Capítulo 27: "Deberías Haber Renunciado"

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Cuando llegaron al departamento de Cameron, la noche ya había caído por completo. Luego de encontrarse con el espía de Vallverde, habían estado dando vueltas por el barrio y pasaron por todos los lugares que estaban marcados en el mapa sin encontrar nada.

— Maldición – dijo Cameron lanzando su abrigo al sofá – Una búsqueda inútil –

— No fue tan inútil – lo animó Miller – Ahora sabemos que también los busca la mafia –

— Eso no es más que un contratiempo – gruñó - ¿No oíste lo que dijo? Buscan encontrarlos antes que nosotros –

— Pues no vamos a dejar que eso pase – completó Lanz después de encender la calefacción – Tenemos mucha más información de la que ellos tienen –

— Si nos siguió hasta allá, entonces saben más de lo que creemos –

— Pero no entiendo... - Adam se dejó caer en uno de los sofás - ¿Cómo lo supo? –

— Deben haber estado espiando – Cameron miró por una de las ventanas y luego cerró las cortinas – Hay que tener mucho cuidado, debemos estar haciendo algo que delate nuestros movimientos y están usando eso como ventaja –

— No es como si pudieran ver y oír a través de las paredes, Cameron – comentó Lanz.

— Aun así, hay que ser precavidos –

— Si tú lo dices – Adam se encogió de hombros.

— Deberíamos volver a salir mañana –

— Pero, Cameron – Lanz se acercó a él – Ya revisamos cada uno de los lugares que teníamos previstos –

— Pues no veo nada malo en volver a salir, por lo menos para dar una ultima revisión, podríamos descubrir algo que pasamos por alto –

— Si, eso haremos – dijo Miller – Estos chicos se han mantenido muy quietos últimamente –

— Tal vez planean algo – dijo Lanz por ultimo.

Al despertar, Andrea se encontró desconcertada y desorientada, además de que un dolor de cuello la estaba torturando por la posición que había mantenido todo el tiempo que se había quedado dormida. Se levantó con cuidado y se masajeó la nuca con una mano mientras que sus ojos se adaptaban a la oscuridad, de esa manera parecía que lo muebles aparecían de la nada.

Respiró profundo y después exhaló sonoramente. El silencio hacía que le zumbaran los oídos, le extrañaba que hasta los chicos que tenían en el sótano estuvieran tan callados. Subió las escaleras y algo dentro de su pecho se oprimió al encontrar la cama vacía. Caminó hasta la habitación de Jeff y abrió la puerta silenciosamente. Una ráfaga de aire helado salió por la rendija de la puerta abierta, enfriando instantáneamente todo su cuerpo, su piel se erizó.

— ¿Jeff – se acercó a la cama y palpó con las manos hasta encontrarlo - ¿Qué haces aquí? –

— ¿Qué hace tu mano en mi trasero? – preguntó con la voz amortiguada por la almohada, ya que estaba acostado boca debajo de espaldas a Andrea y ella estaba, efectivamente, poniendo una mano en su trasero.

— Lo siento, no veo en la oscuridad – se abrazó a sí misma, ya comenzaba a tiritar del frío - ¿Por qué viniste aquí si no has arreglado la ventana? –

— Porque quise hacerlo – dijo en tono molesto - ¿Algún problema? –

— No, para nada –

Era clara la indirecta de que no quería dormir con ella esa noche y tal vez ninguna otra, así que no le quedaba más que aceptarlo. Salió de la habitación. Si quería morir congelado entonces que lo haga, pensaba ella mientras iba de vuelta a su cuarto, se tiró en la cama y luego de unos minutos bajo las sábanas volvió a calentarse.

Doomed 2 - El Bosque Congelado Y La Casa De MaderaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora