Estaba viendo a Marinette hablar con Luka desde mi habitación, creí que le había quedado claro a ese idiota que no debía acercarse a ella.
Después ella corrió detrás de un chico rubio con capa negra, se detuvieron cuando el otro chico estaba sobre la barda del borde del territorio de palacio, intercambiaron unas palabras y el chico se fue. Alcancé a distinguir que las manos de Marinette atrapaban algo como la flauta que rompí. Así que él se la había dado.
Muy bien, hora de deshacerme de ese imbécil también.
Al día siguiente era el cumpleaños de las gemelas, así que para medio día Marinette ya no estaba en su habitación.
No tuve ningún problema para entrar y esculcar hasta en el último rincón por la dichosa flauta, levante su colchón, abrí cada cajón, busqué en el armario y en el tocador, en todos lados pero no estaba.
Entonces un mayordomo entró.
Tenía cabello rubio y ojos verdes.
—Príncipe Nathaniel
Hizo una reverencia y comencé a impacientarme.
—¿Qué haces aquí?
—Me mandaron por algunas cosas que se guardan aquí, lamento interrumpir
—Está bien, solo date prisa
Asintió y fue hasta un cuadro, era de Marinette y Alya cuando eran niñas, lo movió un poco y vi una caja fuerte, el chico la abrió y vi el objeto que estaba buscando. Me acerqué y tomé el objeto, noté al mismo tiempo como el chico se tensaba.
Tomó una caja de madera y después de cerrar la caja fuerte y poner el cuadro en su lugar volteó a verme un poco serio.
—La Princesa también me pidió que le llevara ese objeto
—Yo se lo daré luego, ahora sal de aquí
Se fue y cerró la puerta un poco más fuerte de lo necesario.
—Que sirviente más molesto —devolví mi atención a la flauta —si esta cosa no sirve ¿Qué hace entonces?
Soplé solo para comprobar que esa cosa no servía. Estaba a punto de irme a darle su objeto a Marinette cuando un chico con capa negra igual al de anoche se paró en el balcón.
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Mi Enmascarado Amor
FanficLa Princesa Marinette comete un gran error al ir sin su prometido a un baile del reino vecino. Porque al conocer a Adrien y enamorarse mutuamente comienzan las dificultades... entre ellas una amenaza mortal. Al querer conservar la aprobación de su...