Capitulo 8: "No Digas Que Estoy Mejor Muerto"

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Andrea curvó los labios en una retorcida sonrisa y tomó las pinzas.

- Bueno, bueno... - se aceró al director - ¿Qué será bueno hacerle? –

- Antes... - la tomó de los hombros para susurrarle: - Yo pienso arrancarle las uñas así que no hagas eso – Andrea lo miró con reproche sobre su hombro – Sé que pensaste en eso también, pero no lo hagas – le sonrió como niño pequeño, mostrando todos sus blancos dientes y retrocedió unos cuantos pasos –

El director se revolvió mientras lloraba a mares.

Andrea rodó los ojos.

- ¿Cuál será la mejor manera de callarte? – dio unos cuantos golpes en la palma de su mano con las pinzas mientras pensaba mirando al techo - ¡Ah, ya sé! – sonrió y se volvió frente a él – Creo que hoy tendrás una cita gratuita con el dentista –

- ¿Qué? – preguntó confundido y aterrado.

- Abre la boca – demandó con la voz de un demonio, pero él hizo lo contrario cerrando con fuerza la boca, apretando los labios entre sí Jeff se acercó y lo tomó del cuello.

- Vas a hacer lo que nosotros te digamos, no tienes otra opción –

- La policía – logró decir a través de la presión que le ejercía en la traquea.

- No llegarán, así que deja de esperarla –

- ¿Cómo sabes tú eso? –

Jeff rió.

- ¿Cuándo has visto a la policía llegar a tiempo a algún lugar? –

- Perdemos el tiempo – Andrea empujó a un lado a Jeff, él le lanzó una mirada asesina mientras retrocedía, cosa que ella ignoró, tomó al hombre del cabello y tiró hacia atrás aprovechando el grito de sorpresa que se le escapó para encajar las pinzas en el séptimo diente superior y tirar de él con todas las fuerzas de su brazo, el diente cayó al piso junto unas cuantas gotas de sangre y la boca del director se convirtió en un río de sangre, lo que provocó que su grito de dolor se convirtiera en un gorgoteo desagradable.

Cuando había terminado de quitar el quinto diente, Jeff la detuvo.

- Harás que se desangre y muera y no podré hacer nada con él –

- Por favor, Jefferson – replicó ella con una risita de burla – Nadie se puede desangrar por esto –

- No me interesa, ya fue suficiente – le arrebató las pinzas. Ella lo miró como su estuviese a punto de abalanzársele en sima, se mordió la lengua para no maldecir a toda su procedencia y le cedió el lugar frente a la víctima.

- Muy bien... - Jeff se acuclillo a la altura de las manos del hombre que estaban atadas por las muñecas detrás del respaldo de la silla y sujeto uno de los dedos – Comencemos –

Entre gritos de suplica y lágrimas, arrancó la uña del dedo medio por completo, gotas de sangre roja y espesa salpicaron la alfombra y los dedos de Jeff sobre los guantes.

- ¡BASTA, POR FAVOR! –

- Creo nadie te escucha – dijo Jeff con tono burlón seguido de una risa maniaca, después arrancó la misma uña pero de la mano contraria, llevándose también parte de la piel de bajo de la misma.

Minutos después, los dedos parecían pequeñas bolas de carne hinchada ensangrentada, la piel estaba asquerosamente expuesta y colgada de algunas partes, las muñecas del hombre estaban en carne viva debido a lo mucho que se movía tratando de sacar sus manos de las torturas del muchacho, las púas estaban dentro de su piel, desgarrando, torturando, las venas abiertas regaban sangre como una manguera abierta.

Doomed 2 - El Bosque Congelado Y La Casa De MaderaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora