.

Vive, sé feliz y encuentra al amor de tu vida, tú fuiste el mío, pero eso no quiere decir que yo haya sido el tuyo. Te queda una vida por delante, años de felicidad y paz, la cual espero que encuentres al terminar de leer esta carta.

Eres lo mejor que me pudo pasar Marinette Dupaing Cheng, y que sepas, que el día en que mi corazón deje de latir, mi respiración se detenga y pase al siguiente mundo, mi último pensamiento serás tú, sonriente, feliz y llena de vida.

Siempre tuyo.

Kim."

Mi alma se retorció, causando un inmenso dolor en mi pecho.

El hombre que había sido mi primer amor sabía que iba a morir, que iban a terminar con su vida, sus sueños, esperanzas, su futuro, lo sabía y me había escrito todo lo que sentía y lo que deseaba para mí.

Mis manos dejaron caer la libreta, causando un pequeño sonido en el cesped, tenía sentimientos encontrados.

Tal como él habría querido, leer esto me llenó de paz, al saber que no debía sentir remordimiento alguno jamás por haberme enamorado de otro chico, pero sobretodo:

Ahora tenía todo lo que necesitaba para regresar y hacer un anuncio oficial, no solo a mis padres, sino a la nación entera.

El sol no tardaría en salir y todos en casa despertarían, tenía poco tiempo.

Entré a la habitación donde Adrien seguía profundamente dormido, dándome la espalda. Tomé un lpiz y una pluma para escribirle.

"Querido Adrien

Agradécele a tus padres por su hospitalidad, por acogerme como alguien más en su familia, por quererme pese a mi estatus social y lo que eso conlleva.

No sé si saldré viva de esto, pero lo haré para dejar de esconderme y huir toda la vida, finalmente he encontrado el valor y las herramientas para hablar, para luchar por nosotros. Todos en el pueblo y tu familia fueron lo que me dieron fuerza para hacer lo que pronto sabrás.

Te amo.

Marinette."

Dejé el papel sobre su ropa para que la leyera tan pronto despertara y salí de la casa dirigiéndome a toda prisa a Palacio.


ADRIEN:

El sol entrando por la ventana fue lo que me despertó, como era usual me di la vuelta para abrazar a Marinette y darle los buenos días, pero mis brazos no la encontraron.

Me enderecé de un brinco y volteé a ver a todos lados.

¿Y si se la habían llevado?

Puse mis pies en el piso dispuesto a vestirme y salir corriendo en su búsqueda, pero me encontré con una carta pequeña.

Al terminar de leerla no dudé un segundo en ir a buscarla, tal vez aún estaba a tiempo de salvarla, o al menos de preguntarle cual era su plan, no iba a abandonarla. Jamás.

Me transformé, solamente así tendría oportunidad de encontrarla, pero cuando divisé el castillo ya era demasiado tarde.


MARINETTE:

Una vez ahí entré a mi cuarto con sigilo, tomando ropa y mi tiara, la falta de costmbre a los tacones desapareció al poco tiempo y llamé a los medios de comunicación tan pronto encontré mi teléfono.

Me planté en la entrada del castillo con las pruebas en mis manos, decidida a hablar.

—Muchas gracias por venir Nadja, y a todos los demás les agradezco también

Sus caras denotaban un millón de preguntas, y estaba dispuesta a contestarlas.

—Princesa ¿qué le ha pasado a su cabello? ¿dónde ha estado? ¿fue secuestrada?

Sonreí y negué lentamente.

—Agradezco su pregunta caballero, para eso necesito contarles una pequeña historia...

Los flashes de las cámaras se hicieron notar, respiré profundo y jugué con el anillo de madera en mi dedo anular para calmar mis nervios.

—Hace unas semanas fue la boda real como todos ustedes ya saben, yo iba a venir acompañada del Príncipe Nathaniel, pero finalmente vine sola. Esa noche recordé al Príncipe Kim, con quien mantuve una relación y nuestro plan era contraer matrimonio algún día. Pero también esa noche conocí a un joven que me dejó cautivada, al paso de los días me fue imposible negar la conexión inmediata que tuvimos, sin embargo mi ex prometido pensaba diferente, atacó a mi amante, lo dejó bastante herido y no solo eso, sino que adelantó nuestra boda sin mi conocimiento, dejándome sin otra opción más que casarme con él.

"Esa misma noche tenía la intención de terminar con mi romance, pese al gran dolor que eso llevaría, pero entonces este chico me abrió los ojos a otra posibilidad, huir, dejar de ser la Princesa de la nación, para solamente ser una chica normal, vivir una vida normal, y dejar todo atrás para poder ser feliz a su lado. Así que eso hice, escapé.

Una sombra en lo alto me hizo levantar la vista un momento, conocía esa sombra muy bien, tan bien como conocía esos ojos verdes.

Adrien.

—Tuve la increíble oportunidad de conocer un mundo nuevo, ver el mundo donde nací desde otra perspectiva, y así conocer personas que me dieron el valor para estar aquí ahora hablando frente a todos ustedes, y así mismo, anunciar dos cosas, la primera, estoy comprometida, pero no con un Príncipe de título y riquezas monetarias, sino con el chico más maravilloso que pude haber conocido, el que hizo mi panorama más grande y al que amo con todo el alma, Adrien Agreste

"Sé que existe una ley que prohíbe a un miembro de la familia real desposarse con un plebeyo, pero eso no interfiere en mi decisión, en mis manos tengo el diario de la primera reina de la nación, quien no impuso esa ley, y el de su hija Leonor, quien es prueba viviente de que un matrimonio arreglado sin interés ni amor tiene terribles consecuencias. Ascenderé al trono y evocaré esa ley si es necesario para casarme con el amor de mi vida.

Volví mi atención a la cámara de video, ahora venía la desenmascarada.

—Y mi segundo anuncio, el Príncipe Nathaniel no solo ha amenazado a mi prometido y a mí, sino que también a cometido actos atroces, como lastimar a un empleado de mi palacio con una navaja justo en el cuello y asesinar al Príncipe Kim, en este cuaderno también hay pruebas de este crimen, una carta de su puño y letra dirigida a mí, donde explica la amenaza, y confiesa que Nathaniel es una terrible persona

Mi Enmascarado AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora