19.

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Lucia.

—Y-yo —lpm, no sé que decirle—Joaquín yo no puedo—mierda no debí haberlo rechazado, pero es parte del
plan, tengo que hacer que me quiera, como yo lo quiero a él.

—por qué no puedes? —me pregunta.

—es qu-que... no puedo hasta que me digas quien es Patricia —le insisto.—tengo que saber quien carajos es Patricia, por favor.

—ash, seguis con esas idioteces. Ya dije que no se metan en mis cosas —dice enojado mientras se para y se va, primero de la habitación y luego tira bruscamente la puerta del departamento.

*Al Otro Día*

Tenía unas 6 llamadas perdidas de Sergio, la verdad no tenía humor para contestarle, amanecí con ganas de mandar a la mierda a todos y a todo. Es muy extraño, esto nunca me había pasado, nisiquiera cuando vivía con la odiosa de mi madre. Debe ser por el saber que hay otra persona en el corazón del hombre que yo amo.  Es que esto me traspasa, se supone que tengo que seguir con mis planes pero no estoy de humor, creo que si hago algo de eso hoy terminaré por estropear todo.

—buenos días mi niña —me dice Engracia con una sonrisa como siempre.

A veces me pregunto si Engracia sufrirá o tendrá preocupaciones, digo, siempre está muy feliz, y parece vivir y solo vivir, sin que le importe nada. Me agrada.

—hola..—respondí.

—despertamos con el pie equivocado?—me pregunta y yo asiento mientras me meto al baño.

Tal vez el agua tibia me haga bien. Hoy es domingo, no tengo trabajo y eso ya es sensacional, aunque mañana tengo que ir hasta las 5 p.m. También me voy a juntar con María, mi madre que según ella me tiene que decir algo que espero sea importante.

Estuve media hora en el baño y luego salí, me dirigí a la habitación a vestirme, y en unos pocos minutos ya estaba lista para dar la cara al mundo, y espero no mandar al demonio a gente que no tiene nada que ver.

—hola —susurró Joaquín.

—dónde estabas hijo? —le preguntó su mamá.

—eso no importa —susurró él serio.

Joaquín hoy traía una cara de dolor, pero mucho dolor, esos dolores internos, del alma.

—todo bien Joa? —le pregunté con una sonrisa.

—si, porqué?—me responde.

—es que tu rostro —susurro, y de pronto miro a mi al rededor y Engracia no estaba, quizá pensó que queríamos estar solos.

—qué tiene mi rostro? —preguntó.

—no, nada, olvídalo —quise cambiar de tema.—entonces, como estás?

—bien nena, bien.

Y así entre conversaciones aburridas durante todo el día, anocheció, cenamos entre otra conversación aburrida e insípida y nos fuimos a dormir.

Ya eran las seis de la mañana, estaba organizando todo y se preguntarán para que, bueno hoy es el cumpleaños de Joaquín, está cumpliendo 25 años, es mayor que yo por 6 años, tampoco es mucho.

Aquella mañana doña Engracia y yo decidimos llevarle una torta con sus respectivas velitas, íbamos avanzando mientras le cantábamos el feliz cumpleaños, entramos a la habitación. Él estaba dormido, se movió y de pronto despertó, se sentó en la cama aún adormilado y nos quedó mirando con una sonrisa ♡👄♡.

Sexo con Timidez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora