Si había algo que no podía evitar odiar con todas sus fuerzas era el hecho de que el invierno con sus constantes nevadas hacía que toda la comunidad indigente buscara un lugar donde refugiarse y esconderse. En esas fechas, los hospicios de la East Great Falls y las ciudades cercanas tendían a abrirle sus puertas a algunos de los más necesitados, ya que en esa época del año el invierno en un lugar como esa ciudad era brutal, hasta asesino.
A veces pensaba que era en parte de gran ayuda, que le quitaba un peso de en sima, pero entonces ella se daba cuenta de que de esa manera estaba faltando a su palabra con su padre y prefería entonces salir a buscar aunque fuera una sola victima que cobrar.
Incluso con las botas de nueve puestas le era complicado caminar y hasta a veces se le llegaba a hundir el pie completo hasta el tobillo y requería algo de esfuerzo para poder sacarlo y volver a caminar. El cabello morado oscuro escurría agua helada, pero nada de eso le importaba, para ella, su tarea era lo más importante y prefería eso antes que todo, aunque hasta ese momento no hubiera encontrado nada.
Además, la tormenta en ese momento era como una niebla que no la dejaba ver más allá de dos metros al frente, sin embargo, ella recordaba y reconocía muy bien las calles por las que había visto a esa chica Andrea James y a ese otro chico, todo eso y más, gracias a Nathan. Ahora también sabía que ese chico era Jefferson Woodfrie, según las investigaciones de la policía. Todo eso para ella significaba una ventaja, porque así conocía nombres y caras y el tumbo que frecuentaban, si se mantenía alerta, encontraría el lugar donde se escondían.
Se detuvo un momento, sentía las piernas heladas y entumidas, no sentía los dedos de las manos aun cubiertos con guantes de cuero y dentro de los bolsillos de la gabardina.
Dejó escapar un vaporoso jadeo de entre los resecos y partidos labios y disculpándose mentalmente con su padre, se dio la media vuelta para volver a casa.
- ¿Qué estás viendo? –
Se acercó a Jeff que estaba mirando por la ventana a través de una pequeña rendija entre las cortinas y miró sobre su hombro. La sangre le hirvió.
- ¿De nuevo esa maldita de cabello morado? –
- No empieces con eso, Andrea – hizo una mueca de fastidio y dio un paso atrás para mirarla con el ceño fruncido – Esa chica me comienza a preocupar –
- ¿Ah sí? – se cruzó de brazos - ¿Por qué? –
- La he visto rondando por aquí desde antes de que comenzara el invierno –
- Tienes razón – dijo una vez que reflexionó – La vi el día que maté a la rubia en el callejón –
- Es bastante sospechosa –
- Podría ser una coincidencia - encogió los hombros.
- Nadie en su sano juicio saldría así en medio de una tormenta como esta, además ¿por qué aquí? Esta zona de la ciudad está abandonada y es horrible –
- Bien, es cierto, es sospechosa –
- No puedo creer que te pusieras celosa – también se cruzó de brazos y sonrió con superioridad.
- No son celos, es territorialidad –
- Eres experta en robar mis frases – dijo riendo y negando con la cabeza.
- ¿Ahora admites que también estabas celoso? – negó con la cabeza.
- No harás que lo diga –
- Con saber que tengo razón es suficiente – sonrió con suficiencia - Pero mataré a esa perra morada si se vuelve a aparecer por aquí –
- Estoy de acuerdo contigo – se acercó a ella y la tomó de la cintura – Pero tus celos no hacen falta, esa... perra morada, no me atrae en lo absoluto –
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Doomed 2 - El Bosque Congelado Y La Casa De Madera
Mystery / ThrillerPARTE 2 DE LA TRILOGÍA DOOMED, LAS PARTES 1 Y 3 ESTÁN EN MI PERFIL. "Una vez que estuvo arriba, de nuevo se preguntó a sí mismo si realmente podía confiar en Andrea igual que antes. Algo ahora lo hacía dudar de su lealtad y eso de alguna manera log...