Cuando te conocí (Sherlock Holmes y Tú)

El cadáver perfecto

A la mañana siguiente me desperté por un flash de una cámara.
-¡Buenos días pareja!- dijo John con una risa.
Sherlock y yo abrimos los ojos adormilados.
-¿Qué?- respondimos a la vez.
-Es hora de levantarse, pronto servirán el desayuno- dijo Mary.
-Está bien pero borra esa foto Mary Watson- dije yo encaminándome al baño para arreglarme y darme una ducha-

Pude escuchar que los tres cuchicheaban sobre algo cuando salí de la ducha pero no entendía de qué, dado que hablaban susurrando.
Terminé de arreglarme y salí del baño completamente vestida, cuando salí Sherlock entró.
-¿De qué estabais hablando?- pregunté con tono serio.
-No, de nada- dijo John.
-Sherlock nos a pedido que os acompañemos a ver el cadáver junto al hombre que lo encontró- dijo Mary con una sonrisa.
-Vale- sonreí - espero que no le falte mucho porque me muero de hambre -

Al poco rato Sherlock salió y bajamos al restaurante del hotel, era un bufete libre. Tomamos un poco de todo, aunque yo me decanté más por las tortitas, ya que repetí tres veces.
Después fuimos a dar un paseo por el pueblo para bajar el desayuno, era un pueblo hermoso, todas las casas eran de piedra con enredaderas trepando por sus paredes, con balcones llenos de flores y tejados hechos de tejas rojizas. En la plaza, había una enorme fuente de agua alrededor de la cual un grupo de niños jugaba al fútbol, a uno de ellos se le escapó la pelota y yo se la devolví con una sonrisa.
-¿Te imaginas a nuestra niña cuando tenga su edad?- dijo Mary sonriendo.
-Seguro que será tan hermosa como su mamá- dijo John con una sonrisa depositando un suave beso en los labios de Mary.

Seguimos paseando y encontramos una pequeña tienda de recuerdos donde Mary y yo compramos algunos. Ella se compró un bolso y un gorro de lana hecho a mano, yo por mi parte me compré una pluma y una bolsa de cuero para mi cámara.
Cuando llegamos al hotel, un hombre de pelo negro, lacio, ojos azules y barba canosa nos esperaba en la puerta.
-Señor Holmes, no sabía que ya habían llegado- dijo el hombre con una sonrisa.
-Anoche- sonrió - esta es mi compañera (T/N)______ este es Anderson el hombre que encontró el cadáver -
-Encantada- sonreí.
-Suban a mi coche- dijo señalando un jeep de color negro - les llevaré donde está el cuerpo -
-Nosotros nos quedamos, estamos algo cansados- dijo Mary.
-Nos veremos más tarde- dijo John entrando al hotel.

Subimos a su coche, el trayecto fue de menos de cinco minutos. Al bajarnos nos adentramos en el bosque hasta llegar a un claro donde había un hombre sentado en un tronco y con la espalda reposada en un árbol.
-Creí que estaba vivo cuando le vi el otro día, lo raro es que no muestra ningún signo de ataque o de disparo- dijo Anderson - ni siquiera sé cuanto tiempo estuvo ahí -

Me acerqué para examinarlo más de cerca, estaba en perfectas condiciones, ni un solo signo de putrefacción.
-Está en perfecto estado- dije - pero algo no me encaja -
-¿De qué se trata (T/N)___?- dijo Sherlock.
-Este cadáver huele a productos químicos, lo han puesto aquí a propósito- dije - por eso está en tan buenas condiciones. Seguramente alguien lo haya robado de alguna universidad de medicina -
Sherlock sonrió.
-¿Puedo comprobarlo?- dijo aproximándose hacia donde estaba yo.
-Por supuesto- Me levanté para dejarle observar.

Sherlock miró cada detalle del cuerpo al igual que había hecho yo.
-Tienes razón, ese es el típico olor que desprenden los cadáver que se utilizan para las prácticas en las universidades de medicina y en algunos laboratorios - dijo Sherlock mirándome.
-El cadáver perfecto que resulta no ser perfecto- dije observando el cuerpo.
-Llamaré a Lestrade para que Molly averigüe de donde salió este cuerpo- dijo él marcando el número de Lestrade.

Fui junto a Anderson que me miraba sorprendido.
-Eres exactamente igual que él- dijo con cierta emoción.
-No, solo tenemos algunas cosas en común- reí.
-No me refiero a eso - sonrió - nunca pensé conocer a alguien con las mismas habilidades que Sherlock Holmes -

Aquella actitud tan fanática me hizo sospechar que tanto Anderson como Sherlock ya se conocían de antes.
Anderson nos invitó a comer en un restaurante del pueblo y después nos hizo una visita guiada por el pueblo y sus alrededores.
-¿Cómo se conocieron?- preguntó Anderson.
-En un caso, ella vino a trabajar en Scotland Yard como detective- dijo Sherlock sonriendo.
-Si pero no me hablaste hasta que John te llevó a la cena con Mary donde también estaba yo - dije riendo.
-Hacen buena pareja - dijo Anderson sonriendo.
Sherlock y yo nos miramos.
-Solo somos buenos amigos- dijo Sherlock sonriendo.

Ahí estaba otra vez esa frase que tanto odiaba, cada vez que Sherlock la decía sentía un pequeño golpe al corazón. No soportaba pensar que pudiera fijarse en otra persona que no fuese yo, detestaba esa idea.
Cuando llegamos al hotel ya era la hora de cenar, nos reunimos John y Mary en el restaurante del hotel para hablarles del caso de "El cadáver perfecto".
Ambos se quedaron muy sorprendidos de lo que habíamos descubierto.

-Sabía que lo resolveríais pronto- dijo Mary antes de comer una cucharadita de tarta de chocolate.
-Cuando (T/N)____ me ayuda todo es mucho más sencillo- dijo Sherlock acariciando con suavidad mi mejilla.
-Mentira- dije mirándole - tu confirmaste solamente lo que dije-
-Pues eso, tú hiciste todo el trabajo duro - rió pasando su brazo sobre mis hombros depositando un beso en mi cabello - no se que haría sin ti-
Me sonrojé.
-¿Y yo qué?- dijo John algo molesto y celoso.
-Oh vamos John no te pongas celoso, tú eres mi blogger y mi mejor amigo- dijo Sherlock sin soltarme.
-Eso John- dijo Mary - tienes que aprender a compartir -
Todos reímos y nos fuimos a nuestras habitaciones.

Nos metimos en la cama esa noche no hacía mucho frío así que me puse un pijama corto y sherlock durmió en bóxers.
-Lo has hecho muy bien hoy- dijo Sherlock mirándome mientras se metía bajo las sábanas.
-No es verdad- sonreí.
-Claro que si- dijo él dando un toque en mi nariz con su dedo índice - no te subestimes tanto. Eres casi tan buena como yo-
Sonreí y bese su mejilla cerca de la comisura de sus labios.
-Buenas noches Sherlock- sonreí y cerré los ojos.
-Buenas noches pequeña- dijo Sherlock mientras apagaba la luz para abrazarme y quedarnos ambos profundamente dormidos.